Para Lucía Arenzana, fundadora de LUK BEER, “LUK es un símbolo de valentía, inconformismo, constancia y un poco de inconsciencia. Nosotros no somos sólo una cerveza. Nos gusta pensar en LUK como una filosofía de vida. Nosotros cumplimos nuestro sueño, inspirando a los demás a conseguir los suyos”.
Este sueño nació, oficialmente, el 22 de septiembre de 2023, pero tal y como nos cuenta Lucía, “empezó a cocinarse dos años antes. Yo soy cocinera y me enamoré de la fabricación de cerveza hace muchos años, pero no fue hasta mi época en Australia que profesionalicé este tema, trabajando en una fábrica llamada Molly Rose. Después de tres años viviendo en Australia, volví con el objetivo de montar una marca de cerveza diferente. Una marca que conectara con la gente y que fuera capaz de crear cultura. Venía de un sitio donde todos los bares tenían una carta inmensa de cervezas, donde ir a la sección de cervezas de un supermercado era divertido. Sin embargo, en uno de los países donde más cerveza consumimos (España), las únicas marcas que hay están dirigidas por grandes grupos o las más artesanas son difíciles de localizar en el mercado. Sabía que había un hueco por cubrir”.
El camino hasta poner en marcha el proyecto no fue fácil: “Durante dos años estuve perfeccionando mis recetas, haciendo eventos para estudiar cuales funcionaban y cuáles no y haciendo un plan de negocio, necesitaba saber cuál era mi plan”, —explica Lucía—. “En este proceso, me gasté mis ahorros y empecé a buscar socios. No fue tan fácil como pensé que sería. Así que después de varios no, entendí que nadie apostaría por mí y que tenía que buscar el dinero yo. Esto me hizo empezar a trabajar en los tuktuk turísticos de Madrid hasta poder pagar la primera producción grande. Más tarde, y sin buscarlo, ¡aparecieron mis actuales socios para sumarse al proyecto y darle un pequeño empujón!”.
Después de lograr este apoyo, Lucía Arenzana asegura que LUK ha evolucionado muchísimo, pero reconoce que de momento han dado pequeños pasos: “De momento sólo trabajo yo en la empresa y se ha hecho todo de forma muy casera. Soy la que hace las recetas de la cerveza, pero también hago el marketing, el contenido, controlo el stock, hago los repartos, llevo las finanzas… De hecho, contamos todo con total transparencia en nuestras redes sociales para que la gente forme parte del proceso. Eso está haciendo que sea un proyecto único y que la gente se sienta parte de LUK”.

“Hemos conseguido vender LUK en 50 puntos de venta y tener una pequeña comunidad muy fiel. Hemos verificado que el producto gusta y funciona. Y todo esto bajo mínimos. Ahora queda dar el siguiente paso: sumar gente al equipo, tener nuestro primer espacio físico, nuevos estilos de cerveza…”, enumera.
Para la creadora del proyecto, los retos han sido muy numerosos: “Para empezar, nosotros empezamos con un presupuesto mínimo, lo que nos supuso invertir CERO en marketing y no poder invertir en talento… Aunque, como dice Felipe, mi socio: “De la escasez nace el ingenio”.
Sumado a esto, Lucía destaca las dos principales barreras que se ha encontrado:
• Margen muy pequeño: “Nosotros producimos como nómadas” —afirma—. “Es decir, en una fábrica intermediaria. Esto hace que el coste sea muy alto y que tengamos un margen prácticamente nulo. Pero es una apuesta de futuro. Cuando podamos hacerlo nosotros, podremos tener un margen mejor y una salida de producto ya establecida”.
• Dificultad de entrada al mercado y la inestabilidad de la hostelería: “Un negocio como la cerveza va por volumen, por lo que nuestra mejor opción es la hostelería. Pero las grandes marcas nos lo ponen muy difícil a las pequeñas, hay muchos acuerdos de por medio. Es difícil, pero no imposible. Ya vamos identificando en qué sitios funciona LUK y cada vez es más fácil encontrar sitios actualizados, con una oferta diferente y más gastronómicos. Ahí es a donde vamos”.
Todas estas dificultades hacen que cada logro sepa aún mejor: “No se puede describir la sensación de haber soñado con algo, haberlo trabajado, llorado, y, de repente, has hecho que sea una realidad. Cuando entro a un restaurante a hacer una entrega y veo a alguien completamente desconocido bebiendo una LUK, me emociono… Cuando me escriben para decirme que bebían cerveza hasta que han probado LUK, igual… Todo merece la pena”, asegura Lucía.
Como señalábamos al inicio, para esta emprendedora LUK es más que una cerveza, es una filosofía de vida: “Nos hacemos llamar la cerveza de los emprendedores, y es que, para nosotros, el hecho de beber una cerveza, es el acto más social que existe. Y queremos crear un impacto en ese momento. Por eso, todo lo que hacemos alrededor de LUK fomenta el emprendimiento, el talento emergente… Hemos hecho todo tipo de eventos para demostrar que no somos una cerveza de ‘botellón’, sino que somos una cerveza de un momento único, de un momento donde pasan cosas”.
“Todo esto, dando por hecho la calidad de nuestro producto y el estilo de cervezas que producimos”, — añade—. “Queremos romper la creencia que hay detrás de las cervezas artesanales. La gente piensa que todas tienen que ser súper amargas, alcohólicas, tostadas… Nosotros hacemos una cerveza refrescante, ligera, aromática… muy, muy fácil de beber. Es ese estilo que podría enganchar a la gente dentro del mundo artesanal. Además, tenemos ya pensados los siguientes que sacaremos”.
Respecto al conocimiento del sector, Lucía considera que actualmente “no contamos con una buena cultura de cervezas artesanales, pero está creciendo. Antes de la pandemia, hubo un aumento muy grande en el consumo de cerveza artesanal, pero el COVID lo paralizó. Ahora, se vuelve a ver movimiento. Aunque creo que es fundamental actualizarse y usar el marketing y las redes sociales para llegar a más gente y conectar con el consumidor. Hay que esforzarse en crear esa cultura. Se dice que, de aquí a 10 años, el consumo de cerveza artesanal pasará del 1 % al 7 % del consumo total”.
Como no podía ser de otra forma, el sueño de Lucía no se queda aquí: “La verdad es que sueño muy alto. De verdad creo en LUK. Me gustaría abrir nuestro primer club gastronómico para emprendedores (LUK1) este 2025. Al igual que sacar otros tres estilos (sin alcohol, sin gluten y otro sorpresa). Más adelante, sueño con tener fábrica propia, posicionar LUK en supermercados, y replicar el concepto del club en otras ciudades. Quiero crear un universo LUK”.
Respecto a la presencia de las mujeres en el sector alimentario, para la creadora de LUK, “la verdad es que es un sector muy masculino, eso es así. Pero nunca he recibido ninguna falta de respeto o he sentido que me hayan ninguneado. De hecho, es un sector donde predomina la colaboración entre cerveceros, o por lo menos, yo lo he sentido así. Siempre que he pedido consejo o ayuda, me la han dado. Sí que es verdad que lo he sentido más en el mundo empresarial, o de cara al público, la gente se sorprende al enterarse que la cerveza es mía. Pero bueno, yo a lo mío, a trabajar y a demostrarme a mí misma que puedo. Eso es lo que más importa”.
“Sí he notado que no me han tomado en serio muchas veces” —reconoce la emprendedora—. “No sé si por ser mujer, ser joven o ambas. También me han timado alguna vez…, pero creo que eso va más por la inexperiencia. Aunque de todo se aprende, y probablemente ahora sea más difícil que me tomen el pelo. Cuanto antes te equivoques, mejor. ¡Eso dicen!”.
Para que las mujeres tuvieran más presencia, reivindica que hace falta “más cultura. Volvemos a lo mismo. La gente no es consciente del mundo tan grande de posibilidades que hay detrás de la cerveza. Se pueden hacer cosas increíbles, y en España hay muchísimo por hacer. También es importante tener más referentes femeninos. Darles visibilidad. Saber que es posible y poder inspirarse. Ojalá algún día pueda ser la inspiración de alguien y ayudar a alguna mujer a cumplir su sueño”.