_{José Donoso}

_{Director General de UNEF}

Hay un nuevo concepto ganando impulso en todo el mundo y del que oiremos hablar en España este 2025: la agrovoltaica, que está emergiendo como una solución innovadora que permite combinar de forma efectiva la producción agrícola y ganadera con la generación de energía solar fotovoltaica. Este modelo, cada vez más presente en Europa, representa una oportunidad para potenciar la sostenibilidad y competitividad del sector agroalimentario español.

Los beneficios de esta integración son múltiples. Por un lado, los estudios demuestran que la implementación de sistemas agrovoltaicos puede incrementar hasta en un 30 % el valor económico de la tierra y mejorar entre un 60-70 % la productividad total de la parcela. La instalación de paneles solares sobre los cultivos puede proporcionar protección frente a condiciones climáticas extremas, regular la temperatura y reducir el estrés hídrico de las plantas.

Un ejemplo claro de estas ventajas se observa en el sector vitivinícola: la sombra proporcionada por los módulos solares protege a las uvas de quemaduras solares y ayuda a controlar su contenido de azúcar, factores clave para mantener la calidad del fruto y el rendimiento del viñedo. Teniendo en cuenta que la altura a la que se cultiva la vid resulta especialmente compatible con las instalaciones fotovoltaicas, lo que permite optimizar costes en infraestructuras, el caso de negocio está claro. Y los resultados ya están documentados: por mencionar un caso, Sun'Agri, empresa francesa especializada en agrovoltaica, ha demostrado que sus sistemas de paneles solares dinámicos instalados sobre viñedos lograron aumentar el rendimiento de las cosechas hasta un 30 % de media en 2024, en un contexto de severa sequía. En sus sitios piloto en Occitania, observaron mejoras significativas: +60 % en Chardonnay, +30 % en Marselan y +20 % en Garnacha Blanca. Y con sus mediciones muestran que el sistema no solo protege contra climas extremos, sino que también reduce las necesidades de riego entre 20-70 % y crea un microclima favorable que modera la temperatura hasta 4°C durante las olas de calor.

¿Y en España? Aunque el terreno agroganadero utilizado por plantas fotovoltaicas supone una porción ínfima del terreno agroganadero total (para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) se necesitaría apenas un 0,4 % de esta superficie), cada metro cuadrado de ese 0,4 % exige responsabilidad, y apostando por la agrovoltaica avanzaremos en beneficios tanto para el sector agrario como para la transición energética.

Ya existen casos de éxito en nuestro país que demuestran su viabilidad. Proyectos como Wine Solar en Toledo, que combina viñedos con tecnología solar inteligente, la instalación de Totana en Murcia, que integra cultivos de pimiento, brócoli y alcachofa con generación fotovoltaica, o la planta de Alhendín en Granada que combina la producción de fotovoltaica con la producción de cereales entre los paneles, están marcando el camino a seguir.

El próximo 22 de enero tendremos la oportunidad de conocer mejor estos casos de éxito y las oportunidades que trae consigo la agrovoltaica, en la jornada hispano-lusitana de agrovoltaica en Badajoz organizada por UNEF.

Además, desde UNEF damos un paso más en la definición de esta tecnología y hablamos de bioagrovoltaica, un modelo que va más allá de la coexistencia entre paneles solares y cultivos y que integra principios de producción ecológica y criterios de sostenibilidad ambiental. Es un concepto que basamos en criterios de excelencia ya comprobados, que sabemos que mejoran el impacto socioeconómico y medioambiental de una planta fotovoltaica y que utilizamos como indicadores para conceder el Sello de Excelencia en Sostenibilidad de UNEF. La bioagrovoltaica tiene como objetivos garantizar, en materia de medio ambiente y clima, el mantenimiento de un elevado nivel de biodiversidad y la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y sobre producción; la mejora de productividad agropecuaria, de la economía del agricultor o ganadero; y la generación de oportunidades para el medio rural a través de medidas que permitan revitalizar el uso del suelo, prevenir la despoblación y disminuir las vulnerabilidades energéticas y sociales de las comunidades.

Como vemos, la agrovoltaica representa una oportunidad para revitalizar nuestras zonas rurales, generar beneficios socioeconómicos, de integración ambiental y también de protección de la biodiversidad, construyendo un modelo agroalimentario más resiliente frente al cambio climático. Desde UNEF estamos convencidos de que es el momento de apostar por esta sinergia, poniendo el foco en beneficiar a nuestra agricultura y ganadería para que también salga ganando el conjunto de la sociedad.