Las instalaciones de Asincar acogieron en enero la presentación del proyecto europeo Alliance que ha sido aprobado dentro del programa Horizonte Europa y en el que colaboran en Asturias el Centro Tecnológico Agroalimentario ASINCAR, la Consejería de Medio Rural y el Consejo Regulador de la IGP de la Faba Asturiana. El proyecto incluye un piloto en Asturias en el que se desarrollarán y validarán tecnologías sensóricas avanzadas que permitan identificar posibles fraudes en la cadena de la IGP Faba Asturiana.
En el transcurso del acto intervinieron Begoña López, directora General de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias; Roberto Morán, de ASINCAR, quien presentó los retos, objetivos e impacto esperado del proyecto; Pelayo González y Martín F. Hervello, también de ASINCAR, quienes hicieron una demostración práctica de aplicaciones basadas en tecnología NIR e hiperespectral para la industria alimentaria, y Sergio Suárez, presidente de la IGP Faba Asturiana, quien presentó la visión de la IGP Faba Asturiana en torno al proyecto Alliance.
En el transcurso de la jornada los ponentes presentaron los principales objetivos del proyecto con el que se pretende mejorar la trazabilidad y la autenticidad en la cadena de valor de alimentos con un sello de calidad IGP, DOP y BIO a través de la implementación de tecnologías digitales avanzadas, como el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial o el Blockchain.
En el caso concreto de Asturias se desarrollarán y validarán tecnologías de sensórica avanzada, basadas en Espectroscopía de Infrarrojo Cercano (NIR) e imagen hiperespectral, que permitan identificar de forma rápida posibles fraudes en la cadena de la faba IGP, principalmente la mezcla de fabas certificadas asturianas con otras más baratas de otras áreas, o el desarrollo de una “huella dactilar” de cada finca certificada.
A lo largo del proyecto se abordarán siete pilotos, análogos al de la faba, en diferentes puntos de Europa incluyendo alimentos como el aceite virgen extra, queso, miel, patatas, pasta y frambuesas, todos ellos con algún sello IGP, DOP o BIO.
El proyecto tiene una duración de tres años y en él participan 25 socios europeos, están involucrados doce países de la Unión Europea y se abordarán siete pilotos análogos al de la faba en diferentes puntos de Europa que incluyen alimentos como el aceite, queso, miel, patatas, pasta y frambuesas.