Personal científico y técnico del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) realizó del 4 al 14 de septiembre una campaña de investigación con el objetivo de determinar la selectividad de diferentes artes de arrastre, probar dispositivos de exclusión de cetáceos, aplicar sistemas de observación electrónica e inteligencia artificial para la caracterización automática de especies descartadas y estudiar la supervivencia de las mismas, especialmente de rayas y tiburones.
Para ello, durante la campaña, denominada DESCARSEL0923, se realizaron pescas experimentales en determinadas zonas del caladero Cantábrico-Noroeste para obtener información técnica sobre la selectividad de los diferentes diseños de artes, usando diferentes configuraciones de red y estrategias de pesca, así como sistemas que facilitan el escape de las capturas accidentales de especies protegidas como los cetáceos.
A través de cámaras submarinas, el personal científico obtiene información del funcionamiento de los artes de pesca y del comportamiento de las especies en diferentes profundidades y situaciones pesqueras.
“La monitorización total y control de operaciones de pesca con los sistemas de sensores del buque oceanográfico nos permite obtener información completa y trabajar en condiciones controladas y más adecuadas a los objetivos que en un barco comercial”, explica Xulio Valeiras, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO y responsable del proyecto. “Los resultados de esta campaña servirán para ampliar el conocimiento de la selectividad pesquera de los dispositivos testados e introducir mejoras y modificaciones que permitan avanzar en las estrategias de reducción de descartes en las pesquerías objeto de estudio”, apunta el científico. Esta campaña ha sido cofinanciada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (FEMPA) dentro del Programa Nacional de recopilación, gestión y uso de datos del sector pesquero y el apoyo al asesoramiento científico en relación con la política pesquera común.
Al igual que en otras campañas, DESCARSEL es un ejemplo de coordinación entre instituciones. En este caso, desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se facilita el uso y equipamiento de los barcos al personal investigador, y se pone a disposición de los científicos el instrumento más adecuado para los fines específicos de cada campaña, mientras se intenta conseguir la optimización de los recursos en beneficio del mejor conocimiento científico posible y la mejor gestión pesquera. “Sólo conociendo mejor nuestros mares se puede apostar por la protección y la gestión sostenible de recursos, por lo que el MAPA sigue invirtiendo esfuerzos en desarrollar campañas de investigación a bordo de sus buques oceanográficos”, apunta Isabel Artime, secretaria general de Pesca.
El buque oceanográfico Miguel Oliver forma, junto con el Vizconde de Eza y el Emma Bardán, la flota de barcos de investigación gestionada por la Secretaría General de Pesca, y cuenta con un equipamiento tecnológico puntero para la navegación y para la investigación pesquera y oceanográfica.