Rosa Gallardo Cobos
Directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba
La transformación digital del sector agroalimentario es una necesidad para responder a los grandes retos que este sector debe abordar hoy en día, y que la situación geopolítica y climática que atravesamos no ha hecho sino agudizar. Se trata de una oportunidad para avanzar simultáneamente en una mayor rentabilidad, productividad y sostenibilidad en un ámbito estratégico como es el agroalimentario. La transformación digital implica disponer de datos que convertidos en información permitan tomar mejores decisiones para optimizar los resultados de los actores de la cadena agroalimentaria. La digitalización ha permeabilizado muchas actividades del sector gracias a la creciente accesibilidad a datos masivos, tanto procedentes de bases de datos ya existentes, de sensores próximos o remotos, o de diferentes plataformas gratuitas o de bajo costo.
Pero la transformación digital es un proceso en el que resultan determinantes no sólo los aspectos tecnológicos, sino sobre todo aquéllos ligados a las capacidades, competencias, actitudes, cultura y compromiso con la innovación. Por esta razón, para acompañar al sector en este proceso de transformación digital son necesarios profesionales con expertise de dominio, que conozcan el funcionamiento del sector agroalimentario, pero que además tengan competencias digitales suficientes. Las competencias digitales contribuyen de forma significativa a las capacidades tecnológicas del sector agroalimentario en la producción de bienes y servicios a diferentes escalas espaciales y temporales. Lo que inicialmente fue la aplicación de la estadística, el análisis numérico y las tecnologías basadas en soluciones propias de la ingeniería, se ha convertido en un conjunto de disciplinas y sofisticadas herramientas tecnológicas relacionadas con la adquisición, estructura y análisis de datos, internet de las cosas, o inteligencia artificial en el marco de las tecnologías de la información y la comunicación.
Este profesional es el que tratamos de formar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba y es el que las empresas agrarias y agroalimentarias están demandando.
La formación del ingeniero agrónomo va evolucionando para adaptarse a las demandas de un sector que requiere profesionales con competencias cada vez más amplias y diversas. Frente al reto actual de la transformación digital, los ingenieros agrónomos con competencias digitales son absolutamente imprescindibles. El sector agroalimentario es un sector complejo, presenta peculiaridades, trabajamos con productos perecederos, biológicos, y no es por tanto un sector para generalistas o tecnólogos digitales y sí para especialistas en agroalimentación y tecnología digital, y ese es el perfil que ofrecen los ingenieros agrónomos con competencias digitales.
Por otro lado, la ETSIAM de la Universidad de Córdoba impulsó hace seis años la creación de un Máster en Transformación Digital del Sector Agroalimentario y Forestal (DigitalAgri), que pretende completar la formación en este ámbito de los profesionales del sector agroalimentario. El Máster DigitalAgri surgió de la alianza entre la Administración, la Universidad, las empresas tecnológicas y el sector agroforestal y agroalimentario, con el objetivo de impulsar y acompañarle en este proceso de transformación digital. El Máster DigitalAgri se ha consolidado como referente en el panorama nacional, con una demanda creciente.
El futuro del sector agrario requiere de altas dosis de innovación y de una apuesta decidida por la transformación digital.
Ello permitirá avanzar simultáneamente en una mayor producción de alimentos, en la eficiencia en el uso de recursos, en la protección del planeta y en una mejor rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Para imprimir a estos procesos de transformación el ritmo necesario, la presencia de jóvenes en el sector por un lado y la capacitación en competencias digitales básicas de los actores de la cadena de valor agroalimentaria por otro, resultan aspectos clave. El talento joven puede y debe desempeñar sin duda un rol clave para impulsar estos procesos de cambio que permitan avanzar al sector agroalimentario en las tres dimensiones de la sostenibilidad (económica, social y medioambiental) que la sociedad actual demanda.