Puerto pesquero de Barbate. Foto: Cepesca
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El sector pesquero expectante y con esperanza de que la nueva Legislatura Europea cambie de rumbo sobre la consideración hacia sus pescadores

Cepesca

15 de octubre, 2024

Durante la anterior legislatura europea, el sector pesquero español recortó su flota en 335 barcos y perdió más del 4 % de empleo (1.500 personas)



El sector pesquero español, agrupado en la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), y alineado con el resto de los pescadores europeos, agrupados en Europêche, se muestra expectante y con esperanza de que la nueva legislatura europea signifique un punto y aparte respecto a la anterior, guiada por los criterios del comisario Sinkevičius y del vicepresidente Timmermans.

Así, cree que los próximos cinco años van a ser fundamentales y decisivos para la viabilidad o no de la actividad pesquera europea, de la que España es líder, no sólo desde el punto de vista económico, sino también como sector estratégico en la definición de políticas de seguridad alimentaria, teniendo en cuenta un escenario internacional altamente competitivo e incierto.

Cepesca recuerda que la flota de pesca española suma más de 8.500 barcos que capturan unas 800.000 toneladas de pescados y mariscos, generan un valor agregado que supera los 10.000 millones de euros, y da trabajo directo a 31.000 personas y genera 150.000 empleos adicionales indirectos. A ello se suma su capacidad exportadora, con más de un millón de toneladas por un valor superior a los 5.500 millones de euros y unas importaciones que superan los 1,56 millones de toneladas, con un valor de unos 9.000 millones de euros. Con estas cifras, la flota española lidera la actividad pesquera europea, representando un 20 %, aproximadamente, tanto en términos de producción como de facturación.

Según Javier Garat, secretario general de Cepesca, “somos un sector de actividad económica importante y además uno de los más estratégicos a tenor del deterioro progresivo de la situación política internacional. Tener capacidad para alimentar a la población con proteínas de calidad es cada vez más acuciante y nuestro Gobierno y Europa han de tomar conciencia de ello porque la competencia en el mundo por apoderarse de los recursos pesqueros es feroz. Por lo tanto –añade Garat–, no podemos dejar que esta nueva legislatura europea, tal como propició la anterior, juegue a diluir y debilitar el valor económico, social y estratégico de nuestra pesca”.

A este respecto, cabe recordar que durante la anterior legislatura europea y con Virginijus Sinkevičius como comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca (2019 a 2024), el sector pesquero español recortó su flota en 335 barcos, el 3,77 % del total, índice que sube al –5,70 % en los buques que pescan en caladeros internacionales. Por artes, destaca la reducción de la flota de palangre de fondo (-13,51 %), la de palangre de superficie (-6,53 %), la de cerco (-6,46 %) y la de arrastre (-3,53 %). Igualmente, el sector perdió más del 4% de empleo (1.500 personas). Respecto a Europa, la reducción media de la capacidad pesquera comunitaria durante la anterior legislatura fue de 4.400 buques (-5,88 %), siendo los países más afectados Grecia (-17,56 %) o nuestros vecinos portugueses (-11,58 %).

 

Expectante y con esperanza

El sector expresa su esperanza en el próximo ejecutivo europeo a la vista de la carta de misión que Ursula von der Leyen transmitió al chipriota Costas Kadis, designado, y a la espera de ratificación, como nuevo comisario de Pesca y Océanos. El sector celebra, además, que este nombramiento responda a su reivindicación histórica de establecer una separación entre las políticas pesqueras y las políticas medioambientales en la UE, y confía en que la reorganización suponga un cambio de rumbo respecto al último mandato de la CE.

Para el sector esta decisión es un buen augurio, así como el hecho de que la CE haya decidido reforzar la normativa comunitaria destinada a combatir las prácticas pesqueras no sostenibles, tanto desde el punto de vista medioambiental como socioeconómico, de países no pertenecientes a la UE y que sí son exigidas a la flota comunitaria, creando un marco de competencia desleal para los pescadores europeos. Se trata también de una antigua reivindicación que además de reforzar la sostenibilidad de los océanos también lo hace con los derechos de los consumidores europeos.

“Habrá que esperar a ver las decisiones políticas sobre pesca del nuevo ejecutivo europeo, pero sin lanzar campanas al vuelo, el sector espera que realmente se comience a valorar nuestro rol social y estratégico y nuestro conocimiento y esfuerzo para cuidar de nuestros mares y océanos, -dice Julio Morón, presidente de Cepesca-. Nuestros políticos en Bruselas y nuestro ministro Luis Planas –añade Morón–, siempre van a contar con nuestro apoyo y colaboración para empujar aquellas iniciativas en materia pesquera guiadas por la lógica, el sentido común y los datos científicos. Fuera de estos parámetros no vemos futuro”.

Partiendo de estas premisas, el sector pesquero mantendrá su oposición a aquellas decisiones arbitrarias y sin base científica que impliquen cierres de zonas de pesca no justificados. En este sentido, recuerda la entrada en vigor el 9 de octubre de 2022 del Reglamento de Ejecución (UE) 2022/1614 de la CE, que cerró 87 zonas a la pesca de fondo en el Atlántico Nordeste, desde las costas de Irlanda hasta el Golfo de Cádiz, afectando la actividad de más de 10.000 pescadores del conjunto del sector pesquero comunitario (el cierre afecta a 16.419 Km² entre los 400 y los 800 metros de profundidad en aguas de Irlanda, Francia, Portugal y España, donde se supone la existencia de ecosistemas marinos vulnerables) y que tiene que ser revisado próximamente.

También apunta los cierres que puede provocar la Ley de Restauración de la Naturaleza, que fija el objetivo de restaurar el 20% de las áreas terrestres y marinas de la UE para 2030 y todos sus ecosistemas para 2050, lo que amenaza el futuro de los pescadores y la producción de alimentos en la UE, o el Plan Plurianual de Pesca en el Mediterráneo Occidental, adoptado en 2019 y en vigor desde enero de 2020 para regular la pesca demersal con el objetivo de lograr en 2025 el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS).

Este plan, apunta el sector está acabando poco a poco con la flota de arrastre mediterránea debido a las restricciones de días de trabajo y zonas de pesca que impone, sin que se haya evaluado el impacto socioeconómico de las medidas ya adoptadas. En los caladeros mediterráneos faenan un total de 3.400 barcos de la UE y la flota de pesca española de arrastre (556 buques) que faena en estas aguas capturan entre otras especies algunas de alto consumo, tales como la gamba roja, la gamba blanca, la merluza, el salmonete, el calamar, el rape o la cigala.

Igualmente, y dentro del ámbito nacional, el sector pesquero también mantendrá su batalla para conseguir que los productos pesqueros sean incluidos por el Ejecutivo en la lista de productos y alimentos básicos para la población y, por lo tanto, con un trato fiscal acorde o similar al de otros productos básicos, a los que desde el 1 de octubre se aplica un tipo del IVA del 2 % y, a partir del próximo año, un tipo superreducido del 4 %.

Por último, Cepesca también considera de vital importancia acometer un plan robusto para garantizar el relevo generacional. Cabe recordar que actualmente solo el 27 % de los afiliados al Régimen Especial del Mar (REM) son menores de 40 años y el tramo mayoritario (35 %) se concentra entre 50 y 59 años.

 

 


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