Día Mundial de la Obesidad: el papel de la genética y otros factores

Las cifras son preocupantes, en especial para los niños: casi el 40 % tiene sobrepeso y el 29 % obesidad, según la OMS

  • |  Universitat Oberta de Catalunya y Herbolario Navarro
  • |  04-03-2024

Hoy lunes 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad y los organizadores de esta jornada presentan cifras alarmantes: se espera que, en 2035, una de cada cuatro personas en el mundo tenga obesidad. Ante esta situación, los profesores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Salvador Macip y Andrea Arroyo recuerdan que las causas de la obesidad son múltiples y complejas: no dependen solo de decisiones individuales y la genética desempeña un papel relevante.
 

Las calorías que entran

Por un lado, como explica Salvador Macip, médico, investigador y director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, el peso de las personas sigue, sencillamente, las leyes de la física. "La energía y la masa ni se crean ni se destruyen. Por lo tanto, nuestro peso depende de lo que ingerimos y de lo que gastamos. Son matemáticas. La cuestión es que no es tan fácil hacer estas sumas y restas, porque la entrada y la salida de calorías están condicionadas por muchos factores: individuales, sociales y socioeconómicos".

Entre dichos factores están los genes. Nuestro genoma nos predispone a ingerir alimentos muy calóricos. Cuando los vemos, los probamos o los olemos, se activa el circuito del hambre: "La disponibilidad de comida en la naturaleza no es homogénea y los humanos, como el resto de los animales, hemos evolucionado para buscar alimentos calóricos. El cuerpo nos empuja a ingerir alimentos grasos y con azúcar, porque no sabe cuándo podrá volver a comer. Claro está que en los países desarrollados hoy ya no tenemos este problema de disponibilidad, pero nuestro cuerpo continúa funcionando así", detalla este doctor en genética molecular y fisiología humana.

"La accesibilidad a los alimentos las 24 horas del día y el hecho de que la industria diseñe productos altamente apetecibles y adictivos lo pone difícil a las personas que tienen sobrepeso u obesidad", advierte Andrea Arroyo, que es nutricionista, psicóloga, doctora en biomedicina y coautora del libro Psicología de la alimentación.

Además, las características genéticas de algunas personas hacen que tengan más tendencia a caer en la tentación. "Hay personas que, genéticamente, presentan más dificultades para resistir los mecanismos de recompensa que nos proporcionan estos alimentos. Es decir, que hay personalidades más adictivas", añade Macip.
 

Las calorías que salen

Igualmente, la genética puede determinar las calorías que gastamos. El profesor de la UOC destaca que "hay metabolismos muy lentos. Evolutivamente, esto era positivo, porque significaba que con menos comida, podías vivir más tiempo. Las islas del Pacífico son un ejemplo de ello. Se poblaron navegando de la una a la otra, y en el viaje mucha gente se moría de hambre. Solo llegaban los que presentaban un metabolismo más lento. Mientras han vivido con los recursos que tenían, ningún problema, pero cuando ha llegado la alimentación occidental y la comida rápida, la obesidad ha aumentado muchísimo".

Las personas con un metabolismo lento no pueden cambiarlo, aclara, pero sí es cierto que el ejercicio físico y el aumento del tejido muscular lo aceleran, de forma que esta es una buena solución para regular el peso.
 

Tomar responsabilidad con acompañamiento

Para las personas con obesidad, concentrarse en ingerir menos calorías y hacer ejercicio puede ser un paso en la asunción de la responsabilidad de cuidarse, así como entender que hay otros aspectos que los influyen: "El descanso y la calidad del sueño también están relacionados con la obesidad. Y la microbiota intestinal que, a la vez, está afectada por el estado psicológico", explica Arroyo. Así pues, cuidar el estado psicológico es clave, porque "estas personas suelen utilizar la comida para regular sus emociones y algunas tienen sintomatología compatible con trastornos de la conducta alimentaria", detalla la experta.

Y el tema no acaba aquí. Para que todo esto se alinee en favor de la salud, hay otro aspecto fundamental, que es la situación socioeconómica: "Sabemos que el código postal es el principal predictor de la esperanza de vida", sentencia Macip. Y este hecho no se cambia de un día para otro.

Por todo ello, el acompañamiento de la familia y del entorno, pero también de un profesional de la psicología, puede ser de gran ayuda. En este sentido, Arroyo pide más conciencia de los profesionales sanitarios que traten a las personas con obesidad, ya sea para hacerles seguimiento, para prescribirles fármacos o para estudiar si les puede ir bien una cirugía bariátrica. "Hay mucha gordofobia entre los profesionales de la salud", denuncia.
 

Debemos tener en cuenta que esta condición no solo predispone a tener enfermedades, sino que también acelera el envejecimiento por otro motivo: "La obesidad conduce a una inflamación de bajo nivel crónica de los tejidos", remarca Macip, quien habla sobre esto en el libro El secreto de la vida eterna, del que es autor junto con Manel Esteller.

Finalmente, un recordatorio: quienes padecen obesidad necesitan hacer un importante ejercicio de aceptación: "La obesidad muestra un carácter crónico. Siempre tendrán que estar luchando contra esta condición. Aceptarlo no es fácil", concluye Arroyo.

 

La obesidad infantil se convierte en una tendencia al alza en España
 

Por lo que se refiere a la obesidad infantil, Pepe Navarro, director general de Herbolario Navarro, nos recuerda unos datos que también son altamente preocupantes: "Casi el 40 % de los niños tiene sobrepeso y el 29 % ha alcanzado niveles de obesidad, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas cifras han situado a España como el tercer país europeo con peor situación, por detrás de Chipre y Grecia. ".

Navarro señala que "en los últimos años, la mala alimentación y el sedentarismo se han convertido en uno de los principales problemas de salud en nuestro país, sobre todo, entre la población más joven. Nuestro país ha experimentado un incremento exponencial de jóvenes y niños con problemas de sobrepeso y obesidad. Tanto es así, que algunos expertos han llegado a calificar este fenómeno como ‘la otra pandemia’. Una pandemia silenciosa que todavía no acapara titulares pero que puede conllevar problemas de salud a largo plazo".
 
Y es que el sobrepeso y la obesidad "conllevan una perdida de la calidad de vida, aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o respiratorias, e incluso pueden tener repercusión en la salud mental. Además, en el caso de los niños y jóvenes hay que sumarle el estigma social que puede acarrearles", apunta el responsable de Herbolarios Navarro.
 

Por eso, desde la OMS piden la colaboración de todos los agentes de la sociedad para promover la alimentación y los estilos de vida saludables. De hecho, las administraciones ya están poniendo en marcha campañas y acciones para intentar parar esta lacra.

“Es fundamental que todos los actores nos impliquemos para acabar con este grave problema. Todavía hay un gran desconocimiento sobre cómo diseñar una dieta sana y equilibrada, qué frutas y verduras consumir cada estación o cómo nos puede beneficiar, por poner un ejemplo, el consumo de alimentos con probióticos naturales. Por eso, en nuestros establecimientos contamos con profesionales que pueden asesorar a la clientela y ayudarles a mejorar sus rutinas alimentarias y la de sus hijos”, explica Navarro.
 

En este sentido, añade que la educación se convierte en una pieza clave, tanto para los padres que tienen que elaborar un menú saludable para los más pequeños de la casa, como en las escuelas que pueden hacer pedagogía para introducir a los niños y jóvenes en la alimentación saludable y conseguir que la obesidad infantil no se convierta en un problema crónico de nuestra sociedad.



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