Dr. Stephan Theis, Head of Nutrition Science and Communication en BENEO
En los últimos años han surgido nuevas investigaciones y conocimientos sobre cómo las fibras prebióticas de la raíz de achicoria no solo influyen en la salud intestinal, sino que también desempeñan un papel fundamental en el bienestar mental.
Según la Organización Mundial de la Salud, “la salud mental es parte integrante de nuestra salud y bienestar generales y un derecho humano básico”1. Por tanto, los problemas de salud mental son un problema crucial de salud pública. De hecho, los trastornos depresivos y de ansiedad figuran entre las principales causas de la carga sanitaria mundial2.
Una buena alimentación podría ser un factor protector para determinar y mejorar la salud mental.
Investigaciones recientes han ayudado a explicar cómo pequeños cambios en la dieta pueden marcar una diferencia significativa al mejorar estados de ánimo como la depresión y la ansiedad. Los consumidores ya están mostrando interés por mejorar su estado de ánimo adaptando su dieta y uno de cada cinco (21%) afirma consumir determinados alimentos para mejorar su estado de ánimo y su bienestar mental3.
Esto coincide con nuestros crecientes conocimientos científicos sobre el importante papel que desempeña la microbiota intestinal en la salud humana y, en concreto, con las pruebas cada vez más numerosas de cómo puede alterarse mediante la dieta para obtener beneficios positivos para el estado de ánimo y la mente.
COMUNICACIÓN CRUZADA
La microbiota intestinal son microorganismos -unos 100 billones- que viven en el intestino, sobre todo en el grueso. El genoma colectivo de estos microorganismos, conocido como microbioma, contiene más de 150 veces más genes que el genoma humano. Esta enorme diversidad genética permite al microbioma intestinal desempeñar una amplia gama de funciones que contribuyen a la salud humana, como la digestión, el metabolismo, la función inmunitaria e, incluso, la actividad cerebral4.
Los estudios han demostrado que el intestino y el cerebro comparten una compleja forma de comunicación bidireccional que influye en muchos aspectos de la salud humana, como el estado de ánimo y el bienestar mental. Cada vez hay más pruebas de que la nutrición puede desempeñar un papel fundamental en la modulación de esta “comunicación cruzada”, favoreciendo una microbiota intestinal sana y proporcionando vías para mejorar la salud mental, cerebral y cognitiva.
Aunque todavía no se sabe exactamente cómo debe ser una microbiota intestinal sana, sí sabemos que está formada por distintos tipos de bacterias. Las bacterias beneficiosas, como las Bifidobacterias, producen metabolitos como ácidos grasos de cadena corta que se comunican directa e indirectamente con los sistemas nervioso, inmunitario y hormonal, así como con el cerebro y otras zonas del cuerpo. Otros microorganismos del intestino son neutros (es decir, no hacen daño pero tampoco tienen beneficios demostrados) y algunos son patógenos capaces de desencadenar enfermedades. El apoyo a las bacterias beneficiosas puede tener efectos positivos en el entorno intestinal y producir condiciones de vida menos favorables para las posibles bacterias patógenas.
También sabemos que para evitar desequilibrios microbianos (disbiosis), lo mejor es tener muchas especies diferentes en el intestino (diversidad de la microbiota). Para promover el bienestar tanto del cuerpo como de la mente, es claramente útil apoyar a las bacterias beneficiosas para que puedan prosperar, multiplicarse y constituir una mayor proporción de la composición de la microbiota intestinal. Con este espíritu, en los años 90 nació el concepto de prebióticos, con la esperanza de identificar compuestos nutritivos que fueran el alimento preferido de las bacterias beneficiosas que ya están presentes de forma natural en el intestino5.
PREBIÓTICOS: UN GRUPO MUY EXCLUSIVO
A pesar del amplio uso del término “prebiótico” en la actualidad, en realidad solo existen tres prebióticos probados y establecidos que satisfacen la definición aceptada del término, establecida por la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP). Esta definición establece que un prebiótico es “un sustrato que es utilizado selectivamente por los microorganismos huéspedes confiriéndoles un beneficio para la salud5”.
Estos tres prebióticos son la inulina, la oligofructosa (también conocida como FOS o fructooligosacáridos) y el galactooligosacárido. Todos los demás que podrían mencionarse en alguna parte son, en el mejor de los casos, solo candidatos potenciales. Carecen de pruebas científicas, en particular de estudios de intervención en humanos.
ÚLTIMAS INVESTIGACIONES
La inulina y la oligofructosa son de origen vegetal. Las fibras prebióticas de BENEO, Inulina y Oligofructosa Orafti®, se obtienen de la raíz de achicoria mediante un suave método de extracción con agua caliente. Las fibras de raíz de achicoria se han estudiado en la investigación prebiótica durante más de 25 años y ofrecen la ventaja única de ser fibras dietéticas y prebióticos al mismo tiempo. La inulina y la oligofructosa Orafti® son naturales, no modificadas genéticamente y de etiquetado limpio y pueden utilizarse en una amplia gama de aplicaciones alimentarias y bebidas, mejorando el perfil nutricional de un producto.
La abundancia de datos científicos sobre las fibras de raíz de achicoria incluye numerosos ensayos controlados aleatorizados. En 2022, esto dio lugar a la publicación de una revisión bibliográfica sistemática con metaanálisis, considerada la metodología más sólida en la jerarquía de las pruebas científicas6. En conjunto, los resultados demostraron que la ingesta de fibras de raíz de achicoria (a partir de 3 g/día) promueve un crecimiento significativo de las Bifidobacterias en el microbioma intestinal en todos los grupos de edad y mejora los parámetros de la función intestinal.
MODULACIÓN DE LA MICROBIOTA Y ESTADO DE ÁNIMO
Con el concepto de prebiótico establecido en la investigación, la ciencia está estudiando cada vez más los vínculos entre el apoyo a la microbiota intestinal y otros aspectos de la salud. Existe un creciente número de investigaciones científicas sobre el eje intestino- cerebro y el posible papel de la microbiota intestinal en la memoria, el aprendizaje, la ansiedad, el estrés, el neurodesarrollo y los trastornos neurodegenerativos. La atención científica se ha centrado en cómo la microbiota puede convertirse en el objetivo de estrategias nutricionales y terapéuticas para mejorar la salud y el bienestar del cerebro.
Aun así, la mayoría de las pruebas proceden de estudios preclínicos y escasean los ensayos clínicos bien controlados.
Un nuevo estudio realizado por Jackson et al, publicado en 20237, empieza a llenar este vacío en la investigación. Demuestra que la ingesta de oligofructosa sola o en combinación con el oligosacárido de la leche humana 2’fucosilactosa promueve un aumento significativo de microbios beneficiosos en el intestino. Se demostró que esto producía mejoras sustanciales en los parámetros del estado de ánimo, incluida la depresión (BDI Beck Depression Inventory), la ansiedad (STAI State Trait Anxiety Inventory), los sentimientos positivos y negativos (PANAS Positive and Negative Affect Schedule Short Form) y la respuesta al despertar del cortisol.
Se trata del primer estudio de intervención en humanos que analiza el efecto de la oligofructosa y la 2’fucosilactosa. Utilizando una metodología aleatoria, doble ciego, controlada con placebo y diseñada en paralelo, los sujetos se dividieron en cuatro grupos de 23 y se les administró 8 g de oligofructosa más 2 g de maltodextrina al día, 8 g de oligofructosa más 2 g de 2’fucosilactosa al día, 2 g de 2’fucosilactosa más 8 g de maltodextrina al día o 10 g de maltodextrina al día.
Los resultados muestran que, al final del periodo de intervención de cuatro semanas, los participantes que tomaron el prebiótico oligofructosa solo o en combinación con 2’fucosilactosa experimentaron aumentos significativos de bacterias intestinales beneficiosas, como Bifidobacterium, Bacteroides, Roseburia y Faecalibacterium prausnitzii, en comparación con el grupo de control. Además, los que tomaron oligofructosa sola o en combinación con 2’fucosilactosa también superaron significativamente al grupo de control en la mejora de varios parámetros del estado de ánimo.
Gracias a este estudio, se ha aportado una importante prueba científica a la fascinante ciencia del eje intestino- cerebro. Los resultados se suman al creciente conjunto de pruebas que demuestran que la composición de la microbiota intestinal y los metabolitos resultantes tienen un impacto real en el estado de ánimo. Los resultados también demuestran que el uso selectivo de prebióticos de eficacia probada, como la inulina y la oligofructosa de la raíz de achicoria, puede ser una forma viable de mejorar el estado de ánimo y la mente, un deseo clave de los consumidores y una consideración importante para la salud pública.
Referencias ___________________________________________________
1 Informe sobre la salud mental en el mundo: transformar la salud mental para todos. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2022. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://iris.who.int/bitstream/hand le/10665/356119/9789240049338-eng.pdf?sequence=1
2 GBD Colaboradores en trastornos mentales 2019. Global, regional, and national burden of 12 mental disorders in 204 countries and territories, 1990-2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. Lancet Psychiatry. 2022 Feb;9(2):137-150. doi: 10.1016/S2215-0366(21)00395-3.
3 New Nutrition Business: 10 Tendencias Clave en Alimentación, Nutrición y Salud 2024, Julian Mellentin, Noviembre/Diciembre 2023, Volumen 29 Número 2/3
4 Bubier, J.A., Chesler, E.J. & Weinstock, G.M. Host genetic control of gut microbiome composition. Mamm Genome 32, 263–281 (2021). https://doi.org/10.1007/s00335-021-09884-2
5 Gibson GR, Hutkins R, Sanders ME et al. (2017) Documento de consenso de expertos: Declaración de consenso de la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) sobre la definición y el alcance de los prebióticos. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 14(8): 491–502. https://www.nature.com/articles/ nrgastro.2017.75.pdf Ver también: https://isappscience.org/
6 Dávid U. Nagy, Kinga Amália Sándor-Bajusz, Blanka Bódy, Tamás Decsi, Jessica Van Harsselaar, Stephan Theis & Szimonetta Lohner (2023) Effect of chicory-derived inulin-type fructans on abundance of Bifidobacterium and on bowel function: a systematic review with meta-analyses, Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 63:33, 12018-12035, DOI: 10.1080/10408398.2022.2098246
7 Jackson PPJ, Wijeyesekera A, Williams CM, Theis S, van Harsselaar J, Rastall RA, (2023) Inulin-type fructans and 2’fucosyllactose alter both microbial composition and appear to alleviate stress-induced mood state in a working population compared to placebo (maltodextrin): the EFFICAD Trial, a randomized, controlled trial. The American Journal of Clinical Nutrition. Publicado el 29 de agosto de 2023, DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajcnut.2023.08.016