Para lograr eficiencias en la producción, los agricultores recurren cada vez más a nuevas tecnologías como la agricultura de precisión. Zoe Doulgeri, investigadora de la Universidad Aristóteles de Tesalónica (Grecia) y coordinadora del proyecto europeo BACCHUS (bacchus-project.eu), explica en una noticia de CORDIS (servicio de información de la UE sobre investigación): “La agricultura de precisión es una estrategia de gestión agrícola que utiliza herramientas como la inteligencia artificial y la robótica para garantizar una salud y una calidad óptimas de los cultivos. La cosecha inteligente, automatizada y selectiva, en particular, puede generar mejoras considerables en la productividad, al dejar que los cultivos inmaduros maduren en el campo”.
Sin embargo, para garantizar que dicha automatización genere beneficios, los agricultores deben asegurarse de que los sistemas robóticos tengan la misma destreza que los trabajadores humanos. Durante la recolección de uvas, por ejemplo, la presencia de troncos, ramas y follaje denso puede dificultar una cosecha eficaz. “Los cultivos suelen quedar ocultos detrás de estas hojas y ramas”, señala Doulgeri. “Como resultado, una visualización óptima y un corte cuidadoso pueden resultar difíciles para los cosechadores robóticos. Otro desafío es que sean capaces de estimar con precisión la madurez de un cultivo”.
En este contexto, un objetivo clave del proyecto BACCHUS era encontrar formas de mejorar el seguimiento y la cosecha de uvas. Para ello, han desarrollado dos robots colaboradores que combinan operaciones de inspección y recolección selectiva. Están equipados con sensores y herramientas analíticas de alta tecnología, incluyendo imágenes visuales e hiperespectrales, que se utilizan para mapear el campo y monitorizar los cultivos durante la temporada de crecimiento, para predecir el rendimiento.
Además de para inspeccionar cultivos y recopilar datos, uno de los robots se diseñó para que también sea capaz de realizar operaciones de cosecha bimanuales. Uno de sus brazos está equipado con una pinza adaptable a la forma y tamaño del cultivo, mientras que otro contiene una cámara y un cortador para visualizar y cortar racimos. Finalmente, los robots están equipados con capacidades cognitivas avanzadas y habilidades de toma de decisión, lo que les permite determinar si una cosecha debe cosecharse o dejarse en la vid.
El prototipo de plataforma robótica se probó en un viñedo y se aplicó a diferentes tipos de uva. Estas innovaciones podrían ayudar a los enólogos a lograr importantes ahorros de costos, mediante la reducción de costos laborales innecesarios y el logro de una mayor calidad y valor en el producto final. Para Doulgeri y su equipo, se trata también de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, al automatizar parte del trabajo agotador que implica la elaboración del vino. Los próximos pasos de los investigadores incluyen seguir perfeccionando estas tecnologías, y hacerlas atractivas a nivel financiero.