Sabores de Setúbal: un viaje gastronómico donde el mar y la tierra se encuentran en cada bocado

Setúbal, enclavado entre las montañas y el mar, es un destino que ofrece una experiencia gastronómica única, donde los productos de la tierra y el océano hacen las delicias de visitantes y residentes. Situada a tan solo 50 kilómetros de Lisboa, esta joya del Atlántico no solo destaca por su impresionante entorno natural, sino también por la riqueza de su patrimonio histórico y, por supuesto, por los sabores que emergen de su tierra y sus aguas.

La ciudad, vibrante y dinámica, parece susurrar su historia en cada rincón, desde el bullicio de su puerto pesquero, lleno de vida y tradición, hasta la tranquilidad de sus viñedos y colinas, que ofrecen un paisaje verde y acogedor. Setúbal es mucho más que una postal pintoresca; es un lugar donde la gastronomía se convierte en un reflejo de su entorno. Aquí, el mar y la tierra se encuentran de una manera que no solo conquista los sentidos, sino que también nos conecta con las raíces más profundas de la cultura local.

Setúbal, un deleite de sabores excepcionales

Uno de los mayores tesoros del estuario del río Sado es, sin duda, la ostra de Setúbal, un manjar que es considerado el alma de la cocina local. Las ostras, cultivadas en las tranquilas aguas del Sado, tienen un sabor inconfundible que captura la esencia del mar.

Pero no son las únicas delicias marinas que se pueden disfrutar en la ciudad. El choco frito (sepia) es también otro de los iconos culinarios en el municipio, caracterizado por su sabor suave y su textura tierna. Por su parte, las sardinas, caballas y salmonetes son pescados que, asados a la parrilla o preparados en tradicionales ‘caldeiradas’, convierten también a Setúbal en un paraíso para los amantes del buen comer.

Más allá de la pesca, Setúbal se enorgullece también de sus productos de la tierra. En las cercanías de la ciudad, Azeitão emerge como el corazón de la repostería tradicional. Sus tortas, hechas principalmente con yemas de huevo, azúcar y almendras, y caracterizadas por su textura suave y esponjosa, son uno de sus grandes imprescindibles, al igual que la Bolacha Piedade y los esses, auténticas joyas de la repostería local que reflejan siglos de tradición. Las Queijadinhas de Leche, suaves y cremosas, son otro dulce que no puede faltar en cualquier visita a esta región.

Otro de los grandes orgullos de Setúbal es el queso de Azeitão, reconocido por su sabor inconfundible. Elaborado artesanalmente con leche de oveja, este queso curado ofrece una explosión de sabor que lo convierte en una delicia única de la región.

Su cremosidad y el toque salado se combinan a la perfección con una copa de Moscatel de Setúbal, el vino fortificado que es sinónimo de esta tierra. Con su sabor afrutado y su carácter inconfundible, el Moscatel no solo complementa este queso, sino que eleva la experiencia gastronómica, cerrando el ciclo de un viaje de sabores que reflejan la esencia misma de Setúbal.

No hay duda de que esta ciudad portuguesa ofrece una experiencia gastronómica que trasciende el paladar. Un rincón del Atlántico donde la comida, el vino y el paisaje se combinan en una armonía perfecta, convirtiéndolo en un destino imprescindible para quienes buscan disfrutar de lo mejor que la naturaleza y la tradición pueden ofrecer.