Legalimentaria, la base de datos de legislación alimentaria europea, nacional y autonómica, ha celebrado esta mañana la jornada "Nuevos alimentos: cómo garantizar que son legales y seguros", que ha repasado la definición de estos productos y el marco legislativo que les afecta, así como los plazos para aprobación y proceso de nuevo alimento, recomendaciones, y cómo están trabajando las empresas y las starts-up en este campo.

Los ponentes han sido Carolina Najar, Food Business Director Customer Value Development de AZTI, e Iván Ludeña, Director/Consultor técnico de Iluquality responsable de consultoría técnica de Legalimentaria, y el moderador ha sido Fernando Martínez, director general de Revista Alimentaria.

Carolina Najar ha recordado que el marco regulatorio es complejo y siempre debemos tenerlo en cuenta. Además, "hay que saber qué grandes empresas se están moviendo en qué grandes campos, porque eso marca las futuras reglas de mercado en cuanto a nuevos alimentos".

"Desde el punto de vista de la innovación, la empresa tiene que saber qué tan nuevo puede ser percibido el nuevo alimento, mientras que si nos centramos en la tecnología, lo importante es que sea eficiente y sostenible", ha afirmado.

Najar ha hecho hincapié también en que los centros tecnológicos tienen el deber de innovar, de ir un paso por delante, y que la clave es la innovación colaborativa: "Nos tenemos que apoyar y estar abiertos a colaborar".

Ha señalado además que una de las principales tendencias en el mundo de la alimentación es la nutrición personalizada, que avanza cada vez más, y además los consumidores la empezarán a entender mejor.

Por su parte, Iván Ludeña ha explicado que el término de "nuevo alimento" está muy regulado: "Según el reglamento, se considera nuevo alimento todo aquel que no ha sido consumido en la UE de forma habitual antes de mayo de 1997. Pueden englobar también nuevas tecnologías, nuevos procesos de producción, e incluso alimentos que sí se consumen de forma tradicional en terceros países, pero no en la UE".

Ha aclarado también que se establecen tres premisas para un nuevo alimento: que sea seguro; que esté etiquetado de forma correcta para que no induzca a error al consumidor; y que, si va a sustituir a otro alimento, desde el punto de vista nutricional no tenga un efecto perjudicial para el consumidor".

Ludeña ha comentado que "muchas veces al consumidor final no le llega el concepto como tal de nuevo alimento. Por ejemplo, las semillas de chía han pasado hace poco por un proceso como nuevo alimento".

Y ha animado a las empresas a innovar, dejarse asesorar desde un principio y buscar colaboración: "Recomiendo estar muy actualizados constantemente en la legislación, para saber qué nuevos reglamentos se van publicando y tener asesoría de alguien que te pueda ayudar. Ir acompañados de la mano de expertos desde el inicio".

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