^{Ana Ursúa}

^{Directora general de AIN}

¿Quién no conoce la rueda multicolor que simboliza los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Este logotipo ha sido utilizado en ocasiones hasta la saciedad, incluso por partidos políticos, en una desafortunada práctica denominada SDG-washing. O lo que es lo mismo: ‘blanqueo ecológico’, publicitar como sostenibles actividades económicas que en realidad no lo son. Esta inercia a la hora de aproximarse a la sostenibilidad desde la forma, y no desde el fondo, ya está cambiando. Estamos viviendo una avalancha política y regulatoria en materia de sostenibilidad de tal magnitud que va a provocar un cambio sistémico en la manera de promover la actividad económica, hacer negocios, acceder a financiación y gestionar las empresas. Para ser ético y sostenible ya no solo basta con decirlo, habrá que demostrarlo.

Nuestro crecimiento económico y nuestra competitividad económica nos va en ello. Europa ha optado por liderar la transformación hacia un modelo económico sostenible basado en la lucha contra el cambio climático, la preservación de los recursos y la biodiversidad. No solo está en juego el medioambiente. En Europa no disponemos de recursos propios suficientes que garanticen el crecimiento. Solo un cambio de modelo económico basado en la sostenibilidad paliaría este déficit.

Así, desde 2015, con la presentación de los ODS de Naciones Unidas y el posterior acuerdo en la COP de París, Europa no solo ha reconfigurado su política en torno al desarrollo sostenible, sino que ha convertido a este tema en una de sus señas de identidad y forma de competir en un contexto globalizado. El nuevo marco europeo ha propiciado que nos encontremos en un momento en el que esta temática está pasando de ser un conjunto de exigencias ambientales y sociales, que tenemos que cumplir, a constituir un enfoque estratégico de transformación y oportunidades de negocio.

Ya no va a ser suficiente con cumplir con las normas ambientales. Marcos normativos como el de Taxonomía, o la próxima nueva directiva de reporte en cuestiones medioambientales, consolidan una nueva extensión de alcance de la sostenibilidad a dimensiones muy vinculadas al negocio. Aquellas empresas que aborden esta materia desde una reflexión estratégica integral, que sepan anticiparse y adaptarse, encontrarán factores de diferenciación y ventajas competitivas que les permitan abordar su futuro con mayores garantías de rentabilidad.

La Asociación de la Industria Navarra, entidad privada sin ánimo de lucro que aglutina a 130 empresas del tejido empresarial, y con una trayectoria de casi seis décadas ayudando a que la empresa sea más competitiva, lo entiende así desde hace ya años. Contamos con una extensa trayectoria al servicio de las empresas trabajando junto con ellas para contribuir a mejorar su sostenibilidad en aspectos, en algunos casos voluntarios, que comprenden materias que abarcan desde el cálculo de la huella de carbono, realización de planes de descarbonización, de mejora de la eficiencia energética, servicios de consultoría de alto valor añadido relacionados con el análisis de toda la cadena de valor de la empresa para lograr modelos circulares o transfiriendo a la industria innovación y tecnología en estas nuevas disciplinas y, sobre todo, acompañando con criterio técnico para que los proyectos prosperen.

En el nuevo contexto en el que nos encontramos, trabajamos en ampliar nuestra oferta de tecnología y servicios en torno a estos nuevos retos, que permitan a las empresas cumplir con los requisitos que ya están llegando. La presencia de la sostenibilidad en AIN es, por tanto, transversal y presente en nuestra cultura corporativa.