Andrés del Campo: "Sequías: el cielo pone en jaque a la tierra"
Fenacore (Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España)
20 de febrero, 2022
Fenacore advierte de la decadencia que están sufriendo nuestras reservas hídricas nacionales, 15 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años
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Andrés del Campo, presidente de Fenacore, Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España
Como si el cielo hubiera puesto a la tierra en jaque, la falta de lluvias constituye una seria amenaza a nivel socioeconómico y medioambiental. Y, por desgracia, las perspectivas no resultan nada halagüeñas.
La desertificación se ha convertido en uno de los principales problemas que afectan al medio ambiente, repercutiendo en el 37% de la superficie terrestre y en alrededor de 3.000 millones de personas. En España, las cifras son igual de alarmantes, alcanzando un 74% de zonas secas y más de 9 millones de hectáreas en alto riesgo de desertificación.
En este contexto, en Fenacore nos aterra observar la decadencia que están sufriendo nuestras reservas hídricas nacionales, que se encuentran 15 puntos por debajo de la media de los últimos diez años, a tan solo un 44,8% de su capacidad.
El anticiclón convertido en nubarrón. Y no sólo para los agricultores, pues la falta de agua para regar podría poner contra las cuerdas algo tan básico y necesario como la producción de alimentos.
En este marco, es deplorable saber que únicamente se ha ejecutado el 20% de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos, de los que a fin de cuentas dependen las obras de regulación, fundamentales para combatir las sequías al permitir embalsar agua en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite, lo que en estos momentos resultaría especialmente relevante para las cuencas de la mitad sur de España.
Caudales ecológicos
No en vano, los Planes Hidrológicos que a priori se aprobarán en primavera proponen desacertadamente caudales ecológicos para acercar el funcionamiento del río a su régimen natural, lo que anularía la función de regulación que cumplen nuestros embalses, pudiendo llegar a vaciarlos y, así, agravar las sequías en las cuencas deficitarias.
Querer colgarnos la medalla de ser el país con más caudales ecológicos nos puede llevar a olvidar la escasez de agua que sufre España y el deterioro que estas medidas implantadas conllevan para el regadío y el abastecimiento poblacional.
Los regantes estamos plenamente concienciados con el medio ambiente y defendemos fielmente la necesidad de regular correctamente las cuencas para el almacenamiento de agua, ya que sin los embalses, las reservas hídricas solo podrían abastecer a unos cinco millones de habitantes.
Pero los ciudadanos deberían conocer unas propuestas que, al fin y al cabo, repercuten directamente en sus vidas. De ahí, la necesidad de realizar un análisis sobre los efectos de cada propuesta y el impacto que ocasionan, puesto que la sostenibilidad medioambiental debe ir acompañada de la sostenibilidad económica y social.
En los últimos 50 años, las sequías han provocado 650.000 muertes en el mundo. Y, a tenor de las proyecciones, cada vez serán más frecuentes en países como el nuestro.
Frente a ellas, urge retomar el pulso inversor en obras de regulación, siendo ésta una de las principales reivindicaciones que llevará a Fenacore a manifestarse el próximo 20 de marzo en defensa del campo y del mundo rural.
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