^{Aarón Santana}

^{Presidente de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE)}

El pasado 24 de febrero nos sorprendía la noticia de que el Ministerio de Hacienda ha rebajado el IVA de todo el pan, incluido el pan sin gluten, al 4 %. A través de una resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado, Hacienda informó que todo el pan incluido dentro de la categoría de “pan especial” (que incluye pan tostado, de molde, rallado, picos, etc.) debe tributar al 4 % y no al 10 %, como venía haciendo hasta ahora.
 

Se trata de una medida que desde hace años reclamamos desde las asociaciones de celiacos, por lo que consideramos que es una decisión acertada. No obstante, lamentamos que se haya tomado de forma obligada, a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo que se publicó en octubre del año pasado. En esta sentencia, resultado de la denuncia de una empresa fabricante del pan, el Tribunal Supremo dictaminó que las diferencias en ingredientes o en la elaboración del producto no es motivo suficiente para que tengan un IVA diferente.

 
Desde la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), entidad que represento, consideramos que con este cambio en la tributación del pan sin gluten se mejora la accesibilidad a este producto para las personas con enfermedad celiaca.

Sin embargo, se trata de una medida totalmente insuficiente, que aliviará muy poco el sobrecoste de más de 1.000 euros al año en la cesta de la compra que soportamos las personas celiacas, según refleja el último informe de precios de productos sin gluten que elaboramos cada año en FACE, en el que en el que se analizan las diferencias de precio entre productos con y sin gluten.
 

Quiero recordar que España sigue siendo uno de los pocos países de la Unión Europea que no ofrece ningún tipo de ayuda económica o alimentaria directa a las personas con enfermedad celiaca. Una situación tremendamente injusta, pues las personas que sufrimos esta enfermedad (recuerdo que es una enfermedad que puede conllevar problemas graves para la salud de quien la padece) debemos costearnos nuestro propio tratamiento, sin recibir ninguna ayuda, como sí ocurre con pacientes que sufren otras enfermedades.
 
Las administraciones públicas deben escuchar las demandas que nuestro colectivo lleva haciendo ya demasiado tiempo y facilitar ayudas para que llenar la cesta de la compra no siga siendo un lujo.
 
Por otro lado, las asociaciones de celiacos confiamos en que la recién anunciada bajada del IVA en el pan sin gluten se aplique de forma correcta por parte de distribuidores y fabricantes, con miras a proteger la economía del colectivo celiaco, y no sirva, como en más de una ocasión nos hemos encontrado, para fijar precios más altos como parte de una estrategia de posicionamiento en el mercado.
 

Granito a granito, logro a logro, conseguiremos normalizar la vida de las personas celiacas en nuestro país.