El proyecto de I+D Oivina, coordinado por la bodega navarra Pagos de Araiz, perteneciente a Masaveu Bodegas, ha finalizado con éxito, puesto que ha logrado desarrollar un modelo predictivo para luchar contra el oídio, una enfermedad del viñedo causada por el hongo Uncinula necator que produce importantes pérdidas de cosecha e impactos económicos.
Los fungicidas químicos se aplican generalmente de forma sistemática sin tener en cuenta el nivel de riesgo real, y por tanto muchas de las aplicaciones de estos productos son prescindibles, generan un gasto económico innecesario, se acumulan en suelos y filtran a acuíferos, dañando el medio ambiente e incluso la salud humana.
Para hacer frente a esta situación, Oivina proponía el desarrollo de un modelo predictivo para el oídio no solo específicamente adaptado a las condiciones agroclimáticas particulares de Navarra, sino teniendo en cuenta por primera vez factores como los manejos de cultivo que se realizan en el viñedo.
Los datos obtenidos y expuestos el pasado 13 de diciembre en la Jornada de Presentación de Resultados del proyecto, en Evena (Olite), confirman que la herramienta desarrollada en los últimos meses para la detección temprana de la plaga de oídio funciona.
De esta manera, se pone fin a una etapa en la que se dan por cumplidos los objetivos marcados: la obtención de un dispositivo adaptado a cada localización y capaz de realizar una predicción sostenible del oídio, que puede producir importantes pérdidas de cosecha e impactos económicos.
Una herramienta acorde a la estrategia Europa 2030 y, en esta línea, un proyecto enmarcado en el Programa de Desarrollo Rural de Navarra 2014-2020, financiado por la Unión Europea y el Gobierno de Navarra. Este proyecto ha sido desarrollado en colaboración con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente- Sección de Viticultura y Enología, Bodega Otazu Sau y Bodega Cirbonera Sociedad Cooperativa.
Asimismo, cabe destacar que la Bodega Pagos de Araiz, en colaboración con la Universidad de Navarra, estudia a través de un proyecto de I+D los efectos del cambio climático en el viñedo, así como la aplicación de nuevas técnicas tanto en campo como en bodega que permitan reducir el grado alcohólico, corregir la acidez o retrasar la maduración, en definitiva, hacer frente a los posibles efectos negativos del cambio climático sobre el viñedo o los vinos.