Treinta y un organismos que agrupan a las principales organizaciones de la cadena de alimentación de la UE, bajo el paraguas de Copa y Cogeca, enviaron una carta conjunta a la Comisión Europea solicitando mayor involucración en el futuro Marco legislativo para Sistemas Alimentarios Sostenibles (FSFS, por sus siglas en inglés), una de las iniciativas insignia de la estrategia “De la granja a la mesa”.

En su carta conjunta, los firmantes expresaron sus preocupaciones sobre la falta de diálogo y pidieron mayor participación entre la cadena alimentaria de la UE y la Comisión Europea para garantizar el éxito del nuevo marco legislativo. Considerando la ambición de este documento para acelerar y facilitar la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, “este diálogo es clave”, aseguran.

Los signatarios destacaron la necesidad de definir el alcance del marco. Para ser eficaz, este no debe ignorar la diversidad y las distintas realidades de la cadena alimentaria, sus productos y los procesos para que todos los actores puedan entregarlos. Una definición clara de sostenibilidad, manteniendo un equilibrio entre sus tres pilares, iría en la dirección correcta.

Desde Copa y Cogeca consideran que la coherencia política será fundamental para el éxito del FSFS. El marco propuesto deberá evitar duplicaciones con la legislación ya existente, garantizar un enfoque interdisciplinar e implicar a todas las DG pertinentes de la Comisión. También han de tenerse en cuenta el comercio y la dimensión internacional de lo que implica la sostenibilidad. Así pues, es necesario un alto nivel de armonización dentro de la UE para evitar la fragmentación del mercado.

Los firmantes también han recordado el hecho de que cualquier sistema alimentario sostenible debe garantizar la seguridad alimentaria (incluida la disponibilidad de alimentos, la asequibilidad y accesibilidad) y la seguridad nutricional.

Dada la complejidad del marco, existe una evidente necesidad de evaluar sus posibles costos asociados, así como los apoyos para la transición. Dicha evaluación no se puede hacer sin la participación de todos los actores involucrados en la cadena de valor agroalimentaria.