María Naranjo. Directora de la Industria Agroalimentaria en ICEX
En 2024 España volvió a batir récords de exportación agroalimentaria, superando la barrera de los 75.000 M€, un 5,8 % más que el año previo, con un superávit comercial de casi 20.000 M€. En un contexto de creciente incertidumbre, la estrategia del sector debe apalancarse en factores diferenciales como la innovación y la generación de marca, que blinde a nuestras empresas de la erosión que pueden suponer factores externos como los aranceles.
El informe anual del sector agrifoodtech español que presentó ICEX el pasado mes de enero pone de manifiesto el punto de inflexión que ha experimentado el sector en 2024, con un retroceso de 7,3 % en el número de startups después de una década en continua expansión. No obstante, las previsiones para 2025 apuntan a un crecimiento cercano al 5 %.
Nuestro ecosistema agrifoodtech se caracteriza por la predominancia de modelos B2B y una concentración en subsectores como la biotecnología, la eficiencia de procesos y la logística. En España se están desarrollando líneas vinculadas con los ingredientes funcionales, la reutilización de subproductos y la incorporación de IA. Aunque existe una importante concentración de empresas en Madrid y Barcelona, una nota diferencial de España es su gran descentralización, tanto en centros tecnológicos, hubs como en la localización de las startups por todo el territorio.
España ocupa el sexto lugar en la UE y el décimo cuarto en el mundo en lo que a inversión en el sector se refiere. El 58 % de los fondos invertidos en 2024 fue de origen nacional y un 18 % provino de fondos extranjeros. Un mayor compromiso con la inversión en innovación es, sin duda, uno de los ejes en los que debería poner el foco la industria agroalimentaria.
Si analizamos los factores que frenan el mayor compromiso con la inversión en el sector encontramos que los mecanismos de transferencia tecnológica que predominan en España no se han actualizado, centrándose de manera prioritaria en la innovación de productos, no de procesos. Por otra parte, los sistemas de innovación abierta no se han generalizado. La desconfianza entre corporaciones y startups limita la adopción de tecnologías emergentes en la industria. Las Universidades y Centros Tecnológicos están llamadas a jugar un papel dinamizador clave en este proceso.
El crecimiento y escalado de las empresas es otro reto fundamental para el ecosistema agrifoodtech español. La inversión en este sector tiene plazos de maduración superior a otros como el Fintech y requiere modelos de financiación ajustados a esquemas de innovación incremental. Para facilitar la escalabilidad, el sector público puede actuar como facilitador de riesgo, permitiendo la atracción de capital privado al sector. En España existe un marco regulatorio fragmentado y con una alta carga normativa, que constituye un reto adicional para el crecimiento de las startups.
Desde ICEX hemos desarrollado un abanico amplio de instrumentos para promover la internacionalización del ecosistema agrifoodtech, que sólo podrá crecer si consolida su vocación internacional.
La inteligencia de mercado es el primer eslabón para apoyar a las empresas a través de estudios e informes elaborados por la red de Oficinas Económicas y Comerciales sobre emprendimiento e innovación abierta en mercados estratégicos.
ICEX también actúa como dinamizador del ecosistema, aliándose con los principales actores en España y promoviendo webinarios y eventos en destinos de oportunidad donde corporaciones y startups avanzan en su proyección internacional.
Una de las líneas más potentes para fomentar el crecimiento de las empresas innovadoras es el programa DESAFÍA, que permite la aceleración de startups en ecosistemas clave. En el caso del sector agrifoodtech, se han llevado a cabo desde 2021 hasta 2024 cinco inmersiones en Países Bajos, Alemania y Reino Unido. En 2025 se prevé realizar una nueva inmersión centrada en el nicho agritech en Alemania. Más de una veintena de empresas han participado en este programa, que tiene su continuidad a través de la Comunidad DESAFÍA, donde se sigue apoyando su crecimiento en nuevos mercados.
España es una potencia agroalimentaria sin lugar a duda, pero si quiere consolidar esta posición para el futuro, la apuesta por la innovación y un sector agrifoodtech potente es indispensable. ICEX va a recorrer ese camino acompañando a corporaciones y a empresas en su proyección internacional.