Asunción Ruiz, Directora Ejecutiva de SEO/BirdLife

Asunción Ruiz: "No habrá paisanaje sin paisaje"

SEO/BirdLife

12 de octubre, 2025

Si alineamos nuestra política agraria con la ciencia, España puede situarse en la vanguardia de la transición ecológica del campo europeo



Asunción Ruiz

Directora Ejecutiva de SEO/BirdLife 
 

Europa se encuentra en un momento decisivo para su agricultura, su medio rural y su seguridad alimentaria: La Comisión Europea acaba de presentar su propuesta para la Política Agraria Común (PAC) post-2027. Una propuesta que llega en plena emergencia climática y de biodiversidad, cuando los agricultores y agricultoras europeos atraviesan, además, una crisis de rentabilidad y de relevo generacional.
 

Sin embargo, en lugar de reforzar la sostenibilidad del campo, la Comisión ha optado por dar un paso atrás: rebaja las garantías ambientales, mantiene subsidios regresivos y abre la puerta a que los Estados miembros reduzcan aún más los estándares de protección. Una flexibilidad que, como ya sabemos por experiencia, acaba traduciéndose en una “carrera a la baja” que erosiona la ambición ambiental y debilita la coherencia de una política común que debería mirar hacia el futuro, no hacia el pasado.
 

No podemos olvidar que la PAC representa casi un tercio del presupuesto europeo y condiciona buena parte de nuestro modelo agrario y alimentario. Si esta propuesta prospera sin cambios, el grueso de las ayudas seguirá concentrado en pagos por superficie y en subsidios acoplados con efectos negativos sobre el medio ambiente y sobre la competencia entre agricultores. Mientras tanto, el apoyo específico a la biodiversidad, al clima o a la transición agroecológica quedaría sin fondos garantizados.
 
La PAC no puede convertirse en un freno a lo que, desde hace años, nos reclama la ciencia y la sociedad. Ningún sector depende tanto de la naturaleza como la agricultura: del suelo fértil, del agua disponible, de la polinización, de la lucha biológica y de un clima estable. Sin esos servicios ecosistémicos no hay producción, no hay rentabilidad y no hay futuro para el mundo rural. Rebajar la ambición ambiental de la PAC es cortoplacista: pan para hoy y hambre para mañana. La ciudadanía europea lo tiene claro: quiere alimentos saludables, seguros y producidos respetando la naturaleza. Y es justo ese modelo, basado en sostenibilidad y calidad, el que puede garantizar estabilidad, rentabilidad y orgullo al sector agrario.
 

Las buenas noticias son que hay otras sendas. Por toda Europa se abren camino proyectos que demuestran que recuperar biodiversidad no solo es compatible con producir alimentos, sino que mejora la rentabilidad y la resiliencia de las explotaciones. En SEO/BirdLife lo sabemos bien: iniciativas como Olivares Vivos, Secanos Vivos o Montes Vivos muestran que un campo con naturaleza es más competitivo, seguro y atractivo para las nuevas generaciones.
 

Por eso defendemos que la propuesta de la Comisión Europea debe ser mejorada durante el proceso de negociación. Para lograrlo, es necesario asegurar un presupuesto sólido para la transición ecológica del campo, blindando los recursos destinados a medidas ambientales y climáticas. También resulta imprescindible eliminar las ayudas dañinas que perpetúan modelos intensivos e insostenibles y sustituirlas por un apoyo decidido a quienes apuestan por diversificación, innovación y agroecología. A ello se suma la urgencia de promover una transición justa en la ganadería, favoreciendo los modelos extensivos que cuidan el territorio y el bienestar animal, al tiempo que se refuerza la gobernanza y la transparencia mediante un sistema de indicadores científicos y rigurosos que permitan evaluar los resultados de cada euro invertido.

 
España tiene un papel clave en este debate. Nuestro país es especialmente vulnerable al cambio climático: más del 70 % de su territorio está amenazado por la desertificación. Pero también somos una potencia agrícola y un laboratorio de soluciones innovadoras. Si alineamos nuestra política agraria con la ciencia y con las demandas de la sociedad, podemos situarnos en la vanguardia de la transición ecológica del campo europeo.
 
La nueva PAC es una oportunidad única que no podemos permitir que se diluya por intereses a corto plazo. Invertir en naturaleza es invertir en el futuro de nuestro medio rural, en la competitividad de los agricultores y en la calidad de vida de toda la sociedad. La PAC debe sembrar futuro, no subsidios al pasado. O avanzamos hacia una agricultura justa, innovadora y reconciliada con la vida, o condenamos a nuestro campo a seguir atrapado en un modelo que agota recursos y expulsa a quienes lo trabajan.
 
Europa tiene en sus manos la decisión. No podemos fallar al mundo rural. Sembrar naturaleza es cosechar rentabilidad en el medio rural.
 

No habrá paisaje sin paisanaje.
 


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