^{Carmen Quintanilla Barba
Presidenta nacional de AFAMMER
Parlamentaria de Honor y Miembro Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa}
 

Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y la sostenibilidad de sus comunidades. Son fuertes, luchadoras, con manos curtidas por la tierra y el trabajo, pero también con corazones llenos de sueños e ilusiones.
 
Ellas son el eje esencial en el desarrollo de sus territorios y, sin embargo, son las primeras en marcharse en busca de las oportunidades que su propio entorno les niega.
 
La mujer rural es una mujer preparada que quiere liderar su propia vida y permanecer en su entorno, pero que necesita más apoyo y herramientas para poder hacerlo.
 

Hoy contamos con la generación de mujeres jóvenes mejor formada de la historia y, a pesar de ello, somos el segundo país europeo con la mayor tasa de desempleo femenino rural, y no habrá futuro para nuestros pueblos hasta que ellas no cuenten con las mismas oportunidades.
 

Sabemos que hablar de medio rural también es hacerlo de nuestro sector primario que alimenta al mundo.

Por ello, en AFAMMER hemos querido unir nuestros productos locales o de proximidad y a las mujeres rurales como factores fundamentales de nuestro territorio en el proyecto piloto “Raíces: Mujeres, Agroecología y Proximidad” que desarrollamos con la financiación de Legados en la provincia de Almería y que esperamos expandir a otras zonas de España.
 

El proyecto Raíces conecta a productores y productoras con grupos de consumo, de hostelería, servicios de catering y restauración, comedores y el consumo en general a través de la impartición de talleres gratuitos en los que se ha enseñado a elaborar productos gastronómicos con productos locales, charlas que hablan sobre la importancia de apoyar a los productores locales y, por supuesto, con la gran eco-feria que hemos celebrado en Adra el 6 de abril y que congregó 40 estands que fomentan la economía local y los productos ecológicos de proximidad y de confianza.
 
Esta conexión entre agricultores locales y distribuidores contribuye a la generación de empleo en actividades relacionadas con la agricultura ecológica y la producción de alimentos frescos. Unas oportunidades laborales de las que pueden beneficiarse directamente las mujeres rurales, que tradicionalmente han desempeñado un papel importante en las labores agrícolas.
 
Además, con el eco-mercado de Adra hemos dado espacio para que los productores locales exhiban y vendan sus productos, lo que significa creación de empleo en gestión y operación de mercado de estos productos. Y aquí las mujeres pueden desempeñar un papel fundamental no solo como productoras, también en la organización y gestión de eventos, así como en la promoción de los productos locales entre los consumidores.
 

Por otro lado, la obtención de un sello de calidad para los productos participantes, destacando su origen orgánico, local y el papel de las mujeres en su producción, abrirá puertas a nuevas oportunidades de comercialización y promoción.
 

Unas oportunidades directas de empleo a las que se suma el efecto multiplicador en sectores relacionados, como el turismo rural y el ecoturismo, pues con la promoción de los productos locales atraemos turistas interesados en experiencias auténticas y sostenibles e impulsar oportunidades en otros sectores como la hostelería o la artesanía local.
 

Gracias al apoyo y la confianza de Legados, con este proyecto hemos conseguido fortalecer el papel de las mujeres en la vida económica y social de sus pueblos. Y al mismo tiempo, hemos contribuido al desarrollo económico de las zonas rurales, porque son las raíces de las mujeres, las que crean liderazgo.