_{Jacobo Olalla Marañón, Director General Cerveceros de España}

La sensación de bienestar emocional que supone disfrutar de una buena cerveza en compañía de familiares y amigos es una realidad. Es un elemento socializador que forma parte de un estilo de vida mediterráneo que nos define y que marca la forma en la que nos relacionamos. Así, la cerveza es la bebida más popular y trasversal entre los españoles adultos, el 83,4% ha consumido cerveza y el 70% de las ocasiones de consumo se producen durante almuerzos o cenas.

Cuando esos momentos sociales y de convivencia se restringen, el consumo de cerveza se resiente y también el de otras variables íntimamente asociadas a ella (pinchos, tapas, etc.). Esto se explica precisamente por la manera que tenemos en España de disfrutar de esta bebida: en hostelería (Casi el 70% del consumo de cerveza se produce fuera del hogar) y acompañada de otros alimentos sólidos, en un 84% de las ocasiones.

2020 fue un año especialmente complicado para la hostelería y el turismo en España, sectores fuertemente vinculados al cervecero, donde el impacto negativo también fue notable. Según el Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España 2020, que presentamos hace algunas semanas en un acto presidido por el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el sector sufrió un descenso a doble dígito insólito hasta el momento, registrando una caída en la producción y venta de cerveza de un 12%.

El consumo per cápita también descendió. Según un informe de Kantar Worldpanel se situó en 50l (2 litros menos) y según fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, habría bajado hasta los 42l (casi un 20%). El ligero incremento del consumo de cerveza en el hogar en ningún caso compensó el gran descenso fuera.

Esta situación derivó en una pérdida de valor para el Estado, de puestos de trabajo y de valor en general para nuestra economía. La cerveza generaba casi 9.500 empleos directos y contribuía a la creación de más de 420.000 puestos de trabajo indirectos, casi el 90% en hostelería. En 2020, descendieron un 11% los empleos directos y un 36,5% los indirectos, siendo el sector hostelero el más afectado. La recaudación total para el Estado en impuestos también descendió un 33%. El dato positivo en este contexto fueron las exportaciones que consiguieron crecer un 19%, llegando a los 3,7 millones de hectolitros.

En definitiva, un año difícil con unos datos que ponen de manifiesto que es clave apoyar dos de los sectores más estratégicos para nuestro país: la hostelería y el turismo. Teníamos muchas esperanzas en la campaña de verano, pero las últimas noticias sobre el incremento de contagios y de las medidas restrictivas en algunas regiones, nos hacen ser un poco menos optimistas. A pesar de que esta ola no parece que vaya a ser como las anteriores por una menor presión hospitalaria y los efectos de la vacunación, sí que nos preocupa la imagen de país ‘no seguro’ que se está dando hacia el exterior. De los 90 millones de turistas que nos visitaron en 2019, entre el 20 y el 25% consumía cerveza.

Aun así, el sector sigue siendo optimista de cara al futuro. Hemos demostrado que trabajando juntos, somos más fuertes. Con la recuperación de la hostelería y el relanzamiento de los turistas extranjeros, el impacto positivo en nuestra economía será posible, así como en la renta disponible de los españoles. Esto hará, sin duda, que el sector repunte.