¿Sabemos los españoles identificar el jamón ibérico?
Muchos españoles todavía tienen dudas en cuanto a identificar y conocer las cualidades de este producto
La gastronomía española es una de las mejores del mundo, y es que nuestros platos están llenos de sabores increíbles, que son capaces de contentar el paladar de cualquiera. El jamón ibérico es uno de los manjares más conocidos en todo el mundo e identificativo de nuestra gastronomía, pero ¿somos realmente capaces los españoles de reconocer un jamón ibérico?
Dentro de los jamones existen otros tipos muy similares de aspecto y que muchas veces puede llevar a confusión, como el serrano, que son muy similares de aspecto, pero con muchas diferencias en cuanto a sabor y elaboración.
“La característica principal que nos permite diferenciar al jamón ibérico del resto es la raza del cerdo del que procede. La raza ibérica es propia de nuestro país y tiene unas cualidades gracias a las cuales podemos obtener embutidos ibéricos con sabores únicos”, afirman desde Jamones Enrique García.
Pero una vez en el lineal de las tiendas o del supermercado vemos todos estos tipos de jamón y podemos confundirlos. Incluso, si alguien nos preguntara sobre este producto tan identificativo de nuestro país, nos daríamos cuenta de que, en la mayoría de los casos, no sabemos el porqué de su valor.
Que el jamón ibérico sea uno de nuestros bienes más preciados no es casualidad. Se trata de un producto que conlleva una elaboración artesanal que, en el caso de Jamones Enrique García, deriva de las tradiciones familiares de hace más de 100 años, en donde se trabaja y se cuida desde las condiciones de bienestar de los animales, como su alimentación, como todos los procesos artesanales para poder ofrecer productos de alta calidad y sabores increíbles.
Estas son algunas de las características de jamón ibérico:
- El jamón ibérico lleva un proceso de elaboración artesanal, cuidando nuestra tradición, mientras que la mayoría del serrano no.
- La alimentación y el estilo de vida del cerdo ibérico está más cuidado y controlado para respetar la carne y su sabor.
- Los procesos de curación del jamón serrano: deben estar nueve meses en curación para ser considerado Bodega, 12 meses para ser Reserva y 15 meses para ser un Gran Reserva. En cambio, un jamón ibérico tiene que estar curándose 24 meses como mínimo.
- La norma del ibérico es muy estricta y clara y exige por parte de todos los productores una trazabilidad y cumplimiento de normativas para mantener la tradición del ibérico y ofrecer a los clientes productos de calidad.
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