_{Xandra Falcó, Presidenta de Círculo Fortuny}

El sector del lujo y la excelencia se ha asociado históricamente a la moda, los complementos y la joyería, pero en los últimos años ha tenido una evolución hacia el mundo de la experiencia, con consumidores que buscan cada vez más la emoción. De esta manera, la excelencia entra en el ámbito de los viajes, el arte y la cultura, la alta artesanía o la gastronomía.

La gastronomía española ha conseguido situarse en los últimos años como número uno mundial, con grandes chefs como Ferrán Adriá, los hermanos Roca, Etxebarri, que lideran los ránkings de los mejores restaurantes del planeta. Se han multiplicado las estrellas Michelín y se han convertido en importante reclamo para el turismo internacional. A su alrededor hay productos gastronómicos que han seguido la misma evolución. Los grandes vinos, el jamón ibérico de bellota y el aceite de oliva virgen extra han tenido una enorme evolución de la mano de productores con nombre propio, que han buscado únicamente la excelencia y han situado sus productos en la mejores restaurantes y tiendas gourmet del mundo.

¿Y en qué contexto nos movemos actualmente? Al igual que ha sucedido con el resto de sectores, el de la alta gama, y concretamente, los productos gastronómicos, se han visto afectados por la pandemia, registrando una caída de las ventas globales de lujo de alrededor del 20% el pasado año. Pero la buena noticia es que para este 2021 se espera una recuperación a doble dígito en todos los sectores de la alta gama.

En el sector gourmet, la consultora Bain & Company destaca su mayor resiliencia y mejor reacción en esta crisis respecto a otros productos porque a pesar de que la restauración y el ocio se han visto muy afectados por cierres y restricciones, las marcas han sabido llegar a la mesa del consumidor, a su propia casa, con iniciativas innovadoras y disruptivas que han sorprendido al cliente, proporcionándole la misma experiencia de excelencia en nuevos formatos.

El futuro es la digitalización de todos los procesos, no solo el de venta para adaptarse a la nueva realidad, que es phygital (combina lo mejor de ambos mundos, online y offline) y acercarse a las nuevas generaciones, que son nativas digitales y muy exigentes.

Por otra parte, la sostenibilidad forma parte del ADN de estas empresas, estando presente en toda la cadena de valor. El sector agroalimentario y vinícola lleva décadas trabajando en procesos sostenibles y respetuosos con el medio en el que se desarrolla. La sostenibilidad es una filosofía y una forma de entender el negocio y el mundo para marcas como Cinco Jotas, Castillo de Canena, Dehesa los Llanos o LA Organic. Cuidar los olivares y las dehesas es parte fundamental de su filosofía de negocio, cuentan con procesos que garantizan la supervivencia de la biodiversidad de estos enclaves naturales únicos.

En bodegas como Abadía de Retuerta, Vega Sicilia, Sierra Cantabria, Marqués de Griñón o Marqués de Murrieta, cuidar los viñedos con técnicas de viticultura sostenible o biodinámicas garantizan la vendimia de uvas únicas que reflejen la singularidad de los viñedos y por lo tanto la excelencia en los vinos. Este cuidado con esmero y el paso de generación en generación de viñedos es una seña de identidad de los grandes vinos españoles y del mundo.

El sector tiene un futuro prometedor por delante. La recuperación plena se espera para 2022/2023 y las marcas españolas de productos gourmet y grandes vinos siguen la estela de la alta restauración y forman parte del ránking de los mejores productos del mundo en la mente del consumidor internacional.