Investigadoras del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina), de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA) y colegas de otros organismos de Ecuador y España lideran el desarrollo de un procedimiento sustentable que garantice los niveles de cadmio (Cd) en cacao establecidos por la Unión Europea.
A partir de 2019, la UE redujo a 0,8 miligramos por kilogramo el límite permitido de cadmio, un metal perjudicial para la salud, en las almendras de cacao. Para que diferentes productores de América Latina puedan acceder a ese y otros mercados, investigadoras de los centros mencionados desarrollaron una técnica amigable, innovadora y eficiente que inhibe la entrada de ese elemento a los tejidos de la planta del cacao, gracias al uso de hongos.
Parte de este proceso se probó con buenos resultados a nivel de laboratorio, biorreactores y módulo depurador. Ahora, las investigadoras probarán su eficacia en invernaderos, y en 2024 comenzarán los ensayos en fincas cacaoteras expuestas a altos niveles de cadmio en Ecuador y Venezuela.
“Es importante respetar el límite establecido por la UE y otros mercados, ya que el Cd y sus compuestos son reconocidos como carcinogénicos en seres humanos que son expuestos de manera crónica a este elemento. Además, nuestra tecnología en desarrollo apunta a proteger una actividad económica que genera muchos puestos de trabajo en nuestra región”, explica Alicia Godeas, una de las líderes del desarrollo, doctora en Biología e investigadora superior del CONICET ad- honorem en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA).
Los suelos volcánicos donde se cultiva el cacao contienen altos niveles de Cd soluble a causa de su acidez y es una de las fuentes de contaminación de ese metal. Este cultivo también suele absorber ese metal presente como contaminante en fertilizantes químicos y proveniente de otras actividades humanas.
Las investigadoras han desarrollado un inoculante formado por un consorcio de dos tipos de hongos –saprobios y simbióticos (micorrícicos arbusculares)– aislados de suelos cacaoteros, capaces de reducir la cantidad de Cd presente en las almendras. A nivel de laboratorio, comprobaron que esos hongos no solo resisten altas concentraciones de Cd, sino que también tienen la capacidad de reducir la solubilidad del mismo y, por lo tanto, la disponibilidad en el suelo y en las plantas de cacao.
Por tratarse de especies autóctonas aisladas en las plantaciones de cacao no existe peligro de introducir microorganismos foráneos al ecosistema. “Además, el bioproceso mejora las propiedades físicas y químicas del suelo y por lo tanto el crecimiento de las plantas, lo que permitiría disminuir el agregado de fertilizantes químicos en los cultivos de esa planta”, explica Vanesa Silvani, también partícipe del proyecto e investigadora del CONICET en el IBBEA.
Los hongos se están cultivando y propagando en el Banco de Glomeromycota in Vitro ubicado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y en el laboratorio de “Biofertilización y Biorremediación por hongos rizosféricos”, de la Estación Experimental del Zaidin, en Granada, España, bajo la dirección de Inmaculada García Romera, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
De acuerdo con María Luisa Izaguirre Lessmann, coordinadora del proyecto e investigadora de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad Técnica de Manabí, en Ecuador, el uso de la tecnología en desarrollo busca beneficiar directamente a tres mil personas de 720 fincas familiares de Ecuador y cien personas de 25 fincas familiares en la Península de Paria en Venezuela. Los beneficiarios indirectos se cuantifican en más de tres mil personas.
Asimismo, Alicia Godeas, que también integra la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL), destacó que, utilizando los mismos principios, en el IBBEA se están estudiando hongos aislados en Argentina con el fin de desarrollar procesos biotecnológicos que permitan remediar suelos contaminados o bien fortificar cultivos de interés agrícola, ya sea aumentando la biodisponibilidad de nutrientes –hierro (Fe) y zinc (Zn)– o limitando la concentración de elementos dañinos, en la parte comestible de las plantas.
La solución tecnológica para reducir cadmio en plantas de cacao se sustenta en una patente, quince trabajos publicados en revistas científicas internacionales y generará al final del proyecto cinco tesis de grado y posgrado. El proyecto, titulado “Bioproceso reductor de la solubilidad del cadmio rizosférico” está financiado por el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO) y del mismo también participan integrantes del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, en Caracas, y fincas cacaoteras productoras artesanales de chocolate en el Estado Sucre, en Venezuela.