^{Miguel Sanz Castedo}

^{Director General de TURESPAÑA}

En el dinámico panorama económico de España, la interdependencia entre la industria alimentaria, la hostelería y el turismo es un elemento fundamental para el crecimiento y la prosperidad del país. Con más de 108.000 millones de euros de gasto turístico internacional y 85 millones de turistas extranjeros visitándonos en 2023, el impacto de estos visitantes en el consumo de alimentos y la afluencia a bares y restaurantes es innegable. La gastronomía española, reconocida a nivel mundial, incluye tres de los cinco mejores restaurantes del mundo: Disfrutar, Asador Etxebarri y Diverxo, además de la mejor bodega del mundo, Marqués de Murrieta. Esta excelencia culinaria se ha consolidado como un atractivo turístico de primer orden, convirtiendo a España en un destino de referencia para los amantes de la buena mesa y los viajeros en general.

El turismo representa un pilar económico crucial en España, contribuyendo con aproximadamente el 12 % del PIB y generando cerca de tres millones de empleos. Esta fuerte dependencia del turismo se refleja en la robusta demanda de servicios de hostelería y productos alimentarios, impulsando ambos sectores y creando un ciclo de crecimiento mutuo. La industria agroalimentaria, por su parte, es otro motor esencial de la economía, aportando un 10 % al PIB y empleando a más de 2,5 millones de personas. España es uno de los principales productores y exportadores de productos agroalimentarios en Europa, destacando en la producción de aceite de oliva, vino y frutas y hortalizas. Productos que, por otra parte, forman parte del atractivo y de la fortaleza de la marca turística España.

La sostenibilidad del modelo turístico español es un pilar fundamental en esta interconexión. Promover un turismo sostenible, que contemple no solo el respeto al medio ambiente, sino también el equilibrio social y económico, es esencial para asegurar que el turismo continúe siendo una fuente de beneficios a largo plazo. La gestión responsable de los recursos naturales, la preservación del patrimonio cultural y la integración de las comunidades locales en el desarrollo turístico son aspectos cruciales para mantener el atractivo y la viabilidad del destino.

Un ejemplo destacado de sostenibilidad es el enfoque en la reducción del impacto ambiental. En esto, también están inmersas las empresas del sector alimentario y de la hostelería que están adoptando prácticas más ecológicas, como la reducción del uso de plásticos, el reciclaje y la gestión eficiente de residuos. Además, hay un creciente interés por la gastronomía sostenible, promoviendo el consumo de productos locales y de temporada. Esto no solo reduce la huella de carbono, sino que también apoya a los productores locales, contribuyendo al desarrollo económico de las comunidades rurales.

La sostenibilidad económica se refleja en la diversificación de la oferta turística. España está promoviendo destinos menos conocidos y emergentes, aliviando la presión sobre las áreas turísticas más saturadas y distribuyendo los beneficios económicos del turismo de manera más equitativa por todo el país, impulsando el desarrollo económico y afrontando el reto demográfico.

El compromiso con la sostenibilidad también se extiende a la innovación y la tecnología. La industria alimentaria y la hostelería están adoptando nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de sus operaciones. Desde la agricultura de precisión hasta la gestión inteligente de los recursos en los hoteles, estas innovaciones están ayudando a reducir el impacto ambiental y a mejorar la rentabilidad.

Es, por tanto, fundamental para el desarrollo de nuestro país, poner en valor la estrecha relación entre la industria alimentaria, la hostelería y el turismo en España. Una interdependencia mutuamente beneficiosa que impulsa la economía nacional y tiene la oportunidad de convertirse en una palanca estratégica para la trasformación hacia un modelo de desarrollo más sostenible. La excelencia gastronómica y el compromiso con la sostenibilidad son elementos clave que aseguran el futuro próspero de estos sectores interconectados que, además, sienta las bases para un turismo más responsable y resiliente, capaz de enfrentar los desafíos del futuro y continuar siendo un destino líder a nivel mundial.