Investigadores del Inserm, del INRAE (Instituto Nacional para la Investigación Agronómica de Francia), de la Universidad Sorbona París Norte, de la Universidad París Cité y del Cnam, dentro del Equipo de Investigación en Epidemiología Nutricional (Eren-Cress), han estudiado las consecuencias sobre la salud cardiovascular del consumo de emulsionantes alimentarios. Analizaron los datos de salud de 95.442 adultos franceses (con una edad media de 43 años; 79% mujeres) sin antecedentes de enfermedad cardiovascular que participaron en el estudio de cohorte NutriNet-Santé (https://etude-nutrinet-sante.fr/) con respecto a su consumo general de este tipo de aditivos alimentarios.
Los resultados sugieren una asociación entre la ingesta dietética de aditivos emulsionantes y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. El trabajo se ha publicado en el British Medical Journal. Los emulsionantes mejoran el aspecto, sabor y textura de los alimentos y alargan su vida útil, y están entre los aditivos más utilizados en la industria alimentaria, para alimentos como bollería, helados, chocolate, panes industriales, margarinas y comidas preparadas. Incluyen celulosas, mono y diglicéridos de ácidos grasos, almidones modificados, lecitinas, carragenanos, fosfatos, gomas y pectinas.
Algunas investigaciones recientes sugieren que los emulsionantes pueden alterar la microbiota intestinal y aumentar el riesgo de inflamación, lo que podría aumentar la susceptibilidad a problemas cardiovasculares.
Durante los primeros dos años de seguimiento, los participantes en el estudio completaron al menos tres (y hasta 21) días de registros alimentarios en línea. Luego, cada alimento o bebida consumido se cruzó con bases de datos para identificar la presencia y dosis de aditivos alimentarios, incluidos emulsionantes. También se realizaron ensayos de laboratorio para proporcionar datos cuantitativos.
Se pidió a los participantes que informaran sobre cualquier evento cardiovascular importante, como un ataque cardíaco o un derrame cerebral, que fueron validados por un comité de expertos después de revisar sus registros médicos. Las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares también se registraron utilizando el registro nacional de defunciones francés. También se tomaron en cuenta varios factores de riesgo bien conocidos de enfermedades cardíacas, como la edad, el sexo, el peso (IMC), el nivel educativo, los antecedentes familiares, el tabaquismo y los niveles de actividad física, así como la aptitud general de la dieta (por ejemplo, la ingesta de azúcar, sal, energía y alcohol).
Tras un seguimiento de siete años, los científicos constataron que los aportes más elevados de celulosas totales (correspondientes a los códigos E460 a E468) están asociados a riesgos más elevados de enfermedades cardiovasculares. En particular, esta asociación se observa específicamente para los aportes de E460 (celulosa microcristalina, celulosa en polvo) y E466 (carboximetilcelulosa).
Por otra parte, los aportes más elevados de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos (E471 y E472) están asociados a riesgos más elevados para todas las patologías estudiadas. Entre estos emulsionantes, los ésteres lácticos de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos (E472b) están asociados con riesgos más elevados de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, y el éster cítrico de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos (E472c) está asociado a un riego más elevado de enfermedades cardiovasculares y coronarias. Asimismo, un consumo elevado de fosfato trisódico (E339) también está asociado con un riesgo acumulado de enfermedades coronarias.
Esta asociación no ha sido detectada en este estudio entre otros emulsionantes y la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Los autores reconocen que se trata de un único estudio observacional, por lo que no puede establecer la causalidad por sí solo, y que tiene algunas limitaciones, como la alta proporción de mujeres o el mayor nivel de educación en comparación con la población francesa general, que pueden limitar la generalización de los resultados.
No obstante, la muestra del estudio fue grande, se utilizaron datos detallados y únicos sobre los aditivos alimentarios, y los resultados se mantuvieron sin cambios después de múltiples análisis de sensibilidad, lo que refuerza su solidez.
“Si estos resultados se replican en otros estudios en todo el mundo, aportarán nuevos conocimientos clave al debate sobre la reevaluación de las regulaciones relativas al uso de aditivos en la industria alimentaria, con el fin de proteger mejor a los consumidores”, explican Mathilde Touvier, directora de investigación del Inserm, y Bernard Srour, profesor junior del INRAE, principales autores del estudio.
Referencia
Laury Sellem, Bernard Srour, Guillaume Javaux, Eloi Chazelas, Benoit Chassaing, Emilie Viennois, Charlotte Debras, Clara Salame, Nathalie Druesne-Pecollo, Younes Esseddik, Fabien Szabo de Edelenyi, Cedric Agaesse, Alexandre De Sa, Rebecca Lutchia, Erwan Louveau, Inge Huybrechts, Fabrice Pierre, Xavier Coumoul, Leopold K Fezeu, Chantal Julia, Emmanuelle Kesse-Guyot, Benjamin Alles, Pilar Galan, Serge Hercberg,, Melanie Deschasaux- Tanguy, Mathilde Touvier. Food additive emulsifiers and risk of cardiovascular disease in the NutriNet-Santé cohort: prospective cohort study. British Medical Journal 2023 https://www.bmj.com/content/382/bmj-2023-076058