José Friguls, presidente de ANAFRIC

José Friguls: "Proteger las denominaciones cárnicas: más claridad en la información dirigida al consumidor"

ANAFRIC

26 de octubre, 2025

Garantizar denominaciones claras, inequívocas y coherentes con la naturaleza de cada alimento contribuye a un mercado más transparente y sostenible



José Friguls, presidente de ANAFRIC

 

El reciente pronunciamiento del Parlamento Europeo para proteger el uso de denominaciones tradicionales de la carne -como “hamburguesa”, “filete” o “salchicha”- ha reabierto un debate esencial sobre la transparencia informativa, la competencia leal y la protección de la cultura alimentaria europea.
 

Desde ANAFRIC, la Asociación Empresarial Cárnica Española, se acoge con satisfacción esta decisión, que da respuesta a una preocupación que el sector cárnico viene expresando desde hace años: la creciente confusión del consumidor ante la proliferación de productos que utilizan términos propios de los alimentos de origen animal.

 
En los últimos años, el mercado ha incorporado múltiples alternativas vegetales que imitan la apariencia y el nombre de productos cárnicos tradicionales. Este fenómeno ha generado un escenario ambiguo en el que la información al consumidor se diluye y, en ocasiones, se distorsiona.
 
ANAFRIC considera que el uso de términos vinculados a la carne para designar alimentos que no la contienen supone un riesgo para la claridad y veracidad de la información, además de vulnerar la identidad de unos productos con un profundo valor cultural, histórico y económico en Europa.
 

Preservar la claridad y la confianza del consumidor

La posición de ANAFRIC parte de un principio básico: la necesidad de ofrecer a los consumidores información clara y veraz sobre los productos que adquieren. Cada alimento presenta propiedades y características nutricionales propias, así como composiciones e ingredientes diferenciados.

El empleo de los mismos términos para categorías alimentarias distintas —como productos vegetales frente a productos cárnicos— puede inducir a error, haciendo creer al consumidor que ambos comparten características nutricionales o procesos de elaboración similares. Este riesgo compromete la transparencia del mercado y la seguridad alimentaria, además de menoscabar la confianza del consumidor en el etiquetado.

El marco normativo europeo ya establece precedentes en esta materia: los términos relacionados con los productos lácteos están protegidos y su uso indebido está prohibido. ANAFRIC defiende que esa misma protección debe aplicarse a la carne y los productos cárnicos para garantizar condiciones de competencia leal y una comunicación honesta hacia el consumidor.
 

Una defensa del patrimonio cultural y económico

Más allá del ámbito normativo, la defensa de las denominaciones cárnicas es también una cuestión de respeto al patrimonio cultural y gastronómico europeo. Muchos Estados miembros cuentan con términos consagrados por el uso y la tradición -nombres que evocan métodos de producción, recetas históricas o identidades regionales- y que forman parte del legado alimentario del continente.

Proteger estas denominaciones no significa frenar la innovación alimentaria ni la evolución hacia modelos de consumo más sostenibles. ANAFRIC apoya la coexistencia de productos cárnicos y vegetales en el mercado, siempre que se garantice una comunicación honesta que permita a los consumidores elegir con conocimiento y libertad. La innovación no debe construirse sobre la confusión, sino sobre la diferenciación y la transparencia.
 

Conclusión: hacia un mercado más claro y equilibrado

La decisión del Parlamento Europeo supone un paso importante para reforzar la confianza en el etiquetado y asegurar la equidad entre operadores del mercado. ANAFRIC celebra que se dé reconocimiento legal a una demanda histórica del sector, en línea con las definiciones recogidas en la legislación europea -como los Reglamentos CE 853/2004 y 543/2008- que establecen con precisión qué es carne, preparado de carne o producto cárnico.

Garantizar denominaciones claras, inequívocas y coherentes con la naturaleza de cada alimento no solo protege la identidad de un sector estratégico para la economía y la vida rural europea, sino que también contribuye a un mercado más transparente, justo y sostenible.

Europa no puede permitir que su herencia alimentaria se diluya entre etiquetas confusas. Proteger las denominaciones cárnicas es proteger la verdad de los alimentos, la lealtad hacia los consumidores y el respeto por una tradición que forma parte de nuestra identidad común.
 


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