El etiquetado nutricional frontal Nutriscore sigue estando en el punto de mira. Por ello, el eurodiputado de Ciudadanos y portavoz de Mercado Interior y Consumo en el Parlamento Europeo, Jordi Cañas, organizó este miércoles en Bruselas una reunión con expertos para debatir sobre este tema.

Hemos tenido ocasión de entrevistarle para que nos cuente cuáles han sido los principales puntos que se abordaron en este encuentro.

"La Comisión Europea está trabajando para buscar un etiquetado nutricional frontal armonizado para toda Europa —explica Cañas—, y creemos que en este momento es necesario reflexionar acerca de algunos de los modelos que actualmente podemos encontrar en los puntos de compra, analizar qué problemas están generando y cuáles pueden generar y, por tanto, qué debemos pedir como legisladores a la Comisión para que ese etiquetado se ajuste realmente al objetivo de informar a los ciudadanos para que puedan realizar una elección fácil acerca de si un producto es saludable o no".

"Es clave que no se condicione a los consumidores por un tipo de etiquetado que puede llegar a camuflar productos que no son saludables con una información no veraz, que lleva a decisiones de compra equivocadas", añade.

Respecto al informe presentado este verano por el Comité Científico de Nutriscore con mejoras para el algoritmo, Cañas se muestra tajante: "El problema de Nutriscore es un problema de base: informar adecuadamente no es informar solamente sobre las calorías. Valorar si un producto es saludable o no depende no solamente de su composición, sino en qué proporción se consume, cómo se combina, etc.".

Por ello, Cañas exige que los criterios que se empleen tengan esto en cuenta y sean "científicos, abiertos y consensuados".

En la entrevista muestra su preocupación porque NutriScore da una mala calificación a alimentos saludables y básicos en la dieta mediterránea como el aceite de oliva o el jamón ibérico, y aborda la cuestión de la necesidad de que productos protegidos con IGP (Indicación Geográfica Protegida) o DOP (Denominación de Origen Protegido) queden al margen de estas clasificaciones, como ha hecho Italia.

También resalta la importancia de la educación para empoderar realmente a los consumidores y que escojan mejores dietas.

Puedes ver la entrevista completa haciendo clic en el vídeo.
 

Conclusiones de la jornada
 
La jornada del miércoles, bajo el título 'Dando poder a los consumidores. La reforma del etiquetado nutricional: salud, conocimiento, libertad', contó con una primera mesa de debate sobre qué dice la ciencia sobre esta cuestión, con la participación de Michele Carruba, de la Universidad de Milán, y Ramon Estruch, de la Universidad de Barcelona. Después, Véronique Willems, secretaria general de SME, en nombre de productores locales de Europa, trató las consecuencias de estos etiquetados en el comercio y la economía, y Madalina Balau, de la Danubius University of Galati, y Pietro Paganini, presidente de Competere.eu, debatieron sobre el poder del conocimiento en los consumidores. Cerraron la jornada Jordi Cañas, Herbert Dorfmann (EPP) y Goergios Kyrtsos (Renew Europe) con un debate qué acciones políticas se deben seguir. 
 
Pietro Paganini ha recalcado que es prioritario que Comisión y Parlamento investiguen y elaboren normativas actualizadas en vez de poner las miras en el pasado, porque NutriScore representa a su juicio ya el pasado. “El problema de la nutrición no es lo que comemos, sino el cuándo, cuánto, cómo, qué estilo de vida y que costumbres tenemos cuando comemos”. 
 
Michele Carruba ha apuntado que más del 50% de la población europea tiene un peso no compatible con la salud. “Podemos hablar de epidemia”, ha resumido. Ha defendido la dieta mediterránea, cuyos beneficios están probados y que se conecta con una vida más saludable y larga. Ha apostado por mejorar la información al consumidor, pero por promover dietas saludables más que alimentos calificados de saludables o no según las calorías, la sal o el azúcar que aportan. 
 

Ramón Estruch ha incidido en que no todas las grasas son perjudiciales. Ha citado un estudio que demostró que aquellos consumidores que siguieron una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos mostraron un 30% menos de posibilidades de morir de ictus u otras enfermedades cardiovasculares. Estas cifras aumentan hasta un 60% en el caso de quienes siguen una dieta mediterránea bien hecha. “No hay ningún medicamento que tenga un efecto cardiovascular como el que tiene la dieta mediterránea”, ha sentenciado. 
 

Por su parte, Véronique Willems ha recordado que la mayoría de empresas de Europa tiene menos de 10 trabajadores y ha pedido estudiar bien esta decisión de las etiquetas por sus efectos en las pymes, que pueden tener muchas dificultades para cumplir con lo que se les exige. Ha advertido de que sistemas como NutriScore califica peor a los productos naturales que a otros procesados y que se pueden ver perjudicados miles de productores. 
 
El eurodiputado de Renew Europe Georgios Kyrtsos ha mostrado sus “fuertes reservas” al sistema NutriScore. Ha criticado que ese sistema prioriza “las oportunidades de mercado a la salud”, lo que desalienta a los consumidores frente a dietas como la mediterránea “que nos permite mejorar nuestra calidad de vida y aumentar nuestra longevidad”.  

En línea con lo expresado por los ponentes, Jordi Cañas ha pedido a la Comisión que realice "un estudio a fondo del impacto de una medida así en toda la cadena alimentaria" y que "cualquier sistema armonizado en toda la UE garantice igualdad de condiciones y tenga una base científica independiente”.