La Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR), con la colaboración de la empresa Tuna Graso, s.a., perteneciente al Grupo Ricardo Fuentes, está llevando a cabo un estudio para mejorar los procesos de transferencia y conteo del atún rojo. Su objetivo es encontrar un sistema que permita medir con precisión las condiciones del mar y determinar cuál es mejor momento para el traspaso de los ejemplares de un vivero a otro.
Para evaluar de forma precisa la visibilidad subacuática, los investigadores están realizando pruebas con diversas herramientas de medición ópticas y acústicas de última tecnología. Con estos sistemas también pretenden asegurar la protección de la especie y disminuir los costes elevados que requieren las maniobras de transferencia.
“La biomasa de atún capturado para su traslado a los viveros de engorde en mar abierto es controlada por inspectores para garantizar que se cumplen las cuotas establecidas por ICAAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico). Para ello, se utiliza un método de filmación de transferencia del cerco al vivero de transporte y de ahí al vivero de engorde.
En este procedimiento, el estado del agua puede influir de forma negativa en la correcta visualización del traspaso, lo que dificulta el conteo y propicia, en muchas ocasiones, que deban repetirse las maniobras”, han explicado Julio Almagro y Sergio Iglesias, responsables de los viveros de atún rojo.
El equipo de trabajo está ensayando con sistemas ópticos tradicionales —turbidez, transmisibilidad, extinción de luz, disco de Secchi—; acústicos —ADCP correntímetros y perfiladores—; y de vídeo —cámaras subacuáticas de instalación fija—.
Los datos recogidos del análisis proceden de las transferencias que la compañía del Grupo Ricardo Fuentes ha realizado en los dos viveros que tiene ubicados en San Pedro del Pinatar y El Gorguel (Cartagena) durante la última campaña de pesca.
Paralelamente, ambas organizaciones también están trabajando para perfeccionar la actual técnica de filmación que capta el paso de los ejemplares entre los viveros.
Los investigadores están probando con un sistema basado en cámaras de barrido acústico de alta resolución, a partir de un vídeo-sonograma. Hasta el momento han utilizado dos modelos de sonar por detección de doble frecuencia. Ambos tienen una trayectoria mayor y transmiten centenares de rayos de luz en un ciclo de trabajo superior a 25 Hz, con frecuencias comprendidas entre 0,9 MHz y 2 Mhz. Esto permite un modo de gran alcance y baja resolución con un rango de detección aproximado de 50 metros y otro con alta resolución en el que la detección de la imagen se reduce hasta 12 metros.
El estudio se ha desarrollado a través de los Planes de Producción y Comercialización de APROMAR, con la colaboración de la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cofinanciado con el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).