La Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), creada en 1996, tiene como misión impulsar y fomentar la innovación, el desarrollo tecnológico y la investigación aplicada en las empresas y en la sociedad, convirtiéndose en un aliado estratégico de las empresas en su competitividad e internacionalización. En la actualidad, cuenta con 52 socios, distribuidos por toda la geografía nacional. En conjunto, emplean a casi 10.800 profesionales, de los que más de 8.500 son personal investigador y 1.700 doctores y doctoras, y dan servicio a más de 29.000 empresas cliente cada año.
El próximo día 13 de noviembre, los socios de Fecit se reunirán en Madrid en la tercera edición de meetech Spain (www.meetechspain.com), el evento de referencia de la investigación aplicada, en el cual mostrarán al mercado sus capacidades tecnológicas.
Como adelanto a meetech Spain, Fedit organizó el pasado 7 de octubre un viaje de prensa para descubrir cómo el conocimiento generado en un Centro Tecnológico se convierte en resultados económicos y sociales reales. Es decir, en innovación tangible.
En concreto, en el viaje se visitaron dos de las sedes que la Fundación Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación (CTIC) tiene en Asturias: su sede de Gijón, y su living lab rural de Peón, CTIC RuralTech. En ellas se dieron a conocer varios casos de aplicación práctica a sectores como Energía, Medioambiente, Transporte, Salud y Agroalimentación.
CTIC RURALTECH: TECNOLOGÍA AL SERVICIO DEL TERRITORIO
En el caso de CTIC RuralTech, Pablo Coca, director general de CTIC, y Marta Tamargo, subdirectora general de CTIC, explicaron que se trata de un living lab que utiliza inteligencia artificial, sensorización avanzada y análisis de datos para afrontar retos como la prevención de incendios, la sostenibilidad agroganadera o la transición energética. Se ha convertido en un referente europeo de digitalización aplicada al medio rural.
Cuenta con varias infraestructuras destacadas. En primer lugar, su simulador climático. Basado en sensórica y tecnologías IoT (Internet of Things), permite recrear simultáneamente diversos climas y realizar experimentos de estrés climático con distintos tipos de cultivos de ciclo corto. Cuenta con tres cámaras de simulación, siendo posible programar un escenario de clima distinto en cada uno de ellos. Las cámaras cuentan con equipos y sensores para controlar temperatura, humedad, luz, ventilación, riego, concentración de CO2, etc. Esta instalación permite a CTIC abordar proyectos de agricultura de precisión 4.0.
Igualmente, su Sistema de Inteligencia Territorial, desplegado en el Valle de Peón, es una infraestructura sensórica orientada a la monitorización de explotaciones agroganaderas y su entorno. Los distintos sensores están conectados a través de una red de cobertura LoRaWAN, que permite vincular todos los dispositivos IoT y gestionar, almacenar y procesar los datos capturados desde el centro de mando ubicado en CTIC RuralTech.
Por otro lado, el centro ha impulsado una comunidad energética local que abastece con energía solar al propio Centro Tecnológico (incluido el simulador climático, con alto consumo eléctrico), a la escuela de Peón y a seis viviendas. Se trata de un módulo de producción fotovoltaica con volcado directo a red y un módulo de acumulación en baterías. CTIC ha desplegado una instalación fotovoltaica con 88 paneles solares y una potencia pico de 35kW, además de un sistema de baterías para el almacenamiento de los excedentes de energía y su aprovechamiento durante la noche y las horas con mayor demanda. Esta infraestructura permite a CTIC abordar proyectos de inteligencia artificial aplicada a conceptos de producción y consumo flexible de energía.
De cara al futuro, está en construcción Hydra, una infraestructura móvil de hibridación energética para la experimentación en gestión eficiente de la energía.
Pablo Coca, director general de CTIC, destacó que “RuralTech demuestra que la innovación no es solo cosa de las ciudades. La digitalización puede ser la clave para fijar población, crear nuevas economías y gestionar mejor los recursos naturales”.
REDUCCIÓN DE LA HUELLA DE CARBONO EN GANADERÍA
El laboratorio RuralTech no solo experimenta con datos, sino con realidades productivas. En colaboración con Central Lechera Asturiana (CLAS) y otras cooperativas, trabaja en proyectos que buscan reducir la huella de carbono en origen y mejorar la eficiencia de las explotaciones ganaderas a través del uso de tecnologías digitales.
Desde la cooperativa explican que el 80 % de las emisiones de su cadena de valor se produce en las ganaderías, principalmente por la alimentación animal y el metano entérico generado durante la digestión. “Nuestro compromiso es reducir un 30 % de esas emisiones en 2030, dentro de la alianza 30/30 de las cooperativas españolas”, señaló Ramón García, director Aprovisionamiento, Servicios Agrarios y Relación con el Socio de Central Lechera Asturiana.
Para lograrlo, están combinando monitorización ambiental, análisis de suelos y control digital de cultivos forrajeros con herramientas que permiten evaluar en tiempo real la digestibilidad del alimento, el bienestar del animal y la capacidad de los suelos para secuestrar carbono. “Buscamos un equilibrio muy fino entre sostenibilidad, bienestar y calidad del producto. Por eso colaboramos con centros como CTIC, que nos ayudan a medir, ajustar y validar cada paso con tecnología”, subrayó García.
El uso de estas soluciones en un entorno demostrador permite ensayar en condiciones reales cómo influyen distintas combinaciones de forrajes, pastos o micronutrientes en la huella ambiental de las ganaderías. “Gracias a infraestructuras como el simulador climático o los sensores del valle podemos trabajar con precisión y conocimiento”, apuntó el directivo de CLAS.
La colaboración entre CTIC y CLAS también se extiende al proyecto europeo GuardIANS, financiado por el programa Horizon Europe y coordinado desde Asturias. La iniciativa involucra a diez países y una red de cooperativas, centros tecnológicos y de investigación que exploran cómo las tecnologías digitales pueden fortalecer el papel de los agricultores y ganaderos como ‘guardianes del territorio’.
En el marco de GuardIANS, se están ensayando nueve tecnologías, entre ellas blockchain, sensores de CO₂ y metano, y herramientas de trazabilidad, con el objetivo de dotar al pequeño agricultor y ganadero de instrumentos que le permitan competir en un mercado global sin perder sostenibilidad ni identidad local.
“Queremos demostrar que la innovación puede equilibrar el terreno de juego entre grandes corporaciones y pequeñas cooperativas. La tecnología es un aliado para mantener vivo el campo europeo”, explicó Fidel Díez, director de I+D de CTIC.
QUESIA, UNA HERRAMIENTA AL SERVICIO DEL MAESTRO QUESERO
Otro de los proyectos mostrados en la visita es QuesIA, premiado proyecto que ha transformado la producción de 60 variedades de queso en Industrias Lácteas Monteverde.
Enrique López Arguiz, Consejero Delegado de Industrias Lácteas Monteverde, señaló que QuesIA es un sistema experto basado en Inteligencia Artificial que recomienda al maestro quesero qué lotes de leche (de los más de 100.000 litros diarios que reciben cada día en sus instalaciones), son los más adecuados para producir las más de 60 variedades distintas de quesos de su catálogo.
El propio maestro quesero fue quien entrenó el algoritmo en el que se basa QuesIA para que, a partir del análisis de una quincena de variables de la leche (nivel de proteínas, vitaminas, bacterias, grasa…), pueda determinar para qué variedad de queso es idónea, optimizando y maximizando la eficiencia tanto en el aprovechamiento de la materia prima, como en el proceso productivo.
El uso de QuesIA permite minimizar el tiempo necesario para la toma de decisiones, así como lograr una mayor uniformidad en calidad y propiedades organolépticas (sabor, olor, color, textura) en las variedades de queso y garantizar la continuidad del negocio ante procesos de relevo generacional.
La visita finalizó con un escanciado de sidra virtual, dentro de la experiencia ciberfísica inmersiva INMERSIDRA. A través de un entorno de Realidad Virtual, el usuario aprende y practica el arte del escanciado de sidra en un llagar digital. Este sistema está conectado a un dispositivo físico, de manera que cuando el escanciado virtual se realiza correctamente, la sidra se vierte simultáneamente en el mundo real.
CTIC representa uno de los ejemplos más claros de cómo los Centros Tecnológicos están impulsando la transformación sostenible del sector agroalimentario a través de la digitalización y la biotecnología, un eje que protagonizará la sesión ‘La nueva rentabilidad del “campo digital”: transformación sostenible para la alimentación del mañana’, temática que centrará una de las mesas redondas de meetechSpain 2025.