Una de las claves del éxito que en los últimos años han experimentado las mandarinas españolas en los mercados nacionales e internacionales ha sido la obtención en los programas de mejora de nuevas variedades con características deseables como la ausencia de semillas, la facilidad de pelado y la alta calidad organoléptica. Uno de los objetivos del programa que se desarrolla actualmente en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) es la obtención de nuevas variedades de mandarina con pigmentación rojiza (“mandarinas sanguinas”). Este objetivo responde a la demanda del consumidor de alimentos cada vez más saludables.
Las nuevas variedades de mandarina pigmentadas se obtienen mediante el cruce de variedades clásicas de mandarina y variedades de naranja sanguina, como Moro o Tarocco. Los compuestos responsables de la coloración rojiza de los nuevos híbridos son las antocianinas, que además de dicha coloración tienen un alto poder antioxidante, y su consumo se ha asociado con grandes beneficios para la salud. A mayor concentración de antocianinas más intensa es la coloración de la pulpa y más saludables son los frutos.
Pero ¿cuál será la respuesta del consumidor? ¿Mostrará interés por las nuevas variedades con pulpa de color rojizo? ¿Le resultarán todas igual de atractivas?
En un estudio reciente realizado en el IVIA se evaluó la respuesta del consumidor en función de la intensidad de pigmentación de la pulpa de estas nuevas variedades de mandarina. El estudio se realizó en paralelo con 400 consumidores españoles y 400 italianos, a los que se le mostró una mandarina tradicional y tres nuevas variedades con diferente grado de pigmentación de la pulpa: ligero, medio e intenso (Figura 1). A la mitad de los consumidores de cada país se les informó de que el color rojizo era debido a la presencia de compuestos antioxidantes, mientras que a la otra mitad no se le dio información.
Los resultados del estudio mostraron que existe un mercado potencial para las nuevas mandarinas pigmentadas. Cuando se pidió a los participantes que indicasen cuál de las cuatro mandarinas sería su primera elección, un 30% de los participantes españoles y un 40% de los italianos indicaron alguna de las mandarinas pigmentadas. Los consumidores españoles consideran más atractivas las de pigmentación ligera, mientras que los consumidores italianos, presentan una buena aceptación tanto de las variedades de pigmentación ligera como media. Por el contrario, la variedad intensamente pigmentada no fue bien aceptadas en ninguno de los dos países.
Aportar información sobre las propiedades saludables asociadas a la coloración podría suponer un impulso importante para incrementar el interés de los consumidores españoles, lo que quedó reflejado en una mayor intención de compra hacia las variedades pigmentadas por parte de los consumidores que habían sido informados en comparación con aquellos que no recibieron información.
Los consumidores italianos están más acostumbrados a la presencia de cítricos pigmentados, ya que las naranjas sanguinas son un producto habitual en los mercados de este país, y los datos indican que ya son conocedores de los beneficios para la salud de este tipo de cítricos, por lo que la información aportada no tuvo efecto en su respuesta.
Es necesario informar a los consumidores del origen de estas variedades, ya que a priori, sobre todo los consumidores españoles las consideran poco naturales, lo que genera en ellos desconfianza. Esto podría estar ligado a la idea errónea de que son organismos modificados genéticamente, cuando en realidad no lo son, ya que se han obtenido mediante cruzamientos convencionales.