Paula Rodríguez
Coordinadora de a·Autismo
Los niños con autismo pueden mostrar mayor rechazo a los alimentos por su textura que por su sabor. Esta es una de las principales conclusiones del “Estudio comparativo sobre selectividad alimentaria entre un grupo de niños y niñas con Trastorno del Espectro del Autismo y desarrollo típico”, realizado por a·Autismo de ATADES, en colaboración con Fundación Alícia, y financiado por la Fundación Solidaridad Carrefour.
Este Estudio surge de la detección, a través de la práctica diaria de apoyo a los niños y a sus familias, del reto que supone la alimentación variada de muchos de estos niños, y que, en ocasiones, muestran conductas de rechazo y rigidez en la ingesta de determinados alimentos. Esto genera preocupación por la salud nutricional de los pequeños y elevados niveles de estrés para las familias. El resultado de este trabajo determina algunos comportamientos y facilita ayuda a las familias para mejorar la alimentación. En el caso de la población objeto de este Estudio, población preescolar, entre 2 y 6 años, ha aumentado el diagnóstico de TEA de forma significativa en los últimos años. La incidencia del diagnóstico apunta a una prevalencia del 1.55 %, siendo la proporción hombre-mujer de alrededor de 4:1. El aumento de prevalencia hace concluir a organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) que nos encontramos ante un problema de salud pública que requiere de acciones coordinadas para dar respuesta integral a las necesidades de esta población.
Se evidencia, tal y como menciona el análisis de bibliografía de la Revista Española de Nutrición Comunitaria, que “las investigaciones más recientes coinciden en que los niños con TEA, comparados con niños con DT (desarrollo típico), tienen más problemas con la alimentación. Varios estudios reportaron que son selectivos y tienen menor variedad en sus dietas”.
PRINCIPALES RESULTADOS
El Estudio cualitativo y comparativo realizado por a·Autismo y Fundación Alícia muestra la relación existente entre las conductas alimentarias de un grupo de 16 niños con TEA y un grupo de 17 niños con desarrollo típico, extrayendo conclusiones sobre la relación entre las características sensoriales de los alimentos, y por lo tanto su procesamiento sensorial, y la conducta alimenticia de esta población. Este análisis responde a la pregunta de cuánto y cómo influye este trastorno del neurodesarrollo con respecto a la alimentación de estos niños con Trastorno del Espectro del Autismo.
Los resultados de la información analizada a través de los cuestionarios de BAMBI (Brief Autism Mealtime Behavior Inventory) muestran que a nivel de conducta en el proceso de la comida los niños del grupo TEA presentan una mayor presencia de comportamientos relacionados con la selectividad alimentaria, conductas disruptivas durante las comidas, rechazo de alimentos y rigidez a la hora de comer en el grupo de niños dentro del espectro del autismo.
El área en el que se evidencia una mayor selectividad alimentaria en el grupo de niños TEA es la textura, siendo relevante la diferencia entre grupos. Los alimentos más aceptados por el grupo de niños dentro del espectro del autismo tienen textura firme, desmenuzable, lisa, grasa, celular, seca, cristalina y fluida. Y los más rechazados son los de textura fibrosa, pastosa, enganchosa, crocanti, espumosa, correosa, elástica, granulosa, acuosa, untuosa, espesa y gelatinosa.
Los resultados no muestran diferencias significativas en la calidad de la dieta y selectividades en cuanto al color, olor o sabor entre los grupos de estudio. Aunque sí se observa menor aceptación en general a los alimentos por parte del grupo de niños con TEA. En lo que respecta al tratamiento de los problemas de alimentación en la población con TEA, se considera que han de tratarse siempre desde una perspectiva multifactorial, dado que intervienen factores sensoriales, pero también cognitivos y conductuales.
APOYOS PROFESIONALES
Para ello, desde a.Autismo de ATADES, en coordinación con otros servicios como atención temprana, centros educativos y familias, se proponen apoyos profesionales que atiendan a la individualidad de cada caso, evaluando cuáles son las dificultades y fortalezas y elaborando un plan de apoyos individualizado e integral, a través de un equipo multidisciplinar como el de terapeuta ocupacional, que interviene en el área del procesamiento sensorial, la autonomía y los apoyos técnicos; profesionales de psicología y psicopedagogía, que valoran el perfil cognitivo para la adaptación de los elementos que mejoren la comprensión del proceso (el entorno, creación de rutinas, etc.), el aprendizaje y la conducta; y otros profesionales como logopedas, en el ámbito de la comunicación, maestros, nutricionistas y otros perfiles que facilitan apoyos a las personas con Autismo.
El objeto último es dotar de herramientas a familias y profesionales que repercutan en la mejora de estas dificultades. Como resultado de este trabajo nace también una herramienta online: se trata de la página web https://www.tealimentacion.com/, con la que se pretende aportar apoyos a través de consejos para la mejora del proceso de alimentación en las diferentes etapas vitales. Además de otros contenidos, incluye recetas diseñadas por el equipo especializado de Fundación Alicia. Se trata de recetas que son atractivas y a su vez responden a estas selectividades alimenticias, aportando los nutrientes necesarios a través de una cocina adaptada.
Todas estas acciones van encaminadas a la mejora de la alimentación de las personas con Autismo y sus familias a lo largo de todo su ciclo vital.
MÉTODO UTILIZADO
Para la recogida de información se han utilizado tanto herramientas validadas de análisis de la conducta alimentaria en población infantil como cuestionarios elaborados por el propio grupo de estudio. Para la obtención de datos con relación al comportamiento durante las comidas, el cuestionario ha utilizado la escala BAMBI (Brief Autism Mealtime Behaviour Inventory), instrumento de medida desarrollado especialmente para evaluar la naturaleza de los problemas de conducta alimentaria, a través de la medida de la severidad y frecuencia de diferentes ítems. Para la obtención de información que permita detectar relaciones entre el rechazo de los alimentos y sus características como el color, el sabor y la textura, ha sido necesario desarrollar una escala que permita considerar los diferentes atributos susceptibles de condicionar este rechazo o aceptación, entre los que se han incluido atributos de color, atributos de sabor, atributos de temperatura y atributos de textura.