Los agricultores y las cooperativas agrícolas de la UE llevan tiempo avanzando para mejorar los sistemas de gestión del plástico, reducir los envases de este material y también el desperdicio de alimentos gracias al uso de embalajes de diseño ecológico. En esta línea, el ejecutivo comunitario acaba de presentar una propuesta de Reglamento sobre envases y residuos de envases, que consideran necesaria para proteger el mercado común y evitar la fragmentación. Sin embargo, desde Copa-Cogeca lamentan que algunos de los objetivos – en particular, los que afectan al plástico reciclado, reutilización y rellenado de envases – pasen por alto la realidad sobre el terreno, sobre todo la de los productores de vino, frutas y hortalizas frescas, en un contexto socioeconómico difícil. Por ello, consideran que los esfuerzos que los agricultores están haciendo desde distintos ámbitos deben ser apoyados y no frustrados por requisitos y objetivos que consideran no solo inviables, sino contraproducentes.

“Los objetivos obligatorios de contenido reciclado propuestos para los envases de plástico no son realistas y van en contra de los objetivos de fomentar el consumo de más frutas y verduras”, aseguran desde Copa-Cogeca, donde añaden que, además, “no reconocen el papel que desempeñan los envases para garantizar la seguridad y calidad de los alimentos”. Consideran que la propuesta de prohibición de los envases de un solo uso para menos de 1,5 kilos de frutas y hortalizas frescas es desproporcionada, sin tener en cuenta los usos del material y el análisis del ciclo de vida, que demuestran la sostenibilidad de los envases.

Desde la organización agroalimentaria señalan también que el requisito propuesto para la compostabilidad de las pegatinas no hace referencia a ninguna norma específica. “Las restricciones sin alternativas viables darán lugar a que la protección y la vida útil se reduzcan drásticamente, así como la higiene, la calidad organoléptica y la trazabilidad”, critican, y aseguran que “en ese sentido, las restricciones no mejorarían el impacto medioambiental de la cadena de suministro; por el contrario, lo aumentarían, así como el desperdicio de alimentos”.

Uno de los objetivos más criticados de la propuesta presentada por la Comisión es el de la reutilización de botellas de vino. Copa-Cogeca considera que la recogida de botellas es muy difícil de conseguir, dado que el vino es un producto “que se disfruta en todo el mundo”, lo que plantea también importantes riesgos higiénicos.

Puesto que las botellas son utilizadas a menudo por los consumidores con diferentes objetivos, su recogida, limpieza y reutilización constituyen una labor que suponen mucha energía, combustible y agua, y que aumenta el riesgo de entrada y desarrollo de agentes patógenos. Por este motivo, la reutilización no se recomienda en la guía sanitaria de referencia del sector vitivinícola. “Además, cualquier objetivo obligatorio de reutilización iría en contra del objetivo de reciclaje para lograr la circularidad”, comentan desde Copa-Cogeca. A esto hay que añadir la complejidad logística de la organización de la recogida obligatoria y el transporte, así como la falta de infraestructuras adecuadas.

Censuran también que “los objetivos y requisitos mencionados no tienen en cuenta el difícil contexto socioeconómico y las repercusiones para los productores”. La guerra en Ucrania ha exacerbado las dificultades de acceso al material de envasado debido a la menor disponibilidad y asequibilidad de las materias primas. A ello se suma el aumento de los costes de los insumos, la energía y los alimentos, así como las interrupciones en la cadena de suministro. En este contexto, “las restricciones y los requisitos suponen importantes costes adicionales que las organizaciones de productores no pueden permitirse o trasladar a los consumidores”.

Por último, la innovación puede desempeñar un papel fundamental en la consecución de una verdadera economía circular, que es la ambición de la UE. En este sentido, desde Copa-Cogeca consideran que “no reconocer y promover el contenido de base biológica, junto con el contenido reciclado, es una oportunidad perdida, ya que puede servir para reducir la dependencia de la UE de los recursos fósiles y potenciar la bioeconomía, detener la tendencia actual de exceso de envases y de residuos, y, en última instancia, ofrecer mejores resultados económicos y medioambientales”.

EuroCommerce, satisfecho con la propuesta

En respuesta al proyecto revisado de Reglamento sobre envases y residuos de envases, la directora general de EuroCommerce, Christel Delberghe, comentó que su sector “quiere un Reglamento directamente aplicable con normas armonizadas claramente definidas a nivel de la UE”. Así pues, desde la asociación de minoristas y mayoristas europeos apoyan los esfuerzos para reducir la complejidad de los materiales de embalaje y rediseñar los envases para permitir un mejor reciclaje.

Añaden que muchos de sus negocios podrían alcanzar el objetivo propuesto por la Comisión antes del 2030, pero para ello ven necesario hacer algunas mejoras, como garantizar un alto nivel de armonización en cuestiones como las instrucciones de clasificación, que es clave para salvaguardar la libre circulación de mercancías en el mercado único, garantizando al mismo tiempo la disponibilidad de embalaje. Otra propuesta es la inversión y ampliación de la infraestructura pública y privada de clasificación y reciclaje de residuos para garantizar que el material reciclado está disponible en cantidades suficientes y a un precio asequible.

En palabras de Christel Delberghe, EuroCommerce “se complace de ver que la Comisión ha propuesto un Reglamento sobre residuos y residuos de envases para sustituir la Directiva existente y pedir a los legisladores que mantengan este nivel de armonización”.