_{Mauricio García de Quevedo
Director General FIAB}

Más de un año y medio después del inicio de la emergencia sanitaria del COVID-19, la industria española de alimentación y bebidas puede mirar atrás y destacar el comportamiento ejemplar que ha mantenido en estos duros meses. No solo para proporcionar alimentos y bebidas de calidad y seguros a la población, sino para recuperar el impacto de una crisis sobre la que aún hoy no se termina de ver el final.

Según el último Informe de Empleo de FIAB, el sector no está lejos de volver a los niveles de empleo anteriores a la pandemia y la recuperación del consumo ha dado pasos en este camino. Sin embargo, la coyuntura inflacionista que está afectando a toda la economía, y que esperamos que se deshaga pronto, está comprometiendo la competitividad de las empresas y amenazando con truncar todos los esfuerzos que la industria ha dedicado durante 2021 para minimizar los efectos de la pandemia.

Por ello, ante los retos marcados para el próximo ejercicio, el sector sitúa como prioridad continuar en la línea de la colaboración público-privada y poner en marcha medidas que permitan la estabilidad y el impulso de las empresas, generen empleo y dinamicen nuestra economía, claves para afrontar momentos de dificultad y de recuperación. El diálogo con las administraciones es básico para poder avanzar en temas regulatorios ambiciosos, pero que a la vez sean asequibles, proporcionen seguridad jurídica y garanticen la competitividad.

Por delante tenemos la oportunidad que nos ofrecen los Fondos Europeos, un nuevo Marco financiero importantísimo para los próximos años que permitirá priorizar y agrupar las necesidades del sector en digitalización, innovación y sostenibilidad.

El PERTE es una palanca de impulso para una industria con una gran capacidad de impacto económico, social y medioambiental, especialmente para las pymes, porque esta industria tiene una gran capilaridad que no tienen otras industrias en España. Además, es destacable la aportación del sector en todo el territorio, siendo una fuente imprescindible de riqueza y dinamización en zonas menos pobladas.

Afrontamos también el futuro con la vista puesta en la proyección de los alimentos y bebidas españoles en otros mercados, ampliando el horizonte de nuestras exportaciones no solo en los mercados ya consolidados, sino aumentando nuestra presencia en otros emergentes.

Finalmente, el sector asiste con preocupación al aumento de bulos en torno a los alimentos y bebidas y su incidencia en la salud y el medio ambiente. Por ello, será parte de la agenda activa del sector y la Federación para 2022 combatir la desinformación sobre determinados productos e ingredientes y trasladar la importancia de asegurar una información veraz, transparente y contrastada para que los consumidores puedan tomar las mejores decisiones con respecto a su alimentación.

Afrontamos el futuro con cautela y a la vez esperanza. Continuaremos trabajando desde la responsabilidad y el compromiso que nos caracteriza para ser el primer sector industrial del país y mantener la fortaleza de un sector estratégico y clave para la recuperación.