^{Manuel Nogales}

^{Director ejecutivo de Acodea}

Las semanas en las que las protestas de nuestros agricultores y agricultoras han copado los titulares de los informativos tanto en España como en el resto de Europa, han servido para poner en valor la importancia de su labor para el conjunto de la sociedad. Su rol no es sólo crucial para garantizar nuestra alimentación, sino también para conservar el medioambiente o para dar vida a nuestros pueblos, para algunos la denominada España vaciada. Si tenemos alimentos en nuestras mesas es gracias a ellos y a ellas, a su esfuerzo y dedicación, y no está de más reconocerlo de vez en cuando.

Si bien la transcendencia del sector primario en España está fuera de toda duda, su peso en la economía del país se ha venido reduciendo en las últimas décadas. Según datos del Banco Mundial, la agricultura española representó en 2022 un 2,3 % del PIB y aglutinó el 4 % del total de empleos. Estos números son comparativamente bajos en relación a los de otros países como Nicaragua, donde la agricultura representa un 16,8 % del PIB y un 28 % del empleo, o Colombia, con un 8,3 % y un 15 % respectivamente.

Allí donde tantas personas dependen de la actividad agropecuaria y donde muchos de los productores son minifundistas, se hace fundamental contar con cooperativas o asociaciones de productores que ejerzan la función de acopiar y comercializar la producción, conectando así con el mercado a esos agricultores y agricultoras que no podrían competir por sí mismos, así como la de proveer servicios esenciales como la asistencia técnica o el acceso al crédito.

Con esta idea es con la que la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) crearon Acodea en el año 2010, como una agencia que fuera capaz de promover el modelo de agricultura familiar alrededor del mundo. Es en 2014 cuando la agencia decide dar un paso más y cimentar en el asesoramiento, la capacitación y el intercambio de experiencias los pilares de su modelo de fortalecimiento de cooperativas, y es también entonces cuando Cooperativas Agro-alimentarias de España decide unir fuerzas con UPA y FADEMUR en favor de los agricultores latinoamericanos.

Acodea persigue la transformación de las cooperativas en empresas profesionales, competitivas, rentables y sostenibles, en las que las mujeres y los jóvenes son piezas importantes de su engranaje, y para ello pone a disposición de los agricultores latinoamericanos el conocimiento y la experiencia acumulada en el sector agrario español. Lo hace a través de la participación de productores y profesionales de organizaciones agrarias y cooperativas españolas, los denominados agripoolers, quienes se involucran directamente en misiones de asesoría y formación. Los agripoolers ceden parte de su tiempo para compartir con sus colegas del otro lado del charco no sólo sus aciertos, sino también sus errores, en intervenciones que logran establecer conexiones de agricultor a agricultor, de cooperativa a cooperativa, en las que todos aprenden y todos ganan.

La labor experta de los agripoolers es complementada por el equipo de Acodea en terreno, cuyos miembros trabajan arduamente para lograr resultados que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los productores y sus familias.

Acodea está presente actualmente en Nicaragua, Guatemala, Honduras, Colombia, Ecuador, Uruguay y República Dominicana, y espera seguir expandiendo su actividad para que cada vez más productores y en más países puedan beneficiarse de su trabajo.