La AESAN publica recomendaciones de consumo de algas por presencia de yodo
Personas que tomen medicamentos que contengan yodo deben evitar el consumo de alimentos que contengan algas
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) publica recomendaciones de consumo de algas por presencia de yodo. Los resultados observados en recientes estudios prospectivos realizados, así como las opiniones científicas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Comité científico de la propia AESAN, han puesto de manifiesto que las algas pardas, y más concretamente de la variedad kombu, contienen altas concentraciones de yodo, y que un consumo elevado de este tipo de algas puede conllevar problemas de salud en ciertas poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas, mujeres en periodo de lactancia, población infantil y aquellos individuos con problemas tiroideos.
Es por ello que, hasta el momento en que la Comisión Europea no establezca medidas de gestión del riesgo más concretas, la AESAN ha elaborado estas recomendaciones de consumo que están especialmente dirigidas a este segmento de población consumidora.
Desde AESAN se hacen las siguientes RECOMENDACIONES DE CONSUMO DE ALGAS:
Las personas con disfunción tiroidea o que tomen medicamentos que contengan yodo deben evitar el consumo de alimentos que contengan algas, especialmente de la especie Kombu (Laminaria japonica, Saccharina japónica), debido a los elevados niveles de yodo que aportan en su composición.
Ante la ausencia de datos suficientes para medir el riesgo en la población infantil por el contenido en yodo de las algas, se recomienda evitar su consumo por niños y niñas, así como por mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
El yodo es un elemento esencial para la síntesis de las hormonas tiroideas, responsables del desarrollo del sistema nervioso central, del crecimiento, de la regulación del metabolismo basal y, en general, del correcto funcionamiento del organismo. En la naturaleza se encuentra en forma de yoduros y yodatos formando presentándose en mayor concentración en el agua del mar y por tanto en los seres vivos que lo habitan, como las algas.
El Comité Científico de la Alimentación Humana de la UE, SCF (2002), estableció para la ingesta de yodo un límite máximo de 600 μg/día para los adultos y de 200 μg/día para los niños y niñas de 1 a 3 años.
Posteriormente, en 2012 el Comité Científico de la AESAN indicó que sería aconsejable un consumo moderado de aquellas algas que presenten un alto contenido en yodo en la población adulta y ocasional en niños de corta edad y embarazadas con objeto de evitar riesgos de ingestas elevadas que pudieran tener efectos negativos sobre la función tiroidea, de especial repercusión en las etapas de crecimiento y desarrollo.
Más recientemente, la opinión de EFSA sobre Análisis y Evaluación del riesgo en algas (2019), realizada en seguimiento de la Recomendación (UE) 2018/464, relativa al control de metales y yodo en las algas marinas, las plantas halófilas y los productos a base de algas marinas, concluyó, con respecto al yodo, que su ingesta podría exceder fácilmente el umbral máximo de seguridad ( upper level) fijado por el SCF para todas las especies de algas pardas. Esto afectaría especialmente a población sensible, como embarazadas, niños y niñas pequeñas y personas con problemas de la glándula tiroides.
Teniendo en cuenta estos datos, la AESAN, en colaboración con otras autoridades competentes, realizó en 2019 el Estudio Prospectivo para la determinación de Metales y Yodo en algas marinas (EP 10 19 ALG) en el que se detallan los valores de yodo hallados en algas comercializadas en nuestro país y que son especialmente elevados en el alga Kombu (Laminaria japonica, Saccharina japónica).
Otros Estados miembros como Francia (ANSES, 2018) también cuentan con recomendaciones de consumo en vista del riesgo no despreciable de exceder el límite superior de ingesta segura de yodo para la población más sensible.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, tras la revisión bibliográfica y el estudio de los datos correspondientes a muestras tomadas en España los años 2018 y 2019, y a la espera de los resultados obtenidos a nivel de la UE como reacción a la Recomendación de vigilancia emitida por la Comisión Europea, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición considera oportuno, en aras de proteger la salud de la ciudadanía, la publicación de las siguientes recomendaciones de consumo.
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