El Parlamento Europeo no debe hacer que la estrategia “De la granja a la mesa” sea insostenible para el sector agroalimentario. Así lo piensan las organizaciones europeas, agrupadas bajo el paraguas de Copa-Cogeca, que acaban de publicar una declaración conjunta. El próximo jueves 16 de septiembre, las comisiones de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad alimentaria (ENVI) y la comisión de Agricultura votarán su proyecto de informe en el que harán oficial su posición frente a la estrategia “De la granja a la mesa”.

Aunque los primeros estudios sobre el impacto de la estrategia lanzada por la Comisión en 2020 muestran tendencias muy preocupantes, los eurodiputados planean pedir objetivos y metas adicionales que serían insostenibles para la comunidad agrícola de la UE, consideran las asociaciones agrícolas.

Durante el verano, un nuevo estudio del Centro Común de Investigación confirmó los primeros análisis de impacto ya publicados sobre la estrategia emblemática de la Comisión para la Agricultura. La estrategia “De la granja a la mesa”, en su forma actual, conducirá a caídas significativas en las producciones y costos adicionales significativos para los productores. “Incluso si esta estrategia pudiera resultar de una reducción de las emisiones agrícolas de la UE, una gran parte de ella provendría de la reubicación de nuestra producción en terceros países”, aseguran desde Copa-Cogeca, y añaden que “sin más reflexión ni consulta, el Parlamento Europeo se prepara para votar esta semana propuestas adicionales que están desconectadas de las realidades del sector agroalimentario, lo que podría hacer para todos los firmantes de esta declaración que la estrategia sea aún más perjudicial para la supervivencia de todo el sector”.

No obstante, las organizaciones agroalimentarias afirman también que en los últimos tiempos están observando una creciente conciencia por parte de un cierto número de eurodiputados preocupados por garantizar nuestra soberanía alimentaria, nuestro liderazgo agrícola y el futuro de nuestros territorios rurales. “Ahora les pedimos que respalden sus palabras con acciones y pedimos a los miembros de las comisiones ENVI y AGRI que voten claramente en contra de las enmiendas de compromiso más perjudiciales del proyecto de informe que están poniendo en riesgo el futuro de nuestras explotaciones agrícolas europeas y sus industrias relacionadas”, afirman en su declaración conjunta.

Conscientes de la necesidad de adaptarse a los desafíos ambientales, y a pesar de la situación económica actual, las comunidades agrícolas de toda Europa están actuando para satisfacer las demandas de límites de emisiones, biodiversidad y bienestar animal. Por eso, “si la UE quiere que tengamos éxito, tendrá que apoyarnos con un marco político pragmático basado en objetivos realistas que sean coherentes con su política comercial, salvaguardar la igualdad de condiciones con las importaciones y proporcionar la asistencia necesaria para una transición sostenible”, dicen, y concluyen que “la sostenibilidad ambiental no puede desconectarse de la sostenibilidad social y económica, y esta sinergia va de la mano con objetivos pragmáticos”.