Momento de Food 4 Future - Expo FoodTech 2025

Empresas, cooperativas y centros tecnológicos trazan el nuevo mapa de la sostenibilidad alimentaria en Expo FoodTech 2025

Expo Foodtech

4 de junio, 2025

Los expertos defienden que la sostenibilidad real requiere un cambio del modelo productivo con datos, análisis multidimensional y compromiso conjunto

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La última edición de Food 4 Future - Expo FoodTech 2025, la gran feria tecnológica para la industria alimentaria celebrada en Bilbao del 13 al 15 de mayo, ha puesto de manifiesto que el reto de la sostenibilidad en el sector pasa necesariamente por transformar el modelo productivo desde dentro. Con datos, tecnología y también con el acompañamiento y la colaboración de todos los actores de la cadena de valor agroalimentaria. Así lo han valorado expertos nacionales e internacionales y representantes de las principales empresas, centros tecnológicos y cooperativas, que han planteado en el marco del Food 4 Future World Summit, soluciones y casos prácticos orientados a avanzar hacia un futuro alimentario más eficiente y descarbonizado.

Una de las iniciativas más ambiciosas ha sido la presentada por PepsiCo en su planta de bebidas de Etxabarri, que aspira a convertirse en la primera instalación del grupo con emisiones netas cero en 2025. Iñaki Ochoa, director de la planta, ha detallado que el proyecto partió del programa pep+ y que ha sido progresivo desde 2009. “Desde ese año hemos implementado programas de reciclaje y en 2015 comenzamos a trabajar con un 48 % de energía verde. El objetivo ahora es eliminar el 52 % restante que aún proviene de gas”. En este proceso, han colaborado con Tecnalia en el diseño de un plan de siete años con equipos transversales de la compañía para ejecutar la electrificación. También han desarrollado una acción conjunta con el ayuntamiento para plantar 3.000 árboles que les ayuden a reducir emisiones residuales, como las relacionadas con los sistemas de climatización. Unas colaboraciones que Ochoa considera claves, porque “no puedes saberlo todo, así que tienes que rodearte de los partners adecuados”.

Las cooperativas lácteas también han tenido un papel protagonista en Expo FoodTech 2025 con la presentación de la ‘Alianza 30 en el 30’, un compromiso voluntario por parte de CAPSA Vida, Kaiku y COVAP para reducir un 30 % sus emisiones antes de 2030. Rubén Hidalgo, Director de CAPSA Vida, ha afirmado que “el consumidor, cuando elige nuestra marca, no solo elige un valor nutricional, sino un modelo. Y todo debe estar alineado para que el consumidor financie ese modelo”. Su proyecto se centra en la fase de producción, donde se genera el 90 % de las emisiones y “queremos que el valor cooperativo esté por delante. Esto no es una imposición a nuestros socios ganaderos, sino que vamos a acompañarlos en el proceso de adopción de la tecnología”.

Naroa Sarasua, Responsable de Sostenibilidad y Proyectos de Kaiku, ha remarcado que el trabajo debe empezar desde la base económica. “Trabajar en sostenibilidad a largo plazo se convierte en imposible si no se hace desde una base económica firme para nuestros ganaderos”. Asimismo, Sarasua ha avanzado que se encuentran desarrollando un nuevo indicador social: “Queremos sacar un índice del bienestar ganadero, porque si no cuidamos a nuestras personas, un proyecto cooperativo no tiene ningún sentido”.

Por su parte, Ana Alicia Bolívar, Responsable de Sostenibilidad en COVAP, ha insistido en la necesidad de una visión transversal. “Si llegas únicamente desde la sostenibilidad ambiental, fracasas. Tienes que pensar en una sostenibilidad integral: ambiental, económica y social”.

Estas experiencias empresariales se enmarcan en un contexto de creciente consenso científico. Saioa Ramos, investigadora sénior del centro tecnológico AZTI, ha señalado que “el 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la industria alimentaria. Esto nos obliga a reducir su impacto cuanto antes”. Además, ha explicado cómo desde su departamento trabajan en estrategias de sostenibilidad para el sector y para facilitar la integración de herramientas que permitan a las empresas medir y gestionar su huella ambiental real, porque “un producto evalúa muchos más impactos a lo largo de su ciclo de vida. Se incluye el desperdicio, el packaging o el transporte, entre otros”.

Algo que también ha compartido Dusan Ristic, Food Systems Sustainability Research Associate del German Institute of Food Technologies, que se ha referido al protagonismo excesivo de la huella de carbono como único indicador. “Aunque tu huella de carbono sea baja, eso no significa que tu producto sea sostenible. Hay que pensar localmente en los impactos medioambientales”. Ristic ha abogado por la aplicación de metodologías combinadas como el análisis de ciclo de vida, análisis de costes (LCC) y evaluación social, porque “solo desde una visión multidimensional, se pueden tomar decisiones relevantes”.

En definitiva, la sostenibilidad alimentaria ya no se concibe como una cuestión aislada, sino como un proceso sistémico que requiere la implicación activa de toda la cadena de valor: desde la ciencia hasta la producción primaria, pasando por la industria y el consumidor.


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