El eurodiputado de Ciudadanos y portavoz de Comercio Internacional en el Parlamento Europeo, Jordi Cañas, ha conseguido que se incluya el arroz entre los productos que pueden activar mecanismos de protección automáticos en caso de importaciones excesivas desde países en desarrollo que entran en el mercado europeo sin aranceles, para proteger así a los productores españoles y europeos. “Se trata de garantizar que nunca más el mercado europeo se vea inundado de arroz procedente de países como Camboya o Myanmar, que arruina a nuestros productores”, ha reivindicado.

  
La Comisión de Comercio Internacional ha aprobado un informe sobre la reforma del Reglamento sobre el sistema de preferencias arancelarias (GSP) de la UE, que recoge esta propuesta de Ciudadanos. Dicho sistema permite la importación sin aranceles o con aranceles reducidos de productos procedentes de países en desarrollo, para ayudarles a integrarse en la economía mundial y reducir la pobreza. Sin embargo, históricamente se han producido excesos de importaciones y era necesario incorporar para el arroz determinados mecanismos de protección, denominados salvaguardias, que se activan de forma automática para evitar que los productores europeos salgan perjudicados.

 
La reforma del Reglamento impulsada por Cañas incluye el arroz entre estos productos sensibles que permiten a la industria europea activar esas salvaguardias automáticas, “cuando se demuestre que el aumento de importaciones procedentes de cualquier país beneficiario causa o amenaza con causar graves dificultades económicas”, ha explicado el eurodiputado de Cs.

  
“Es una noticia muy importante para el sector arrocero español y europeo. Hay que luchar contra la competencia desleal y defender a nuestros productores. De esta forma se garantiza que nunca más el mercado europeo se vea inundado por arroz proveniente de terceros países”, ha defendido Jordi Cañas.

  
El eurodiputado ha dicho también que este Reglamento seguirá fomentando las relaciones comerciales con países en desarrollo “y contribuyendo a su desarrollo social y económico en beneficio de ambas partes”, pero luchando a la vez contra las prácticas desleales que afectan a los productores europeos, especialmente en el sector agrícola y el arrocero.