El futuro del Reglamento europeo de envases y residuos: ¿Cómo afecta a productos como el zumo?
Revista Alimentaria
7 de diciembre, 2023
Javier Valle, secretario general de Zumos y Gazpachos de España, nos ha contado más acerca de la perspectiva del sector de los zumos
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El próximo 18 de diciembre tendrá lugar el Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea, donde se votará sobre el futuro Reglamento europeo de envases y residuos (PPWR), que busca reducir los residuos de envases y lograr que todos los envases sean reciclables o reutilizables para 2030. Se espera que la Presidencia Española alcance un acuerdo en el Consejo del día 18, lo cual dará paso a las negociaciones finales entre Comisión, Parlamento y Consejo con vistas a aprobar el Reglamento definitivamente en el primer semestre de 2024.
Numerosas organizaciones de la cadena agroalimentaria española se han pronunciado sobre las nuevas medidas a fin de solicitar objetivos más flexibles que tengan en cuenta el impacto sobre toda la cadena de valor, y han hecho llegar a la Presidencia Española del Consejo su honda preocupación por las propuestas de objetivos de reutilización. Allí donde las soluciones de reutilización resulten inviables, se pide que se fomente el reciclaje como vía adecuada de gestión en materia de economía circular.
Uno de los casos más ilustrativos es el de los productos líquidos perecederos como el zumo y la leche, que son microbiológicamente sensibles, frágiles y menos estables, puesto que la legislación de la UE prohíbe añadir conservantes a estos productos. En estos casos, el envasado desempeña un papel crucial como barrera eficaz para la entrada de microorganismos, oxígeno, luz y pérdida de aromas. Si se utilizan envases no estériles para el zumo y la leche, se estropean en muy poco tiempo, con los consiguientes problemas de seguridad alimentaria para el consumidor y el potencial desperdicio de alimentos.
Para conocer en profundidad la perspectiva del sector de los zumos, hemos consultado a Javier Valle, secretario general de Zumos y Gazpachos de España.
R. A.- En el caso de productos perecederos como la leche o el zumo, ¿qué propone la Presidencia española en cuanto a la reutilización de envases?
Javier Valle.- La propuesta inicial del Reglamento de envases fue publicada por la Comisión Europea en noviembre de 2022. Desde entonces, tanto el Parlamento Europeo como el Consejo, cuya presidencia ostenta ahora España, han estado trabajando sobre la propuesta inicial a través de enmiendas. En el caso de la leche, no está claro si las distintas medidas de reutilización la incluyen o no. La propuesta actual del Consejo supone un incremento de los porcentajes de reutilización propuestos por la Comisión Europea para las bebidas no alcohólicas, donde están mencionados los zumos: al menos un 10 % de los envases deberán ser reutilizables para 2030 y al menos un 40 % para 2040 (propuesta de la Comisión 25%).
Preocupa, por lo tanto, el incremento de los porcentajes y la falta de mecanismos de flexibilidad. Por ejemplo, el zumo es un producto sensible desde un punto de vista microbiológico, perecedero, y esta cuestión nunca ha sido evaluada ni siquiera en la evaluación de impacto de la propuesta de la Comisión.
R. A.- ¿Qué peligros tiene usar envases no estériles en estos alimentos?
Javier Valle.- El envase es una parte fundamental de los alimentos transformados, ya que permite preservar las características organolépticas y previene contaminaciones posteriores al envasado. Además, facilita el transporte de los alimentos. En el caso de los alimentos que están listos para su consumo y que no requieren de una regeneración posterior a su envasado, como es el caso de los zumos, todavía cobran más importancia, porque deben asegurar el mantenimiento de la estabilización del alimento, que normalmente se consigue a través de un tratamiento térmico, y una vez abierto, evitar recontaminaciones y preservar las características organolépticas en el tiempo que haya establecido el fabricante.
No debemos olvidarnos además que la legislación sectorial de los zumos no permite por ejemplo la adición de conservantes, por lo que los envases estériles juegan un rol clave en la estabilización del producto.
R. A.- ¿Qué proponen desde las organizaciones de productores alimentarios?
Javier Valle.- En el caso del sector del zumo, solicitamos la exención del objetivo de reutilización, tal y como ha planteado el sector lácteo. Son varios los motivos que nos asisten. Primeramente, los zumos son alimentos muy sensibles desde un punto de vista microbiológico. Además, el volumen de la categoría de zumos comparado con otras categorías de bebidas es bajo para hacer viable la reutilización y, sin olvidar la distribución hasta el punto de venta, que hace especialmente complicado el proceso de logística inversa. Por otro lado, se trata de un sector con una preponderancia muy alta del envase cartón para bebidas y botellas de plástico que no se pueden reutilizar, lo que implicaría un cambio de líneas de envasado al formato de vidrio, que actualmente representa tan solo el 4 % de los envases de zumo.
El sector de los zumos cuenta con legislación sectorial (Directiva 2012/12/UE) sobre la elaboración de zumos de frutas y productos similares, donde se establecen los criterios técnicos que debe cumplir el producto, limitando ingredientes que pueden ser empleados. Así, a diferencia de otras bebidas no alcohólicas, no se permite la adición de conservantes.
El zumo, por su propia naturaleza, posee un elevado contenido orgánico, disuelto y en suspensión, que dificulta enormemente la limpieza de los envases, y podría generar problemas de calidad y seguridad alimentaria, así como un elevado gasto de recursos. Por este alto contenido orgánico, el envase empleado para los zumos debe evitar la entrada de microorganismos, actuando como barrera eficaz contra el oxígeno, luz y la pérdida de aromas. En definitiva, se trata de un producto sensible, perecedero y fácilmente fermentable.
Por último, el proceso de logística inversa se hace especialmente complicado en un sector con un canal de distribución indirecto formado por numerosos intermediarios entre el proveedor y el cliente final, lo que dificulta enormemente la recuperación del envase y tiene sus consecuencias en materia de sostenibilidad y huella de carbono.
Existen estudios que demuestran que la reutilización solo es viable medioambientalmente cuando las distancias de venta distan entre 100 y 200 km del lugar de producción. Una vez recuperado el envase, hay que someterlo a un proceso de reacondicionamiento, que implica lavado y desinfección. En el caso de que se llevara a cabo en la planta de producción, su implementación implicaría un coste económico y una disponibilidad de espacio que muchas empresas no tienen. Sin olvidar el coste energético, de agua y productos químicos.
Los resultados de los análisis de ciclo de vida (ACV) son poco esclarecedores, y muchos de ellos no han tenido en cuenta un análisis de costes para el paso del sistema de envase de un solo uso al reutilizable de manera competitiva. En los pocos ACV que lo han tenido en cuenta, la inversión inicial representó la gran barrera limitante para la implantación del sistema de envase reutilizable. Otros factores que muchas veces faltan en los ACV que comparan los envases de un solo uso con los reutilizables es el comportamiento del consumidor, su aceptación del envase y la tasa de devolución. Y aun con todas estas carencias metodológicas en los análisis, los análisis de ciclo de vida no demuestran que el envase reutilizable sea la mejor opción desde el punto de vista medioambiental.
A diferencia de otros sectores de bebidas, con tradición de reutilización en el sector HORECA, el zumo y sus productos similares nunca han tenido sistemas de reutilización por todas estas cuestiones.
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