Lujo o capricho: descubre la segunda parte de los alimentos más exclusivos del mundo
Continuamos presentando los alimentos que destacan por sus elevados precios y exquisitas materias primas
Como continuación del artículo del pasado mes de agosto sobre los alimentos más exclusivos del mundo, partimos este mes de septiembre, de la mano de Basqvium, con el tradicional Concurso de Queso de Ordizia en su 48 edición y cuyo ganador ha resultado Eneko Goiburu, de la Quesería Ondarre de Segura.
En la tradicional subasta posterior, el medio queso ganador de la denominación de origen Idiazabal fue adquirido por el Hotel Cisne de Zaragoza que dirige Javier García, quien pagó 9.400 euros por hacerse con tan apreciado trofeo culinario.
Así que no tiene nada que envidiar al denominado “Príncipe de los quesos”, el Beaufort d´Éte, para el que se necesitan unos 500 litros de leche para elaborar una sola rueda que pesa alrededor de 45 kilos y requiere 18 meses de maduración.
En la lista de los quesos más caros y exclusivos del mundo destacaremos el White Stilton Gold, un queso Stilton al que se le añade oro comestible. Fabricado por Long Claawson Dairy en Leicestershire, esta edición limitada para las fiestas navideñas ha sido uno de los quesos estrella de famosos y millonarios, con un precio alrededor de los 765 euros el kilo.
Por su exclusividad resalta también el Moose Cheese, fabricado en la casa de los Alces en Bjurholm en Suecia, conocida por su lechería de alces, única en el mundo. Tres son solamente los ejemplares que dan leche para esta variedad tan exquisita de queso, cuya leche solo puede ser ordeñada entre mayo y septiembre, lo que implica una elaboración todavía más exclusiva con una producción de apenas 300 kilos por año. Su precio es de alrededor de los 773 euros el kilo.
Y para concluir con el apartado de quesos, hemos dejado para el final el que posiblemente sea el queso más caro del mundo: el Queso Pule, elaborado con leche de burra de una raza singular de los Balcanes en peligro de extinción. Solo unos pocos ejemplares de esta especie están disponibles en el mundo, en la zona de Zasavica en Serbia, por lo que es un queso caro y raro, ya que para elaborarlo se necesitan hasta 25 litros de leche para tan solo un kilo de queso. Su precio se acerca a los 1.000 euros el kilo.
De vuelta a nuestro país, no podíamos dejar fuera de la lista a uno de nuestros productos estrella, el jamón ibérico. En 2016, el jamón de la Dehesa de Maladúa, en Huelva, entró a formar parte del Libro Guinness de los Récords como el más caro hasta la fecha, 4.100 euros la pieza. Hasta que, en septiembre de 2020, un jamón ibérico de los productores de Sierra Mayor, también onubenses, fue protagonista de un popular show de la cadena de televisión nipona. Allí, un japonés pagó la friolera de 12.000 euros por él.
Siguiendo la estela de nuestros productos más reconocidos, podemos destacar que la botella de aceite de oliva virgen extra más cara del mundo es producida por la empresa jienense Cortijo Espíritu Santo, cuya botella-escultura con 250 ml de oro líquido, diseñada por la artista holandesa Ángela Teunissen, cuesta 324, 5 euros. Y el título no oficial del aceite de oliva más caro del mundo se lo lleva Mil del Poaig, costando 130 euros el medio litro. Su secreto es que procede de olivos milenarios en la región del Maestrazgo, entre Castellón y Teruel.
Como tercer producto nacional estrella nos quedamos con el azafrán. Dependiendo de la variedad, su precio puede rondar los 3.000 euros el kilo. En España el más apreciado es el azafrán de la Mancha, el único protegido bajo una Denominación de Origen y prestigiado desde hace siglos por su gran calidad. El Azafrán de La Mancha fue ensalzado por viajeros, escritores y otros testigos de la historia como “una semilla noble y de mucho valor”.
Dos son los motivos principales para su elevado precio: la recogida de las flores de azafrán no se ha mecanizado, es manual, y sobre todo el hecho de que para producir un kilo de azafrán sean necesarias 250 mil rosas.
Y, para terminar, hacemos referencia a dos productos por los que estamos acostumbrados a pagar muy poco, el agua y las patatas. A pesar de que la mayoría no lo considere producto de lujo, existe un agua mineral, el de Kona Nigari, que ronda los 450 euros el litro. Proviene de un manantial ubicado a una profundidad de 2.000 metros bajo el Océano Pacífico, frente a la costa de Hawái, y este posee una composición única de minerales y electrolitos, lo que le permite hidratar con mayor rapidez y mejorar el estado del organismo.
Y respecto a las patatas, el título de las más caras del mundo se lo lleva una variedad llamada La Bonnotte, cultivada de manera exclusiva en Noirmoutier, una isla de la costa francesa situada en el Golfo de Bizkaia, en el Océano Atlántico. El sustrato arenoso en el que se cultiva, combinado con la fertilización a base de algas, le aporta a esta variedad un sabor muy particular y apreciado. El calibre de estas patatas es pequeño, la cosecha anual no supera las 100 toneladas y se recolectan a mano. El precio de la patata La Bonnotte ronda los 500 euros el kilo.
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