Aprovechar los residuos que genera la industria agroalimentaria es una de las áreas en las que más se trabaja para avanzar hacia una economía circular. Una de las empresas que se dedican a esta tarea es MOA Foodtech, que emplea dichos residuos y subproductos, gracias a una combinación de biotecnología e inteligencia artificial, para desarrollar una nueva generación de proteínas con alto valor nutricional y 100% sostenibles.
Susana Sánchez fue una de las creadoras de la compañía, junto a Bosco Emparanza y José María Elorza, en 2020. Se había licenciado en Biología en el año 2003, carrera que escogió “porque me gusta saber el porqué de las cosas. La naturaleza, lo biológico,es algo muy complejo y me intrigaba”, apunta. Su trayectoria ha estado ligada desde el principio a la microbiología y la salud: ha sido profesora asociada en la Universidad de Navarra y ha trabajado en una compañía biofarmacéutica.
De ahí, dio el salto a participar en MOA Foodtech: “Buscaba nuevos retos y MOA fue la oportunidad para poder trabajar en ciencia y ponerla al servicio de la sociedad con un objetivo claro hacia la sostenibilidad”, asegura. Y es que ofrecen una solución alternativa y sostenible para una industria alimentaria que se prevé que tendrá que aumentar en un 70% su producción de alimentos, para poder dar de comer a los casi 10.000 millones de personas que habrá en 2050. Todo ello teniendo en cuenta las limitaciones en cuanto a los recursos que impone el cambio climático.
En cuanto al proceso que siguen, Susana detalla: “Empleamos subproductos de la industria agroalimentaria (es decir, productos que se desechan o que se emplean sólo para alimentación animal) y a través de un proceso fermentativo (como si se tratara de la producción de cerveza) producimos ingredientes alimentarios de alto valor. Actualmente, estamos escalando el proceso para la producción de proteínas alternativas, nutritivas, saludables y por supuesto sostenibles. Es un proceso con un menor impacto ambiental, no sólo porque emplea estos subproductos, sino por el propio proceso en sí mismo, que gasta menos agua y menos terreno”.
“Actualmente trabajamos en ingredientes con un alto contenido proteico para poder incrementar el valor nutricional de algunos alimentos o emplearlos en matrices alimentarias que sean análogos cárnicos o lácteos. Además, estamos evaluando otros alimentos como snacks”, añade. Algunas de estas aplicaciones pueden tener una gran utilidad para las personas con necesidades proteicas especiales, como las personas mayores o los deportistas.
Sus desarrollos están despertando un enorme interés en el sector: “Más de 50 empresas se han mostrado interesadas en nuestro ingrediente. Somos una empresa de ingredientes, es decir, que se lo proporcionaríamos a otras empresas de alimentos que lo quieran incorporar”.
Para llegar hasta aquí, ha sido clave el apoyo por parte de la aceleradora de start-ups Eatable Adventures, así como el soporte tecnológico de CNTA. En cuanto a los siguientes pasos que tienen previsto dar, Susana Sánchez comenta que este año están enfocados en el escalado industrial y en el desarrollo de nuevas aplicaciones alimentarias, para así ofrecer las soluciones a sus posibles clientes. “Además, estamos en fases iniciales de desarrollo de otros ingredientes basados en procesos similares”.
Desde su experiencia en los últimos dos años, la responsable de MOA anima a quien esté pensando en emprender a que, en primer lugar, estudie muy bien el proyecto que tenga entre manos: “Es muy importante contrastar tu idea para saber si realmente hay un interés y un potencial de mercado. Además, me parece importante que se tenga pasión por el proyecto, ya que además de alegrías, también dará quebraderos de cabeza: hay que ser persistente. Y, por supuesto, aconsejaría rodearte de un buen equipo”.
MOA Foodtech ha recibido diversas ayudas públicas, tanto a nivel nacional como del Gobierno de Navarra, y ha obtenido el premio a mejor start-up europea en el ámbito de la alimentación en la última edición del Smart Agrifood Summit, y también fue la ganadora nacional de la competición ‘Culinary Action, On The Road!’, organizada en Madrid, Biarritz, Copenhage y Tel-Aviv por el Basque Culinary Center en colaboración con Impact Hub Madrid.
La propia Susana ha recibido el Premio a la Mujer Emprendedora de 2021 de la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de Navarra (Amedna/Neeze).
Aunque en su caso no ha tenido ninguna dificultad en su carrera y ha podido ir hacia donde ha querido, considera que “todavía hay mucho que hacer”. Para la científica, la presencia de las mujeres en el sector agroalimentario “todavía es baja, y es un reto lograr una mayor representatividad en este sector. Creo que habría que trabajar en la visibilización de la mujer en este sector (desde etapas tempranas, como durante los estudios) y trabajar en un mayor protagonismo de la mujer en el tejido laboral”.