Verónica Larco Jiménez
Directora de comunicación de ProVeg España
¿Estáis preparados/as para lo que nos trae la ya iniciada transición proteica? Hace unos años, cuando empezamos a hablar de transición proteica en España, las caras de extrañamiento no eran pocas, pero este término se ha ido expandiendo y afianzando en toda la cadena alimentaria, con una especial repercusión en los y las consumidoras.
En esencia, la transición proteica es buscar nuevas fuentes de proteína más eficientes, sostenibles, saludables y que nos permitan alimentar a la creciente población mundial. Al igual que la industria del automóvil está pasando de los vehículos propulsados por gasolina a los eléctricos y el sector energético de los combustibles fósiles a las energías renovables, el sistema alimentario ya iniciado su propia transformación.
Es importante no desatender las necesidades del sistema y las consecuentes demandas del consumidor. Por ejemplo, sabemos que la mitad (51 %) de los/as europeos/as está reduciendo su consumo de carne, según la última encuesta realizada por ProVeg en colaboración con la Universidad de Copenhague y la Universidad de Gante dentro del proyecto europeo Smart Protein. Estos resultados afianzan la línea hacia dietas más vegetales, que en 2021 estaba cinco puntos por debajo (46 %).
Es bien sabido que consumimos carne por encima de las recomendaciones sanitarias y también muy por encima de lo medioambientalmente sostenible. Por ello, no son pocos los fabricantes que buscan nuevas soluciones a la demanda de productos más sostenibles, saludables y que dejen fuera de la cadena a los animales.
La fermentación de precisión es una de las grandes innovaciones que veremos dar pasos agigantados este 2024. Las previsiones así lo indican, el mercado mundial de fermentación de precisión podría alcanzar un valor estimado de 31.200 millones de dólares en 2030, con una fuerte tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 42,6 % entre 2024 y 2030, según el informe de la consultora Research and Markets. El mismo informe señala que los hongos seguirán siendo los reyes de la categoría, pero las posibilidades son infinitas y los grandes productores ya están viendo las ventajas de los ingredientes creados con esta tecnología. Además, también encontramos muchas empresas de nueva creación adelantándose y, por ejemplo, posiblemente este mismo año, ya veremos la mozzarella de New Culture comercializarse en los supermercados de Estados Unidos.
Otra de las grandes innovaciones que veremos crecer será la bioimpresión y, aunque la impresión de alimentos parecía hace no mucho algo sacado de una película futurista, la realidad es que en 2024 podemos encontrar en los supermercados españoles bacon vegetal bioimpreso. Esta nueva gama de productos se produce como el resultado del trabajo conjunto de las empresas navarras Foodys y Cocuus, que han creado la primera planta a escala industrial de bioimpresión 3D de alimentos plant-based del mundo, dejando claro que el sector foodtech español está a la vanguardia en el panorama internacional.
La bioimpresión 3D permite producir a escala industrial y de forma muy eficiente productos muy similares en aspecto y textura a la carne y pescado pero a base de ingredientes de origen vegetal, así que no dudamos de que esta nueva tecnología nos traerá muchas sorpresas en un corto espacio de tiempo.
Otra gran innovación que destacará este 2024 es la mejora de los ingredientes y de las etiquetas. Los/as consumidores/as no solo están cada vez más concienciados/ as con el impacto medioambiental de su alimentación, en España, un 23 % de las personas que ha reducido su consumo de carne animal indica esta como la razón, según el estudio de Smart Protein. Sin embargo, un 45% lo hace por motivos de salud, por lo que, aunque el sabor y la textura son fundamentales, la lista de ingredientes cobra relevancia. Las personas ya no se conforman con tener muchas alternativas vegetales, quieren alternativas que también sean nutritivas.
Por eso, este 2024 vamos a ver cada vez más productos mejorados, como el de la marca californiana de leche vegetal Califia Farm, que hace poco ha lanzado una leche vegetal con los nueve aminoácidos esenciales y con menos azúcar que la leche de vaca.
Otra innovación alimentaria de la que debemos estar pendientes es la agricultura celular, es decir, la producción de alimentos de origen animal a partir de cultivos celulares en lugar de hacerlo directamente de animales. Esta tecnología se presenta con prometedoras soluciones para saciar el consumo de carne de una forma sostenible, ética e incluso más saludable. De hecho, a mediados de este año se espera que las instalaciones de BioTech Foods en San Sebastián estén terminadas. Esta planta podrá producir inicialmente más de 1.000 toneladas de proteína cultivada al año, y podrá ampliar su capacidad a 4.000 toneladas anuales a medio plazo.
Aunque aún nos queda algo de tiempo para ver la carne cultivada en los lineales de los supermercados, lo que sí podemos ver es que los productos vegetales cada vez ocupan más espacio de estos; por eso, tampoco nos extrañaría ver cada vez más empresas transformando sus instalaciones para producir alimentos plant-based, como Danone que ha transformado una planta, anteriormente dedicada a la producción de productos lácteos, “respondiendo así a las nuevas necesidades de los consumidores y ofreciendo una dieta diversificada y equilibrada”, según la directora de marketing y sostenibilidad.