Según recuerdan desde el proyecto europeo OLEAF4VALUE (https://oleaf4value.eu/), tras la recolección y la poda, las hojas de olivo constituyen una cantidad asombrosa de biomasa: se calcula que solo en España se produce anualmente 1,25 millones de toneladas de biomasa de hoja de olivo, lo que representa aproximadamente el 50% de la producción total mundial.
La mayor parte de esta biomasa procedente de la poda se ha dejado tradicionalmente en el suelo, se ha dado de comer al ganado o se ha quemado, lo que supone la infrautilización de un recurso valioso y contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta infrautilización se debe principalmente al escaso conocimiento de los beneficios para la salud que tienen estas hojas, opacado por la popularidad de las aceitunas y el aceite de oliva en las tradiciones culinarias. Sin embargo, la biomasa de la hoja de olivo es rica en valiosos compuestos bioactivos, como polifenoles, triterpenos, aceites esenciales, lípidos y lignocelulosa, lo que la convierte en un activo potencial para diversas industrias, como la alimentaria, la de piensos, la química, la nutracéutica, la cosmética y la farmacéutica.
Recoger y encontrar la mejor ruta de valorización para un lote determinado de biomasa de hojas de olivo es todo un reto y hasta ahora se había intentado de forma limitada. Por ello, OLEAF4VALUE ha trabajado para ofrecer una solución sostenible para la valorización integral de las hojas de olivo.
Se trata de un proyecto colaborativo de 3 años financiado por la UE (financiado en el marco del BBI- JU, ahora conocido como CBE-JU) que comenzó en junio de 2021 y finaliza en julio de 2024. Reúne a un consorcio de 16 socios: NATAC BIOTECH, S.L.; OLEÍCOLA EL TEJAR; INGECOR AGROFORESTAL, S.L.; INNORENEW COE; CENER; INSTITUTO POLITÉCNICO DE BRAGANÇA; ARQUEBIO S.L.; UNIVERSITY OF FLORENCE; NIZO FOOD RESEARCH B.V; MARTIN- LUTHER-UNIVERSITY HALLE-WITTENBERG; HAVFORSKNINGS INTITUTTET; MIBELLE GROUP BIOCHEMISTRY, MIBELLE AG; INNOVARUM (EURIZON SL); ZERO EMISSIONS ENGINEERING B.V.; NNFCC LIMITED y MOWI FEED AS.
El proyecto utiliza tecnologías de biotransformación enzimática y nanoencapsulación para crear productos a medida para mercados de usuarios finales específicos. El consorcio incluye entidades de toda la cadena de valor, que abarcan la recogida y el suministro de materias primas, los procesos de biorrefinería, las tecnologías posteriores a la extracción, el bioanálisis, la validación del mercado y la evaluación del impacto, incluida la sostenibilidad.
El estado de las hojas (su origen, las prácticas hortícolas, el tipo de árbol y si crecieron en ramas más viejas y bajas o en brotes nuevos cerca de la copa del árbol) puede influir en qué compuestos pueden extraerse y en qué cantidades.
Dar una segunda vida a estas hojas minimiza el impacto sobre la productividad de los cultivos, además de la salud del suelo, el agua y el aire en las zonas agrícolas, sin que ello suponga una pérdida económica para los productores, ya que el valor añadido de esta materia prima también recaería, en gran medida, directamente sobre el productor primario. Así, el proyecto pretende establecer seis nuevas cadenas de valor que introducirán en el mercado 24 productos biológicos y rentables. Estos productos pretenden crear valor en toda la cadena, haciendo hincapié en el sector primario.
En el proceso de revalorización se utilizan actualmente compuestos destacables como la oleuropeína, la luteolina y el ácido oleanólico, presentes en los extractos de hoja de olivo. Entre los productos resultantes figuran conservantes naturales, tratamientos para determinadas enfermedades como la diabetes, antioxidantes para el mercado alimentario, nuevos aditivos para piensos destinados a mejorar la salud animal y reducir el uso de antibióticos y, por último, nuevos componentes básicos y antioxidantes naturales para el sector químico. Además, varios compuestos de base biológica generados por el proyecto muestran resultados prometedores como posibles ingredientes cosméticos, por ejemplo, ofreciendo protección contra el estrés oxidativo.
EVALUACIÓN DE LA BIOMASA
Hasta la fecha, OLEAF4VALUE ha desarrollado con éxito usos punteros de los sensores, por ejemplo, la espectroscopia NIR, una técnica que muestra resultados prometedores en la evaluación de componentes clave como la oleuropeína y otros compuestos bioactivos de las hojas de olivo. El proyecto también ha explorado el impacto de distintos tratamientos de las hojas antes de su valorización, como el secado o la fermentación, en la composición química final.
DISEÑO INTELIGENTE DE BIORREFINERÍAS
Además, se han diseñado cinco rutas de procesamiento para un innovador diseño de biorrefinería inteligente con el fin de producir más de 40 bioproductos a partir de hojas de olivo, con un software de clasificación casi concluido para optimizar el uso en función de las demandas del mercado y la sostenibilidad.
INNOVACIONES BIOQUÍMICAS
Utilizando enzimas y cepas microbianas, el proyecto OLEAF4VALUE ha logrado obtener más de 20 moléculas a partir del ácido oleanólico y la oleuropeína, algunas de ellas totalmente nuevas.
Concretamente, los socios han desarrollado procesos biotecnológicos basados en enzimas y microorganismos, han mejorado las propiedades fisicoquímicas y han implementado una tecnología disruptiva llamada MIPs (Molecularly Imprinted Polymers - Affinisep) para producir extractos con mayor pureza en términos del ingrediente activo de interés.
PRUEBAS DE PRODUCTOS Y LANZAMIENTO AL MERCADO
Los extractos del proyecto OLEAF4VALUE están demostrando ser eficaces antioxidantes y agentes antimicrobianos. Esto podría tener beneficios para la salud intestinal y el sistema inmunitario, aunque estos efectos aún se están probando. El ácido oleanólico tiene actividad farmacológica, participando en procesos como hepatoprotección, antiinflamación, antioxidación, antidiabético, antitumoral y antimicrobiano. Sin embargo, sus aplicaciones terapéuticas se ven limitadas por su escasa solubilidad en agua, permeabilidad y biodisponibilidad. En el marco del proyecto OLEAF4VALUE, los socios investigadores han descubierto que distintas formulaciones, como microemulsiones y dispersiones sólidas, han mejorado la biodisponibilidad de los compuestos, facilitando su administración y absorción eficaz.