Ganadería

Desde Bruselas: La ganadería familiar pagará un alto precio por la revisión de la Directiva sobre Emisiones Industriales

Irene Quintela/Bruselas

13 de abril, 2022

La anterior Directiva data de 2010 y solo incluía las instalaciones ganaderas de mayor tamaño



La Comisión Europea acaba de publicar una revisión de su Directiva de Emisiones Industriales de 2010, que repercutía directamente en las explotaciones de mayor tamaño. El nuevo documento propone multiplicar por casi 10 el número de granjas ganaderas, porcinas y avícolas que será calificadas como “instalaciones agroindustriales”, lo que incluirá a muchas explotaciones familiares. Esta revisión obligaría a miles de explotaciones ganaderas familiares a cumplir con un protocolo de emisiones muy costoso, diseñado principalmente para grandes empresas.

 

Desde Copa y Cogeca consideran que “este enfoque contable, ideológico y desconectado de la realidad agrícola se siente como un golpe en toda Europa por parte de los ganaderos”, máxime cuando se produce apenas unos días después de que la UE publicase unas comunicaciones hablando sobre la necesidad de autonomía estratégica alimentaria.

 

Nuevos objetivos

 

Concretamente, con esta revisión, la Comisión se propone incluir la cría de cerdos, aves de corral y bovinos de más de 150 “unidades ganaderas”. De este modo, muchas explotaciones familiares serán clasificadas por la Comisión como “instalaciones agroindustriales” y entrarán en el ámbito de aplicación de la nueva directiva.

 

Según el ejecutivo comunitario, la norma representa apenas al 13% de las explotaciones ganaderas más grandes de la UE, pero desde Copa-Cogeca consideran que se trata de una afirmación “engañosa”. La razón es que, en Alemania y Finlandia, más del 90% de la producción de pollos de engorde se considerará “instalaciones agroindustriales”, mientras que la misma proporción de la producción francesa de carne porcina, de vacuno o lácteos también entran en la misma denominación.

 

“Este umbral arbitrario es impactante y muestra una profunda desconexión con las realidades agrícolas sobre el terreno. Adoptar ese enfoque numérico era la forma más simplista de abordar la cuestión”, aseguran desde la asociación agropecuaria europea. “A pesar de la evaluación de impacto de la Comisión, el umbral establecido es un arbitraje político que es un enfoque desequilibrado y parcial de la sostenibilidad”, añaden, y se preguntan “si el objetivo es establecer niveles deliberadamente bajos en vista de las negociaciones interinstitucionales, ¿se da cuenta la Comisión del mensaje catastrófico enviado a decenas de miles de agricultores que luchan diariamente por la viabilidad de sus explotaciones y la mejora de sus prácticas?”

 

Copa-Cogeca considera que la experiencia con la Directiva sobre emisiones industriales que entró en vigor en 2010 ha demostrado ser muy costosa, por lo que extenderla a la mayoría de las explotaciones ganaderas tendría consecuencias profundas para el sector, las zonas rurales y las familias de agricultores. También se han mostrado preocupados por la intención de la Comisión de regular el alcance y los umbrales de los sectores afectados en el futuro mediante actos delegados, haciendo que la situación sea aún más opaca e impredecible.

 

Por último, aseguran que esta propuesta plantea dudas sobre la coherencia del enfoque de la Comisión Europea en lo relativo a la ganadería de la UE. Pues, aunque la ganadería juega un papel crucial en el desarrollo de un sector energético de la UE (plan de acción REPowerEU), es probable que la nueva normativa afecte tanto a las explotaciones ganaderas existentes como a los proyectos futuros.

 

Reacciones

 

Christiane Lambert, presidenta de Copa, ha dicho que “a pesar de las diferentes crisis que se están acumulando, los ganaderos están haciendo esfuerzos significativos para evolucionar sus prácticas y combinar mejor la productividad y el respeto por el medio ambiente. El hecho de que la Comisión Europea hable de "instalaciones agroindustriales" para describir las explotaciones familiares demuestra que existe una confusión total sobre cuál es la realidad de la ganadería. Reducir el umbral de manera tan dramática afectará gravemente al modelo europeo de agricultura familiar con costos adicionales y cuellos de botella".


Por su parte, Ramon Armengol, presidente de Cogeca, declaró: "¿Cómo podrían los ganaderos familiares hacer frente a la avalancha de requisitos que la Comisión está impulsando en virtud del Pacto Verde de la UE? ¿Cómo se hará esto cuando ninguno de nuestros socios comerciales internacionales está aplicando medidas tan drásticas y es probable que los minoristas de la UE se nieguen a transferir estos costes? La respuesta de la Comisión a todas estas preguntas en la revisión propuesta es simple: no sabe/no contesta". 


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