Andrés del Campo, presidente de Fenacore

Andrés del Campo: "SOS frente a la sequía: el campo necesita soluciones ya"

Fenacore

11 de septiembre, 2022

El regadío es uno de los pilares fundamentales del sistema agroalimentario: hacemos un uso eficiente del agua y somos punteros en tecnologías



Andrés del Campo

Presidente de Fenacore

 

Las reservas de agua están bajo mínimos en nuestro país y marcan récords, con cifras que no habíamos conocido en los últimos 25 años. Esta situación, aún más grave durante el verano por las frecuentes olas de calor, ha hecho saltar todas las alarmas y ha provocado restricciones en el uso de agua en distintos municipios de España.

 

Los ciudadanos empiezan a sufrir ya los efectos de una situación de sequía y la preocupación se acrecienta en un escenario económico como el actual, especialmente incierto y marcado por la alta tasa de inflación y una escalada de los precios energéticos sin parangón en nuestra historia más reciente.

 

Por todo ello, desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) no podemos comprender que haya quien, desgraciada y sorprendentemente, está culpabilizando al regadío de la falta de agua, un sector contra el que parece haberse orquestado una campaña de demonización que tendrá consecuencias fatales.

 

Los regantes somos siempre el primer uso que sufre restricciones en sus dotaciones en periodos de sequía. La normativa es clara y la prioridad de uso es siempre para el abastecimiento, como establece la Ley de Aguas, los Planes de Sequía y así lo aplican las Confederaciones Hidrográficas y la Autoridad Hidráulica, que es la que establece la distribución del agua.

 

Por eso, queremos denunciar una ofensiva contra nuestro sector que puede tener consecuencias graves si pone en peligro la supervivencia de nuestros cultivos y se agrava la crisis alimentaria que nos acecha.

 

Esta campaña de difamación, sin el más mínimo rigor ni análisis técnico, parte de colectivos ecologistas radicales, pero está siendo alentada desde el propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con mensajes como que “en sequía, el país tiene que disminuir las hectáreas de regadío”.

 

Nuestros cultivos son fundamentales para adaptar la agricultura a nuestros tiempos y garantizar la producción de alimentos seguros y de la máxima calidad. La situación es grave y están poniendo bajo sospecha a los regantes porque hace falta señalar a un culpable de las restricciones, ajeno a las propias Administraciones Públicas que son las responsables reales de su gestión, como Dominio Público Hidráulico Estatal.

 

No podemos olvidar que la gran mayoría de los regadíos en España han sido por iniciativa pública a través de los planes del Ministerio, las comunidades autónomas y el apoyo de los correspondientes ayuntamientos. Y es el MITECO quien otorga las concesiones para poner en marcha todos los regadíos, por lo que no es un asunto ajeno en absoluto a la Administración.

 

Junto a todos estos argumentos falaces contra el regadío se está omitiendo que los caudales ecológicos han reducido un 16% de media la disponibilidad de agua en España. Y que la totalidad de los caudales ecológicos en los embalses se obtienen exclusivamente de la escasa dotación disponible para el regadío, como venimos advirtiendo desde hace años.

 

Pero, además, las hectáreas de regadío en España representan el 18% de la superficie agraria útil, en línea o incluso por debajo del resto de países del entorno mediterráneo con los que nos podemos comparar, y lejos de cifras que algunos se empeñan en difundir. En Italia, por ejemplo, un 20% de la superficie agraria útil es de regadío y en Grecia, un 23,6%.

 

Batería de medidas

 

Hay muchos problemas en el horizonte. La falta de inversión en obras de regulación agravará la amenaza que suponen las sequías para España. Hay que tomar medidas realistas y necesarias de una vez por todas.

 

En nuestro país, solo se han ejecutado dos de cada diez euros de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos y no se han acometido un porcentaje elevado de infraestructuras hidráulicas esenciales para mitigar impactos del cambio climático, como las sequías.

 

Y no entendemos por qué no se construyen más embalses, ya que al cubrir el 80% de la demanda de agua en España, constituyen la principal y mejor solución para el problema. Las obras de regulación son también fundamentales a la hora de combatir las sequías al permitir embalsar en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite.

 

En este contexto, desde Fenacore, el pasado lunes -durante la reunión del Grupo de Trabajo de la Mesa de la Sequía- planteamos al Gobierno una batería de actuaciones que palíen esta situación. Constatamos la escasez de agua y la necesidad de ahorrar y de hacer un uso eficiente del recurso, que debe pasar también por un nuevo impulso a la modernización de regadíos. Y, por otro lado, insistimos en la importancia de las obras de regulación y de los embalses.

 

A estas alturas nadie duda de que el regadío es uno de los pilares fundamentales del sistema agroalimentario, del desarrollo rural y, en definitiva, de la economía de nuestro país. Hacemos un uso eficiente del agua y somos punteros en tecnologías, tras muchas décadas dedicados a invertir en innovación para afrontar los nuevos desafíos. Nos estamos jugando mucho y hoy más que nunca el campo lanza un SOS: nuestro futuro depende de las decisiones que deben tomarse ya.


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