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Los consumidores europeos muestran un creciente interés por la inclusión de proteínas alternativas en su dieta, como opción viable y sostenible frente a los alimentos convencionales de origen animal. La creciente atracción de los consumidores por este tipo de productos se presenta como el camino perfecto hacia una dieta europea más sostenible y saludable.
Sin embargo, hasta la fecha, los productos de origen animal contribuyen con cerca del 67% de la ingesta de proteínas, representando una parte esencial de nuestra dieta.
Aunque la voluntad de los consumidores de reducir el consumo de proteínas de origen animal es más que evidente, se necesitan más esfuerzos para facilitar y acelerar el cambio de proteínas, ofreciendo un amplio abanico de posibilidades que consigan atraer hasta al consumidor más reacio.
Sin embargo, la integración de las proteínas alternativas se ve obstaculizada por las dificultades en la fase de desarrollo de los productos, lo que se traduce en una escasa disponibilidad y accesibilidad de productos aceptables. Los europeos que buscan productos alimentarios con proteínas alternativas se encuentran con opciones limitadas en cuanto a tipos de productos, fuentes de proteínas, sabores y texturas.
La soja, por ejemplo, es la principal fuente proteica empleada en este tipo de productos, pero no es una opción para todos los públicos, situándose entre los 14 alérgenos principales.
A ello se suma el hecho de que muchos productos proteicos alternativos no resultan atractivos para el consumidor por poseer un perfil nutricional desequilibrado, sabores extraños y texturas desagradables.
Todo ello limita el interés del consumidor y el fabricante, que a la hora de desarrollar este tipo de productos se enfrenta a las limitaciones en funcionalidad de las proteínas alternativas (gelificación, emulsión, unión de grasas, etc.). Son precisamente estas limitaciones las que explican que la gran mayoría de productos disponibles actualmente en el lineal contengan una larga lista de ingredientes, aditivos para mejorar textura y sabor mayoritariamente.
Para hacer posible un cambio en la dieta proteica, la industria alimentaria debe centrarse en la diversificación de las fuentes de proteínas alternativas y en el desarrollo de nuevos productos atractivos, satisfaciendo así las demandas de los consumidores en términos de mayor oferta y calidad del producto. Este es precisamente el objetivo de LIKE-A-PRO, proyecto coordinado por el Centro Tecnológico CTIC CITA, cuyo consorcio integran 42 socios procedentes de 14 países europeos diferentes.
El objetivo de LIKE-A-PRO es facilitar dietas sostenibles y saludables transformando el mercado de las proteínas alternativas, con el desarrollo de productos altamente proteicos más disponibles, accesibles y aceptables para todos los grupos de población, independientemente del emplazamiento o nivel socioeconómico. Para ello, se desarrollarán 16 productos proteicos alternativos e innovadores a partir de siete fuentes de proteína novedosas y optimizadas.
Para alcanzar este objetivo, el consorcio LIKE-A-PRO cuenta con la participación de 42 entidades, representantes de toda la cadena de valor de las proteínas alternativas (productores de proteínas, desarrolladores de ingredientes y productos, centros culinarios, clústeres alimentarios), científicos y expertos en comunicación.
Innovador, sostenible, local, asequible e industrialmente viable son los parámetros que marcarán el desarrollo de estos 16 productos, asegurando el éxito en la salida al mercado.
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