Andrea Calderón: ‘Me parece acertado desaconsejar el consumo habitual de edulcorantes, pero no demonizarlos’
La profesora de nutrición nos explica las seis claves de la nueva guía de la OMS sobre edulcorantes
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una nueva guía sobre edulcorantes sin azúcar, la cual ofrece orientación basada en evidencia sobre el uso de edulcorantes sin azúcar con el propósito de reducir el riesgo de aumento de peso no saludable y enfermedades no transmisibles asociadas con la dieta en individuos de todas las edades, tanto adultos como niños. Para entenderla mucho mejor, Andrea Calderón, profesora de nutrición de la Universidad Europea, nos explica a continuación las seis claves de esta nueva guía:
1. ¿Qué tipos de edulcorantes existen?
Existen dos tipos de edulcorantes: los calóricos como el azúcar y todas sus versiones (azúcar moreno, de caña…); y los acalóricos, que normalmente son los que designamos comúnmente como “edulcorantes” que son aditivos que no aportan calorías como sacarina, estevia… Estos podemos encontrarlos como tal en las etiquetas de productos edulcorados, o con su nomenclatura de aditivo que sería E-9XX (siendo XX distintos números que designan a cada edulcorante específico).
Además, hay una opción intermedia que son los polialcoholes, componentes derivados del azúcar a nivel industrial, que endulzan, pero aportan menos calorías que el azúcar porque apenas los absorbemos. Son aquellos terminados en -OL: sorbitol, eritritol… habituales en chicles y dulces como galletas.
2. ¿Cuáles son los edulcorantes a los que se refiere la guía de la OMS?
La OMS concluye en su informe que se desaconseja el uso de edulcorantes, en concreto se centra en: acesulfamo K, aspartamo, advantamo, neotamo, sacarina, sucralosa, ciclamatos, estevia y sus derivados. No se refiere a que sean tóxicos, porque lo cierto es que son seguros y están aprobados en Europa como aditivos edulcorantes, pero no recomienda su consumo en exceso.
3. ¿Qué riesgos tiene el consumo de edulcorantes según esta publicación?
El informe concluye que estos edulcorantes aumentan el riesgo cardiovascular, de diabetes tipo 2, y en general de las patologías crónicas tan prevalentes en adultos. Pero lo cierto es que, por un lado, no se puede meter a todos los edulcorantes en el mismo saco, ya que actúan de forma diferente en el organismo; y, por otro lado, no se puede afirmar realmente que aumenten el riesgo de estas patologías. Los estudios no son en absoluto concluyentes al respecto, y la mayoría de evidencia científica de años atrás no concluye dichos resultados tan alarmistas.
Lo cierto es que lo más probable es que haya una causalidad inversa, es decir, que las personas con alguna patología de las mencionadas o que busquen perder peso, escojan más alimentos edulcorados que azucarados, para recortar calorías y azúcar. Por esa razón, al evaluar en estudios, se podría observar que las personas que consumen más edulcorantes, están más enfermas (aunque la causa no sean los edulcorantes).
Así que actualmente me parece acertado desaconsejar el consumo habitual y excesivo de edulcorantes, pero no demonizarlos ni hacer asociaciones causa-efecto de ese tipo que no son reales.
4. ¿Cuáles son los edulcorantes que sí sería recomendado utilizar?
Realmente no clasificaría a los edulcorantes como recomendables y no recomendables. En exceso, ninguno es recomendable ni 100 % inocuo, ya que faltan estudios a largo plazo en humanos. Y a baja cantidad, puntualmente en algún producto o para hacer repostería casera, ninguno es perjudicial.
El problema viene en la dosis, puesto que actualmente muchas personas consumen procesados de baja calidad diariamente y escogen edulcorados, la mayoría para recortar calorías y azúcar: yogur edulcorado, edulcorante en el café, galletas edulcoradas, refrescos edulcorados… Y es ahí donde realmente viene el problema, no solo por ese edulcorante, sino por el resto del producto y sus ingredientes insanos (grasas de baja calidad, harinas refinadas…).
5. ¿En qué nos tenemos que fijar en el etiquetado para ver si un producto contiene estos edulcorantes?
En la lista de ingredientes. Ahí podremos encontrar al edulcorante por su nombre, por ejemplo, “sacarina”, o por la nomenclatura de aditivo que sería la letra E seguida del número 9 y otros números ya específicos de cada edulcorante. E-9XX. Por ejemplo, el aspartamo es el E-951.
6. ¿Qué podemos hacer para reducir el consumo de azúcar y edulcorantes?
Lo más importante es reducir el consumo de procesados de baja calidad, que cuando no están azucarados, están edulcorados. Si no consumimos diariamente galletas, dulces, edulcorante o azúcar en el café, yogur, zumo… su consumo puntual supone cero problemas, ya sea azúcar o edulcorante. De hecho, las personas que más edulcorante consumían en los estudios evaluados, salían peor paradas, entre otros, posiblemente por su alto consumo en estos procesados asociados en general a un estilo de vida más insano.
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