Jacobo Olalla Marañon
Director General de Cerveceros España
Revista Alimentaria.- Cerveceros de España celebró su centenario en 2022. ¿Cómo vive la experiencia de representar a una asociación tan longeva y un producto tan especial?
Jacobo Olalla.- Lo vivo con una mezcla de orgullo y responsabilidad. Orgullo, puesto que creo que somos la organización empresarial del sector agroalimentario más longeva de España. Hay pocas entidades que sean centenarias también, como por ejemplo La Viña o Foment de Treball en Cataluña, pero estas circunscriben solamente a nivel autonómico, mientras que nosotros tenemos alcance nacional.
Respecto a la responsabilidad, la de mantener este legado que se remonta a cuando hace más de cien años unos visionarios del sector cervecero (algunos de sus descendientes todavía forman parte de la asociación en algunos casos), decidieron aunar esfuerzos para trabajar en lo que nos une: la defensa de la categoría, de los intereses de la producción de cerveza en España, y lo que ello lleva consigo, tanto aguas arriba, como es el caso de la producción de cebada y de lúpulo, como aguas abajo, los consumidores, que son nuestra mayor responsabilidad.
R. A.- ¿Qué eventos realizaron con motivo de este centenario?
J. O.- Con motivo del centenario, que recientemente acabamos de clausurar en nuestra Asamblea General celebrada en marzo, celebramos por primera vez fuera de Bélgica el Brewers Forum, que es un punto de encuentro de cerveceros de todo tipo y de todo el mundo. Este año va a ser en Praga, República Checa, un país también de gran cultura cervecera, como España.
En la edición celebrada en España asistieron representantes de todos los países de la Unión Europea, también de Estados Unidos, de Asia… Fue un acto muy emotivo porque supuso además la reconexión presencial después de la pandemia. Los cerveceros vivimos de la presencialidad, del encuentro social, de la celebración, y en este sentido ha sido un orgullo que se haya celebrado en España.
R. A.- ¿Con cuántos socios cuenta Cerveceros de España y qué servicios les presta?
J. O.- A lo largo de estos años hemos tenido un nivel de representatividad altísimo. Cuando nacimos, formaban parte de nuestra asociación prácticamente todos los grupos cerveceros que existían en España en 1922, y ahora en 2023 representamos a casi un centenar de asociados, desde los grandes cerveceros históricos, centenarios, hasta las empresas más recientes que se van incorporando al sector. Siempre tratamos de acogerles, ayudarles y animarles, ya que esta es la casa común de todos los cerveceros.
En definitiva, nuestros socios son aquellos que producen cerveza en España para su comercialización. No así, por ejemplo, aquellos que elaboran cerveza en casa de forma no profesional para su propio consumo.
Cada vez hay más cerveceros en número, porque se trata de un sector muy dinámico, que está continuamente innovando, lanzando nuevos tipos de cerveza y tratando de adaptarse a los gustos de un consumidor que cada vez tiene más cultura cervecera y quiere paladear una cerveza de extraordinaria calidad, como todas las que se hacen en España, pero también de variedades distintas para escoger una cerveza específica en un momento de consumo distinto, más allá de acompañar la comida, la cena, el tradicional tardeo o el aperitivo.
R. A.- Como ha indicado, el sector está centrado en los consumidores.
J. O.- En efecto, nos debemos a nuestros consumidores. Se trata de poner a su disposición un producto de altísima calidad como es el que se realiza en España, con independencia del tamaño del centro de producción y de las variedades que en su momento pueda demandar. No es lo mismo una cerveza que pueda acompañar el aperitivo, que para tomar después de un partido de tenis o de fútbol, o para acompañar una carne o un pescado, o en sustitución de la copa de la noche.
Prueba del alto nivel de las cervezas españolas es nuestro alto volumen de exportaciones. El año pasado superamos los 4,1 millones de hectolitros, lo cual supone una cifra récord en la historia de nuestras exportaciones, así como un incremento del 16,3 % respecto a las cifras del año anterior, y multiplicado por cuatro respecto a las de hace una decena de años. Además, es destacable que uno de los grandes países receptores de cerveza española es Reino Unido, donde si de algo saben es de cerveza.
A esto habría que añadir además la cerveza que exportamos a través de nuestros turistas. El año pasado estuvimos cerca y este año prevemos que vamos a superar el récord de turismo. Los turistas vienen a disfrutar de nuestra cultura, nuestro estilo de vida y nuestra tradición, y también de nuestra gastronomía. Buscan sobre todo una gastronomía de calidad a un precio razonable, y uno de los nueve primeros productos que destacan como nuestro gran valor añadido es la cerveza. Cuando la han consumido aquí y la han disfrutado, la quieren encontrar también en sus países de origen y esto también nos ayuda a exportar la cerveza española. Quieren rememorar esos buenos momentos pasados en nuestra patria y recuperar el sabor de una magnífica y de calidad cerveza española.
La cerveza se incluye perfectamente dentro de la alta cocina. Es un complemento extraordinario del vino y en algunos casos incluso lo sustituye porque está mejor posicionada para determinados platos: por ejemplo, los que contienen vinagre, como una ensalada; los postres con chocolate; el sushi, etc. Se trata en ambos casos de productos fermentados, junto con la sidra también, y ambos son productos milenarios y que están reconocidos como alimento por la legislación nacional, mantienen sus micronutrientes y pueden formar parte perfectamente de un estilo de vida sano y que apuesta por disfrutar de la vida.
R. A.- ¿Qué datos de producción tiene el sector de las cervezas en nuestro país?
J. O.- En 2022, España recuperó la segunda posición en producción de la Unión Europea, al elaborar 41,1 millones de hectolitros de cerveza. España supera así a Polonia y queda solamente por detrás de Alemania en el contexto de la UE.
R. A.- Respecto a los datos de consumo, ¿cómo ha evolucionado ahora que ya no hay restricciones en hostelería?
J. O.- El año 2022 ha sido un año récord tanto en producción como en consumo de cerveza, debido a una diversidad de razones: En primer lugar, como he citado antes, hemos exportado más que nunca. En segundo lugar, hemos recuperado casi el nivel de turistas que teníamos antes de la pandemia; ya en los dos primeros meses de 2023 lo hemos superado. Y en tercer lugar, se ha mantenido el consumo en el hogar, que se había incrementado mucho con motivo de las restricciones de la hostelería. Estas restricciones prácticamente han desaparecido, pero todavía no hemos recuperado el 100 % del consumo que se producía en hostelería. Creo que este año lo vamos a recuperar, pero el año anterior nos hemos quedado próximos, en torno a un 4 % por debajo del nivel récord del año 2019.
Nosotros vivimos de la sociabilidad, de los encuentros: vivimos de la hostelería y la hostelería vive de nosotros. Casi el 70 % de la cerveza que se consumía en España antes de la pandemia se tomaba en los más de 300.000 establecimientos de hostelería que existen en nuestro país, en los bares, en las terrazas y cafeterías. En torno a un 25 % - 40 % de sus ingresos netos dependen de la cerveza, porque no solamente es la cerveza, sino la cerveza y la tapa, o el pincho, o la comida. Según datos del Ministerio de Agricultura, el 86 % del consumo de cerveza en nuestro país se realiza con algún otro alimento sólido. Este binomio cerveza-tapa o cerveza-pincho es un claro motivador de la economía y creador de valor añadido.
R. A.- En cuanto a los cultivos de lúpulo y de cebada, ¿en qué situación se encuentran?
J. O.- La cerveza proviene fundamentalmente de tres materias primas agrícolas: agua, cebada y lúpulo. La práctica totalidad del lúpulo que se produce en España, también llamado ‘oro verde’, va destinada a la producción de cerveza, pero no cubre la demanda del sector, sobre todo en cuanto a variedades. Este lúpulo está muy concentrado en la zona de León, y ahora mismo también se está trabajando mucho y muy bien en zonas históricamente productoras de este cultivo, como Galicia, La Rioja o Cataluña, pero en cuanto a variedades amargas o aromáticas el campo español no cubre la totalidad de lo que demandan los maestros cerveceros para producir cerveza.
En cuanto a cebada, sí somos autosuficientes, de hecho estamos exportando cebada cervecera, ya en forma de malta. La cebada cervecera aporta mayor valor añadido al mercado, al campo, que la cebada de pienso, y también se exigen unas características específicas para que la cerveza tenga la calidad que demanda el maestro cervecero.
En este sentido, pienso que el convenio que se mantiene entre los cerveceros, los malteros y el Ministerio de Agricultura y las distintas comunidades autónomas es un ejemplo de éxito de buena práctica. Todos han trabajado conjuntamente para, a través de los diversos campos de ensayo que se tienen a lo largo de la Península, elaborar, producir y testar nuevos tipos de cebada de calidad cervecera para ver su rendimiento agronómico y podérselos ofrecer al campo y al cervecero para contar con materia prima nacional de alta calidad. El hecho que el 87 % de la cerveza que consumimos en España se produzca en España es de gran valor añadido para el campo español.
R. A.- ¿Qué está haciendo el sector para avanzar hacia la Economía Circular?
J. O.- Lo llevamos en el ADN, somos un alimento natural, nuestras materias primas son naturales, y así está reconocido por la legislación. Nos debemos a nuestros consumidores y por ello desde siempre el sector cervecero ha asumido compromisos, a nivel individual y también colectivo como sector, en cuanto a la reducción de emisiones, la reducción del consumo de agua, el uso de energías renovables, y la circularidad del envase.
Respecto a este último punto, fuimos los fundadores hace más de 25 años de Ecovidrio, una organización para recuperar los envases de vidrio que ponemos en el mercado y que está reconocida como modelo de éxito en la circularidad del envase. Somos líderes del sector de alimentación y bebidas en cuanto al empleo de envases reutilizables: casi el 80 % del consumo de cerveza en hostelería, que como he dicho es nuestra principal vía de consumo, se realiza en envases reutilizables.
Estamos muy orgullosos del trabajo realizado, pero no nos dormimos en los laureles: estamos siempre pensando en cómo mejorar los ratios de eficiencia energética, eficiencia medioambiental y de reducción de consumos. No obstante, hay que tener en cuenta que llega un momento en el que por mucho que aligeres la botella de vidrio no se puede reducir más, pero propongo a quienes estén leyendo que puedan comparar el peso de una botella de cerveza y de otra bebida y verán la diferencia.
R. A.- Por lo que se refiere al consumo responsable, ¿qué acciones lleva a cabo la Asociación para fomentarlo?
J. O.- El consumo responsable es la clave, un consumo sensato, con sentido común. La cerveza siempre se ha percibido como la bebida de la moderación y de la convivencia por excelencia. Tenemos unas pautas de consumo muy saludables, que forman parte de nuestra forma de entender y disfrutar la vida. Como mencionaba antes, en un 86 % la cerveza se consume junto con otro alimento sólido, en un 70% en hostelería, y además somos la bebida con la menor graduación alcohólica, en torno a los 4-5º, frente a los 14º del vino o los 40-50º de las bebidas destiladas. Además consumimos la cerveza dentro de un entorno sano, familiar o con los amigos. Son datos que se mantienen después de la pandemia y que era de interés de todos que se mantuvieran, es un consumo tanto entre semana como el fin de semana, no se focaliza en la noche y el fin de semana y estamos muy alejados de las circunstancias de consumo más conflictivas. El fenómeno de la litrona, famoso en su día, ha desaparecido y ha sido sustituido por otros tipos de consumo.
Aun así, desde el sector reforzamos este mensaje de consumo sensato, consumo responsable. Queremos que la cerveza se siga percibiendo y consumiendo como lo que es, la bebida de moderación y de convivencia por excelencia. Por eso trabajamos en colaboración con otras entidades de la sociedad civil y con los ministerios en reforzar el mensaje de la sensatez en el consumo, por adultos y por adultos sanos.
Asimismo, también trabajamos para presentar la cerveza sin alcohol como la alternativa positiva en determinados momentos de consumo en los que no es recomendable la cerveza convencional, aunque tenga baja graduación alcohólica. Por ejemplo, cuando se va a conducir o una madre durante la lactancia. Se trata de cervezas que tienen todas las características organolépticas de la cerveza con alcohol, y se elaboran con las mismas materias primas. Tenemos ya una gran variedad de cervezas sin alcohol: más allá de las lager, tenemos también cervezas tostadas, negras, e incluso IPA, que las empresas ponen a disposición de aquel consumidor que quiere tomar cerveza pero que no puede o no debe consumir alcohol.
En España somos líderes en el mundo en producción y consumo de cerveza sin alcohol. Por un lado, estamos más concienciados, pero es que además la calidad de la cerveza sin alcohol en los últimos decenios ha crecido porque el sector ha invertido mucho en esta categoría, y la producen de distintas variedades para que cada cual opte por el tipo de cerveza sin alcohol que más le interese.
Además, se dan otras tres circunstancias que contribuyen a este aumento del consumo de cervezas sin alcohol. En primer lugar, en España nos gusta tomar la cerveza muy fría, con lo cual las pequeñas variaciones organolépticas que pueda haber respecto a una cerveza tradicional desaparecen. En segundo lugar, como he dicho antes la cerveza la tomamos con otro alimento sólido, y este binomio es imbatible. Y tercero y más importante: los españoles, cuando consumimos cerveza no buscamos consumir alcohol. Buscamos su frescor, su amargor, acompañar al aperitivo. Forma parte de nuestra cultura, es como un refresco para los adultos, y creo que esto es un modelo de éxito.
R. A.- Recientemente la industria mostraba su preocupación por el etiquetado para bebidas alcohólicas aprobado en Irlanda, que incluye advertencias sanitarias. ¿Cuál es la posición del sector al respecto?
J. O.- Es un etiquetado que se está promoviendo por el gobierno irlandés, país donde existe un problema de abuso de alcohol, a pesar de que tiene la tasa de impuestos más alta de toda Europa, lo cual demuestra que no es la vía para solucionarlo.
Este etiquetado asocia el consumo de cualquier bebida con contenido alcohólico, ya sea vino, cerveza, sidra o bebidas espirituosas, con los grandes males de la humanidad. No es un mensaje creíble porque no hay evidencia científica que lo soporte, mientras que sí hay evidencia que respalda que el consumo moderado, sensato, por adultos sanos, de bebidas sobre todo de baja graduación alcohólica, es perfectamente compatible con una dieta equilibrada e incluso puede tener beneficios para la salud.
Ya veremos cómo se desarrolla. Por el momento, 11 países de la Unión Europea han presentado observaciones para evitarlo, y me consta que algún gobierno de terceros países también ha manifestado su oposición porque es una barrera al mercado único. El gobierno español nos ha apoyado, sobre todo los ministerios de Industria y de Agricultura.
Lo que aprobó el Parlamento Europeo en febrero de 2022 era absolutamente sensato, puesto que nos pedía que informemos en nuestro etiquetado a nuestros consumidores sobre recomendaciones de consumo moderado.
Siempre nos gusta resaltar que lo importante es la dieta, el equilibrio entre la dieta y el estilo de vida. España es un ejemplo claro de que la inmensa mayoría de los que consumimos cerveza tenemos un equilibrio entre las pautas de consumo de cerveza y nuestro estilo de vida, agradable, saludable y yo creo que más feliz. Sobre el mito de la ‘barriga cervecera’ (que curiosamente en Italia se llama ‘pancetta di vino’), hay que tener en cuenta que debemos preocuparnos más de no acompañar la cerveza con alimentos muy calóricos que de la propia cerveza.
R. A.- Las cervezas artesanas tienen mucho que decir en los últimos años.
J. O.- La irrupción de las cervezas artesanas o craft es una gran noticia para el sector, para el consumidor y para la cultura cervecera. No se trata de un fenómeno únicamente español, sino también europeo e internacional. Al final, la cerveza es un producto milenario y hay tantas variedades de cervezas como maestros cerveceros. Las cervezas artesanas nos aportan aire fresco e incrementan la cultura cervecera y el compromiso de los cerveceros por nuevas variedades y tipos de cerveza. Por nuestra parte, les acogemos y esta es su casa también, muchísimas de ellas están representadas en la asociación.
R. A.- ¿Cómo ve ahora mismo al sector cervecero español?
J. O.- Se ha manifestado como un sector muy potente, que apuesta por el país, por nuestras materias primas, por la producción española; que aporta a la economía nacional en torno al 1 % del PIB. También aporta la Marca España fuera de nuestras fronteras, no solo a través de la exportación sino también del turismo: el 25 % del consumo de cerveza en España lo realizan los turistas.
Somos una potencia cervecera europea: como indicaba antes, en 2022 solamente nos ha superado Alemania en la producción de cerveza. Somos un sector que ha apostado siempre por las novedades, por la inversión, por las nuevas iniciativas. Además del ejemplo que he puesto de la cerveza sin alcohol, también tenemos cerveza para celíacos, cerveza mixta, etc.
Somos un sector que ha apostado por el empleo y la creación de valor añadido. Contribuimos a la creación de más de 400.000 puestos de trabajo (el 90 % de ellos en el sector hostelero), lo cual nos convierte en el segundo país donde el sector cervecero genera más empleo, solo por detrás de Alemania. Por otro lado, en 2022 el sector de la cerveza invirtió más de 41 millones de euros en apoyar al deporte español, patrocinando a cerca de 100 entidades deportivas de más de 20 disciplinas diferentes.
Creo que es responsabilidad de todos, de los cerveceros, de las autoridades y de los medios de comunicación, defender el consumo sensato de un alimento natural como es la cerveza dentro de nuestra idiosincrasia y nuestro estilo de vida.