^{David Pérez Pérez}

^{Director CE Consulting Norte / Asociado de AECEM}

En el marco de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, el pasado febrero se aprobó el PERTE Agroalimentario, que contará con una inversión pública de unos 1.000 millones de euros. Para analizar su impacto hay que tener en cuenta que los objetivos de este proyecto son loables y responden a un consenso alrededor de las necesidades del sector: fomentar el empleo de calidad del sector agroalimentario, fortalecer su competitividad, sostenibilidad y rentabilidad y fomentar la vertebración del medio rural.

También hay que considerar que el sector agroalimentario contribuye en casi un 10% al PIB nacional y está conformado, como el resto de los sectores, mayoritariamente, por pequeñas y medianas empresas. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), un 96,5% de las más de 30.200 empresas del sector son pymes. Unos datos que dan cuenta de la envergadura de un sector estratégico para España y que guarda fuertes implicaciones con procesos de transformación activos en nuestro país, como la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 o los procesos de transformación digital.

El ya mencionado PERTE tiene como objetivo impulsar toda la cadena del sector agroalimentario. Este, junto con otras medidas, como el Plan Estratégico de la PAC y el Plan de Recuperación, esperan generar un impacto mínimo de 3.000 millones y una creación neta de empleo de 16.000 puestos, según los cálculos del MAPA. Unas cifras ambiciosas que representan toda una oportunidad para el sector y que tiene que animarnos a reforzar una gestión eficiente de los fondos, evitando repetir experiencias pasadas como ocurrió con el proyecto Horizonte 2020, en el que España dejó sin presentar proyectos a la Unión Europea respecto del paquete que le correspondía.

Por todo ello, hay que destacar que el asesor-consultor es clave en la comunicación e información de los fondos. Si bien las administraciones son fundamentales en la tramitación y gestión, ya que así lo tienen encomendado porque estamos hablando de fondos públicos, probablemente estas instituciones no tengan la capilaridad suficiente y el saber hacer necesario para que toda esa información llegue al interlocutor correcto: la pyme. De ahí que sea fundamental apoyarse en asociaciones con formación y representación suficiente que hagan de nexo de unión con la pyme, directamente, o bien con sus asesores.

Dado el gran volumen de pymes que existen en el sector agroalimentario (96%), y su falta de recursos o conocimiento de estos fondos, el asesor debe ser capaz de canalizar esa información y explicar correctamente las oportunidades que les pueden brindar estos fondos enfocados en transformar el sector. Para que esto sea posible es imprescindible que se ponga en las manos de los asesores-consultores toda la información y las herramientas necesarias para ayudar a que las estimaciones del Ministerio se conviertan en realidad. De lo contrario, estaremos ante otra oportunidad perdida.

Finalmente, cabe destacar que mucho de lo que se quiere alcanzar con estos fondos ahonda en algo más profundo que afecta no solo a este sector, sino a la pyme española en general: su tamaño. Difícilmente, una micropyme podrá utilizar lo que se ha puesto a su alcance, si no tiene un tamaño determinado. O, por decirlo de otra manera, esos objetivos de empleo de calidad, competitividad o vertebración del medio rural solo se conseguirán de manera eficaz ante un tamaño eficiente de nuestras pymes que les permita competir en un entorno mundial, que es donde compite el sector agroalimentario.

Nuestro papel como asesor-consultor no solo está enfocado en poner en conocimiento y en valor las oportunidades que se les brindan a las empresas ante estos fondos europeos, sino fomentar la concentración de estas PYMES a fin de conseguir un tamaño eficiente con en el que estas medidas e inversiones puedan ser eficaces y se puedan convertir en una palanca transformadora real de un sector esencial y estratégico en nuestra economía por la calidad de sus productos y saber hacer.