¿Cómo afecta la deshidratación a nuestro organismo?
Con las altas temperaturas que estamos viviendo, conviene recordar la importancia de tomar el líquido suficiente al cabo del día para evitar la deshidratación. Desde el Instituto de Investigación Agua y Salud nos explican que la deshidratación se produce cuando ocurre un déficit o desequilibrio hídrico en nuestro organismo. El equilibrio hídrico es la diferencia resultante entre el agua que bebemos y obtenemos a través de la ingesta de alimentos, y el que eliminamos a través de la respiración, el sudor, la orina y aquella necesaria para el funcionamiento de nuestros órganos vitales. Cuando esa diferencia es negativa, es decir, hay más pérdidas de agua que ingesta, se produce lo que conocemos como déficit hídrico o deshidratación.
Las consecuencias de esta patología se pueden establecer en tres niveles, dependiendo del grado de deshidratación que nuestro organismo experimente, así como de la actividad que estemos realizando: práctica deportiva, conducción, reposo, etc.
Generalmente, la primera señal de alerta de una deshidratación leve es la sed. Esta puede ir acompañada de malestar físico, fatiga, debilidad y dolor de cabeza, y supone la pérdida de entre el 1 y el 5% de nuestro peso corporal. Cualquiera de estos síntomas ya nos están indicando que debemos incrementar la ingesta de agua.
Cuando el organismo ha perdido entre un 6 y un 8% del agua corporal, la deshidratación recibe el nombre de moderada. En este caso, los síntomas más comunes suelen ser piel seca o pérdida de elasticidad, escasa producción de sudor o sudor frío, insuficiente producción de orina o que esta sea de un color oscuro, o dificultad para hablar y coordinar movimientos. Ante estos síntomas es importante beber agua.
Imagen: Guía de Hidratación del Instituto de Investigación Agua y Salud.
En los casos de deshidratación severa, el organismo ya ha perdido entre un 9 y 11% del agua corporal. Los síntomas suelen ser espasmos musculares, problemas de equilibrio, confusión mental, así como un aumento significativo y rápido de la frecuencia cardíaca y de la temperatura. En el caso de producirse una deshidratación severa, el paciente requiere de asistencia médica inmediata.
Cada edad requiere una hidratación
En cuanto al tema de la composición de agua corporal por edades, resulta curioso señalar que, en relación con su peso corporal, los bebés tienen unas necesidades hídricas mucho mayores que un adulto. Esto se debe a que la cantidad de agua que se necesita en los primeros meses de vida depende de las necesidades energéticas, por lo que los más pequeños necesitan mucha mayor cantidad de energía en esta primera etapa de vida, para conseguir los logros necesarios en su crecimiento y desarrollo psicomotor. Por ello, conforme va creciendo, la demanda de agua durante la infancia se va también incrementando, dependiendo también del sexo y la edad.
En la etapa adulta, el peso corporal está compuesto por entre un 60-80% de agua. Así, según las principales instituciones del campo de la salud, como son la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la ingesta total diaria de agua recomendada es entre 2 y 2,5 litros al día para las mujeres adultas y entre 2,5 y 3 litros al día para hombres adultos, bajo condiciones normales de actividad y temperatura.
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